El próximo 20 de abril llega a Netflix la serie colombiana, Pálpito, que contará con 14 episodios de 45 minutos. La trama, creada y escrita por Leonardo Padrón, y dirigida por Camilo Vega, toma como punto de partida la salud de Camila (interpretada por Ana Lucía Domínguez). La muchacha sufre un paro cardíaco justo el día de su boda y para poder seguir viviendo necesita de un nuevo corazón que le deben trasplantar. Su novio, Zacarías (encarnado por Sebastián Martínez), es un hombre con un trabajo oscuro vinculado a las altas esferas del poder pero que tiene su punto débil en esta mujer. Por lo tanto, hará todo lo posible para conseguir el órgano que necesita Camila para seguir viviendo.
Ahí entra en acción Simón (Michel Brown) y su esposa Valeria (Margarita Muñoz), que se aman y son padres de una adolescente y un niño. Valeria tiene compatibilidad con Camila y es secuestrada luego de que ella y su esposo tienen un confuso accidente de auto. Ya en manos de los secuaces de Zacarías (que se dedican al tráfico de órganos), Valeria es asesinada y su corazón termina en el cuerpo de Camila.
Así comenzará la venganza de Simón para encontrar a los culpables, pero se va a cruzar con la dulce Camila, quien al tener el corazón de su mujer lo desestabilizará por completo en sus ansias de revancha.
En comunicación con Infobae los tres actores dialogaron acerca de esta nueva producción latinoamericana antes de su estreno, que espera correr con la misma suerte de otras ficciones de la región como Café con aroma de mujer o La reina del flow.
-¿Cómo definirían a Pálpito? Porque tiene una combinación de muchos géneros
Ana Lucía: Es una historia llena de drama, de pasión, de misterio. Muestra un poco el lado obsesivo y controlador del amor, pero también el lado bonito como la admiración y el respeto.
Michel: Habla de las relaciones humanas, de lo que estarías dispuesto a hacer por amor, habla de la familia, habla del olvido, habla del poder. Creo que tenemos una serie que no se enfoca únicamente en una historia de amor o de acción. Tiene un aire como de multigénero, de repente hay una gran historia de amor, de repente puede ser un thriller, pero sí creo que tiene algo muy particular que es un perfecto híbrido entre un relato que tiene que ver con el amor, aunque no es un melodrama. Es una serie impecablemente filmada, muy bien fotografiada, con un gran elenco de actores y lo primordial, creo que Pálpito es una gran historia.
Michel, tu personaje es un hombre que debe atravesar un duelo pero también, levantarse rápidamente porque tiene a sus hijos por un lado y por otro su necesidad de vengar la muerte de su mujer. ¿Cuál de las dos cosas pesa más en Simón?
Michel: Generalmente en casi todos los casos uno se va preparando para lo que puede pasar, vas viendo el camino y de repente a este personaje el destino lo pone en una situación muy complicada donde empiezan a cambiar los roles de la familia. No le impacta únicamente a él, sino que también empieza a jugar un rol de padre y madre ausente. Su vida se descontrola por completo y empieza a tener muchas capas diferentes. La verdad es que eso fue un regalazo. Yo no me había encontrado nunca en mi carrera con un personaje tan interesante en ese sentido, con un dolor a flor de piel continuamente, con un personaje que está completamente desbordado pero que necesita encontrar un eje, porque necesita darle esta calma que no tiene a su familia. Y creo que la vida no le da el tiempo de hacer el duelo, la vida lo pone en una situación tan límite, que él tiene que seguir disfrazado de que no pasa nada y es lo interesante justamente del personaje. Yo tuve la posibilidad de ver entera la serie y creo que pocas veces como actor me pasa que veo una producción y me produce un dolor tremendo.
En tu caso Sebastián, tu personaje es lo opuesto al de Simón, es de esa clase de hombres siniestros que manejan códigos nefastos, ¿cómo fue meterte en la piel de Zacarías?
Sebastián: Yo me basé mucho en el ego, donde el ego es ese motor tan fuertísimo, que llegas a creerte el rey del mundo. No hay nada superior a ti, ni siquiera Dios, nada supremo, y ya ese punto de partida es una locura y es un personaje que me gustó mucho. Y creo que la humanidad lo padece mucho, pues ese poder hace que se vuelva una mente enferma. Pero al mismo tiempo está esa parte humana que nunca se va a poder perder. Ese amor, esta mujer que además es un personaje distinto a él, a su mundo, es una mujer que está en un lugar ajeno y que te preguntas: “¿qué hace ahí?”. Ese es su punto débil.
Michel, en tu caso como argentino, ¿qué cosas extrañas de tu tierra?
Michel: Extraño primero la familia, llevo ya 20 y tantos años afuera y el hecho de tener a la familia lejos se siente. Trato de ir lo más que puedo.
Pero sigues manteniendo el acento argentino al hablar...
Michel: El otro día traté de hablar en argentino y me dijeron que no entendían en qué estaba hablando (risas). Me dijeron que estaba imitando a un argentino. Pero yo creo que extraño la familia y la comida. Gracias a Dios la comida argentina se replica en cada uno de los países en que vivo, entonces ahí me puedo dar el gusto.
En Argentina cuando te mencionan en notas te siguen mencionando como el “ex Jugate conmigo”, ¿cómo recuerdas esa parte de tu vida?
Michel: Con muchísimo cariño. Es gracias a eso que estoy donde estoy, y estoy muy agradecido con ella (Cris Morena). Se lo decía el otro día que hablábamos por teléfono, la verdad fue un regalo. Un día por casualidad, sentado en un pasillo, me dijo que pasara... yo no iba a hacer un casting ni nada, entonces siempre lo recuerdo con muchísimo cariño. Ojalá tenga la chance muy pronto de ir a trabajar a Buenos Aires.
¿Te llegó alguna propuesta propuesta para filmar en Argentina?
Michel: Sí hubo dos muy interesantes, una por tiempo no se pudo hacer y hay una cosa ahí dando vueltas. De hecho el otro día hablé con Cris (Morena) que estaba grabando en México y tengo ganas, y hay un par de cosas más dando vueltas. Me encantaría de verdad.
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