Hay actores y directores que siempre son objetivo de burlas y críticas en las redes sociales. Zack Snyder, director de Man of Steel y otras películas de DC comics es uno de ellos. También Michael Bay, director de la reciente Ambulancia y poco querido por su paso por la saga Transformers y sus adaptaciones al live-action. Entre los actores, Jared Leto pelea los puestos más altos y el punto de quiebre fue su interpretación del Joker en la olvidable Escuadrón suicida. Esta semana llega su nueva película a los cines, Morbius, que adapta a uno de los villanos de Spider-Man con un enorme potencial, y por eso es presentado con película propia. El resultado no es bueno, pero tampoco una catástrofe.
Si esta película se hubiese estrenado en los 90, entre Blade y la saga de Underworld, más las primeras X-Men, podría haber funcionado. Un campo inexplorado, con la tecnología CGI encontrando su mejor forma. Pero estamos en el 2022, donde las más taquilleras de cada año son películas de superhéroes o grandes sagas y/o franquicias cinematográficas que adaptan libros de ciencia ficción. Morbius parece no haber aprendido nada de los últimos 10 años de adaptaciones comiqueras. Tampoco es una horrenda película, porque hasta los primeros 50 minutos mantiene el interés del espectador, pero después demuestra que es una simple batalla entre el malo y el no tan malo con un pésimo uso de efectos especiales (ejemplo: Michael Bay en Transformers).
Morbius es un científico brillante con una ética cuestionable. Arrastra un problema en la sangre que lo hace más débil que el resto de los humanos. Su amigo Milo, interpretado por Matt Smith, es su financista y casi hermano. Se criaron juntos ya que ambos poseen la misma condición y compartieron clínica y médico. La búsqueda de la cura por parte del primero lo hace experimentar con murciélagos. Algo salió mal. Y aquí desaprovecha el origen de su personaje: es parte de la segunda línea de villanos de Spider-Man, algo que es remotamente mencionado y argumentalmente ignorado.
El elenco principal lo completa Adria Arjona como Martine, quien es la compañera y asistente en la investigación para encontrar la cura a su enfermedad, pero también el interés amoroso de Morbius. Juntos llegarán al punto en el que Michael Morbius se inyecta el ADN del murciélago vampiro y las cosas suceden con una linealidad, de nuevo, propia de los 90 a la hora de presentar un personaje de las historietas.
El tráiler presentaba ciertos aspectos interesante ligados a los vampiros: mucha oscuridad, jugar con el sonido y el fuera de campo, algo de horror y sangre, clave para un personaje medio vampiro. Pero nuevamente desaprovecharon una oportunidad ya que no explotan toda la mitología vampírica como deberían ni la historia como villano de Spider-Man. El resultado: un film que podría haber sido un éxito a fines de los 90, principios de los 2000, pero en este contexto no logra ni presentar correctamente al personaje.
Cabe sumar, para aquellos que sigan interesados en la presentación de este Morbius como villano y parte del Spiderverse, que el film usa las dos escenas postcréditos para encadenar esto a un futuro cercano y a la construcción del universo de películas de Sony centrado en el amplio catálogo de villanos del Hombre Araña. Material y actores sobran (Michael Keaton, Tom Hardy), falta encajar mejor las piezas.
Morbius llega a los cines este 31 de marzo y luego de unos meses, se podrá ver por HBO Max.
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