La producción decidió reemplazar a Johnny Depp por Mads Mikkelsen en el papel de Gellert Grindelwald. Esta decisión, con la película ya vista y en las salas de cine, parece la más acertada de esta tercera de Animales fantásticos. El tono aterrador que logra impregnar Mikkelsen, más las escenas con Jude Law como Albus Dumbledore, le dan una cierta altura y una razón para continuar con esta historia que por momentos se olvida de sus bestias para meterse de lleno, otra vez, en perseguir al malo más malo.
La idea de la primera entrega estaba basada en conocer el mundo mágico más allá de Hogwarts, antes de los hechos de Harry Potter y su familia, y centrado en el magizoólogo Newt Scamander (Eddie Redmayne). Esa idea resultaba interesante porque expandía la experiencia mágica y cómo la naturaleza podía jugar un rol fundamental en el mundo de los magos. Pero en la segunda parte, se desvió con la aparición de Gellert Grindelwald. El resultado fue otra vez recurrir a Hogwarts, Dumbledore, etc. No quiere decir que el giro no estuvo bien, porque sumar esa subtrama, con personajes centrales de Harry Potter, sirve para mantener los fans de la saga madre y conquistar nuevos, pero en cierto punto, se dejó de lado a las criaturas que le dan el nombre a la franquicia precuela, lejos de las cuestiones políticas, las viejas riñas y demás.
La tercera película comienza con las aventuras del magizoólogo Newt Scamander quien debe cumplir una misión: preservar a un cachorro de la raza llamada qilin. Esta bestia celestial es parte de un antiguo ritual para elegir al líder del mundo mágico ya que solo hará una reverencia a aquel que sea puro de corazón y esté destinado a ser justo y sabio. Sobre esa criatura se moverá la historia, pero no por la criatura en sí, sino porque Animales fantásticos decide posar su atención otra vez en tramas políticas (por momentos repetitivas de la saga anterior), cuestiones electorales, el bien vs. el mal, etc.
Con el fin de detener a Grindelwald, un joven Albus Dumbledore y un grupo de magos compuesto por Teseo (Callum Turner), su asistente Bunty (Victoria Yeates), Yusuf (William Nadylam), la profesora Eulalie Hicks (Jessica Williams) y el amigo de Newt, Jacob (Dan Fogler), se reunirán para impedir que el villano en cuestión tome el poder y comience una guerra entre magos y muggles no mágicos. En el medio, deberán lidiar con los poderes y la historia de Credence Barebone (Ezra Miller) y habrá más episodios de la historia de amor entre Dumbledore y Grindelwald.
El problema con las últimas dos películas de Fantastic Beasts es justamente lo que enumeré en dos oportunidades: todo se siente repetitivo. La trama toma como excusa a las bestias fantásticas de la valija de Newt para contar otra vez la historia de los villanos, de los amores prohibidos, de la guerra mágica, etc. Los animales o bestias terminan siendo las herramientas y, en muchos casos, las escenas más divertidas y entretenidas de la franquicia. El conducto por el cual suceden las cosas.
Pero por otro lado, la relación entre Dumbledore y Grindelwald logra momentos super interesantes y atractivos, sobre todo por el nivel actoral de Mads Mikkelsen que le da una personalidad única a este villano, lejos de la caricatura de Depp y con rasgos más tangibles de un tirano, pero no parece encajar en esta historia. Se siente forzado.
En el apartado técnico y artístico, tampoco es deslumbrante. Es un film con algunos aciertos (la creación de las bestias, la ambientación, la reconstrucción de época) y errores bien marcados (edición, el uso de la cámara, el guion), pero sí hay momentos que recuerdan a lo mejor del universo creado por J. K. Rowling.
A pesar de sus debilidades y de sus cambios en el guion, puede que no sea la mejor de las precuelas hasta el momento, pero ayudó al progreso de la historia. Quizá, para el próximo episodio de la franquicia sea mejor volver a apostar a las bestias, sus secretos, su mitología y dejar las viejas rencillas de los magos, sus amores y egos de lado. Volver a la magia más instintiva.
Animales fantásticos: los secretos de Dumbledore se estrena el 14 de abril en los cines a América Latina.
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