“Se negaron a ser la mujer detrás del hombre”, sintetizó Viola Davis aquello que tienen en común Michelle Obama, Betty Ford y Eleanor Roosevelt, las tres primeras damas de la serie limitada The First Lady estrenada en Paramount+. “Con facilidad podrían ser eso, durante cuatro, ocho años: simplemente excluirse de la historia, en las sombras. Y no tengo dudas de que a todas se las alentó para que fueran la primera dama discreta detrás del hombre”.
Davis (Ma Rainey’s Black Bottom, The Suicide Squad), que interpretó a Obama, participó en una rueda de prensa con medios de América Latina, Asia y Australia junto con Gillian Anderson (The Crown, Los expedientes secretos X), quien encarnó a Roosevelt. Al encuentro no asistió Michelle Pfeiffer, cuya Betty Ford ha sido alabada de manera unánime por la crítica en los Estados Unidos. Son tres primeras damas que dejaron una fuerte marca en el imaginario colectivo del país: tres mujeres que lograron, en ese papel influyente aunque sin poder, alzar sus voces y desarrollar sus proyectos de alto impacto en la ciudadanía.
“Es abrumador cuando entras a la Casa Blanca”, siguió Davis. “¿Cómo tienes voluntad? ¿Cómo tienes autonomía? ¿Cómo estableces tus límites? ¿Cómo no te metes con las cosas de tu esposo? Y también ¿cómo eres tú misma?”. En efecto, el edificio ofrece un espacio limitado junto a un escrutinio abundante y sin tregua. Pero las tres primeras damas que eligió el creador de la serie, Aaron Cooley, junto con la directora Susanne Bier encontraron el modo de “expresarse por sí mismas”, agregó Anderson. “Hallaron una plataforma donde pudieran ser vistas, oídas y respetadas, en la cual sintieran que podían ser ellas mismas, pelear por las cosas que les parecían más importantes, ser valoradas y dejar una marca”.
La experiencia de Michelle Obama está todavía fresca: fue primera dama mientras Barack Obama (en la serie, O.T. Fagbenle) estuvo en la presidencia estadounidense, entre 2008 y 2016. Pero los otros casos son menos conocidos en el mundo, aunque no menos fascinantes.
Betty Ford era la esposa del congresista Gerald Ford, presidente de la cámara baja en 1973 cuando, tras la renuncia del vicepresidente Spiro Agnew, se convirtió en la esposa del vicepresidente y, muy poco después, ante la renuncia de Richard Nixon por el escándalo Watergate, en primera dama. Eleanor Roosevelt fue la mujer que más tiempo ocupó ese papel, entre 1933 y 1945, porque las normas de reelección eran diferentes; los gobiernos de Franklin D. Roosevelt se dieron en tiempos especialmente difíciles: la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
Aaron Eckhart interpretó a Gerald Ford y Kiefer Sutherland a Roosevelt.
—Tanto de observar las historias como de profundizar en la experiencia de Eleanor siento que todavía, al día de hoy, el de primera dama es un trabajo casi ingrato —observó Anderson, quien venía de representar un papel casi opuesto: el de la poderosa Margaret Thatcher.
—No creo que esta serie haya cambiado mi opinión del papel de la primera dama, pero lo que sí hizo fue amplificar, como dijo Gillian, lo ingrato que es —completó Davis—. Y lo aterrador que es. A nadie le gusta que lo pongan en una pecera: la vida es difícil, uno comete errores, uno es desordenado. Y para ellas todo está bajo escrutinio: la ropa que eliges, cómo la llevas, lo que dices, cómo lo haces aun si no es algo candente.
Las reseñas de The First Lady coincidieron en dos puntos. El primero: la estructura narrativa, que a lo largo de 10 episodios cuenta estas tres vidas muy alejadas en el tiempo, falla al agregar más complejidad con flashbacks a la infancia y la juventud de estas mujeres. El segundo: las actuaciones de Davis, Anderson y Pfeiffer son “de las mejores de la televisión del año” (NPR) y “algunas de las mejores de sus respectivas carreras” (Decider).
Actuar requiere de distintas estrategias cuando un papel representa a alguien real. “En el caso de una persona ficticia, eres tú quien debe crear a un ser humano de carne y hueso, tridimensional”, explicó Anderson. “Debes llenar todos los blancos, puedes inventar lo que quieras. Pero si es alguien conocido por todos tienes que ir con cuidado y respetuosamente”.
Davis agregó: “El desafío es que puedes conocer los hechos de la historia pero no toda la información personal detrás de los hechos. Completar eso se vuelve muy difícil porque no puedes simplemente inventar; o sí, pero habrá repercusiones. Para mí fue la parte más desafiante. Al actuar, la gran cuestión es mostrarte como un ser privado en público”.
Ella, además, cargó el peso extra de interpretar a una mujer con la que habló por teléfono en algunas ocasiones para preparar su retrato: “Me sentí restringida y tuve mucho temor. Ella está viva y es muy querida. No podíamos poner cualquier cosa en el guión sólo porque pareciera dinámica: sus repercusiones reverberarían mucho más que las de Eleanor y Betty. Durante la presentación de su libro [el best seller Becoming] Michelle Obama contó: ‘No puedo decir cualquier cosa porque mi opinión puede cambiar el modo en que nos ve la nación, puede hacer que un programa o una ley no prosperen’. Y yo sentí esa suerte de restricción en el papel”.
El cruce entre la biografía y el thriller político definió el género híbrido de The First Lady: “Creo que cabe muy bien entre ambos”, opinó Anderson. “Es una mezcla. Las tres líneas argumentales están completamente inmersas en la Casa Blanca y en sus vidas privadas, también en los años anteriores a la llegada al poder. Vemos algunas decisiones muy, muy difíciles que los presidentes debieron tomar y cómo eso afectó su relación con sus esposas. Y a la inversa: cómo las decisiones que tomaron las primeras damas afectaron a sus esposos y potencialmente a la presidencia”.
Davis añadió que la política funciona como “un armazón que los rodea y los conforma como seres humanos” porque es el mundo en el que se desarrollan las vidas de estos personajes, “pero al fin del día tenemos a estas mujeres”. La serie, concluyó, “es sobre política pero también sobre gente, y de eso se trata nuestro trabajo: si no, se podría mirar un documental o leer un libro”.
Además del sexteto que representa a los presidentes y sus esposas, participan en el elenco Dakota Fanning como Susan Elizabeth Ford, Regina Taylor como Marian Shields Robinson, la madre de Michelle Obama; Judy Greer como Nancy Howe, Ellen Burstyn como Sara Delano Roosevelt, Jackie Earle Haley como Louis McHenry Howe y Kate Mulgrew como Susan Sher. The First Lady es una producción de Lionsgate Televisión para Showtime y contó con Cathy Schulman como showrunner.
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