“Es como ver trabajar a un genio”, sintetizó Zoë Kravitz la experiencia de haber filmado Kimi con Steven Soderbergh. “Es un director para actores”, definió al realizador de Traffic (2000), Ocean’s Eleven (2001) y la serie The Knick (2014-15). “He sido una admiradora de su obra durante mucho tiempo, y honestamente nunca creí que pudiera trabajar con él”. Pero un día recibió la llamada del cineasta —”el sueño de cualquier actor”— y tuvo la oportunidad de ver de primera mano lo que algunos colegas le habían contado.
Su personaje es una intérprete de voz de una compañía que fabrica dispositivos como Alexa o Google Assistant, Amygdala. Eso que le permite ganarse la vida desde su casa: un detalle importante, ya que sufre de agorafobia. “Mi trabajo como intérprete de voz de los streams es escuchar a la gente mientras usa el dispositivo Kimi para saber si está funcionando bien”, describió a Infobae. “Si hay jerga o algo que Kimi no entienda, puedo hacer ajustes. Así que un día estoy en casa, oyendo los streams, y escucho lo que parece ser una mujer en apuros”.
Los gritos la horrorizan. Revisa una y otra vez el audio, limpiando algunos sonidos, para oír mejor, y se da cuenta de que la mujer fue una víctima de un crimen, acaso una violación o un asesinato. “Lo denuncio a mi compañía, sigo todos los protocolos que me indican y siento que nadie me presta la atención que debería. Finalmente tengo que salir de mi casa para hacer lo que creo que es lo correcto, que termina por meter a Angela en problemas graves”.
Es más fácil decirlo que hacerlo. “Angela es una persona muy apegada a la rutina”, analizó a su personaje la hija del músico Leni Kravitz. “No es sólo que quiera asegurarse de que esta persona esté bien: no sabe cómo vivir su día si no hace todo como lo planeó. Eso le da paz y cierto sentido de control”. Pero de pronto en su lista de quehaceres aparece un ítem que no se puede tachar para ir al siguiente.
“Al final esta especie de trastorno obsesivo-compulsivo termina por salvar la situación”, agregó sobre un giro en el guión de David Koepp. “Es el mejor guión que he leído en mucho tiempo. He llegado a un punto en que tomos muchas notas sobre los guiones. Pero terminé este guión y no tenía ninguna. Tan perfectamente ejecutado, tan conciso, tan eficiente, tan lúdico… No veía la hora de mirar la película”.
Sin hablar de la pandemia y sus efectos, el guión parece aludir a un mundo traumatizado luego del COVID-10. En una entrevista de 2021 Soderbergh habló del ambiente de mayores angustias en que se vive, y aludió directamente al estado del personaje de Angela. El film también indaga en el modo en que millones de personas le abrieron las puertas de sus casas, aun más que antes, a distintas tecnologías que facilitaron la vida durante el confinamiento pero invadieron la intimidad e influencian sus decisiones.
“David y Steven juegan con algo muy interesante —siguió Kravitz—: ¿qué es la paranoia? El mundo es un lugar salvaje, no sabemos quién nos está vigilando. Este personaje tiene miedos irracionales, y sus amigos, su madre y su terapeuta la tratan como si estuviera loca”. Pero la grabación de Kimi está ahí, y la mujer sigue gritando en ella. No es paranoia. “¿Qué hacemos cuando nadie nos escucha? Hay que hacer las cosas por uno mismo. Su deseo de ayudar a esta mujer es mayor que su temor a salir de su casa”.
Una de las personas que aparentemente la escucha es una sub-Sheryl Sandberg interpretada por Rita Wilson, quien recurre a todos los buenos modales de Silicon Valley para obstaculizar con burocracia cualquier cosa que pueda hacer mal a los negocios de las tecnológicas. “Rita está muy bien elegida para el papel”, observó la Gatúbela de The Batman sobre su compañera en una de las escenas que más le gustó hacer. “Interpreta una especie de figura maternal, alguien en quien sientes que puedes confiar. Creo que comprendemos por qué Angela confía en ella, y cuando ella cambia es aterrador”.
Son climas como los de esa escena los que le revelaron en qué consiste ser dirigida por Soderberg. “Lo que él hace, incluso con el tono de esta película, no lo es lo que sentí cuando leí el guión. Él creó un ambiente mucho más espeluznante, algo que en gran medida elevó la historia”.
Le asombró la manera en que trabaja Soderberg, con un compromiso incluso físico: “Nunca antes vi nada parecido. Es tan rápido, tan inteligente, sabe exactamente lo que quiere… Él se edita a sí mismo, porque es el que opera la cámara. Es muy interesante verlo pensar en qué va a filmar a continuación: mira el lugar, se sienta un segundo y luego dice “Quiero estar aquí”. Es como si él estuviera viendo la película en su cabeza y luego crease aquello que ya ha visto”.
Del mismo modo que Kimi parece haber sido testigo inadvertido de un crimen, el público seguirá los hechos mirados desde esa cámara. “Es muy bueno ver a alguien que ha hecho esto durante mucho tiempo y ama contar historias, y constantemente trata de encontrar maneras nuevas y creativas para hacerlo. Es sumamente inspirador. Nunca había sentido tantas ganas de ver una película en la que trabajo”.
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