Figuras internacionales como Miley Cyrus, Foo Fighters, The Strokes y Doja Cat, se mezclaron con artistas en ascenso y referentes locales como Duki, Babasónicos, Bizarrap y Nicki Nicole en el esperado regreso de Lollapalooza Argentina. El festival convocó a 300.000 a lo largo de 3 días en el Hipódromo de San Isidro, fue seguido en vivo a través de Flow por más de 1 millón de personas y dejó shows memorables.
El plato fuerte de la apertura fue Cyrus. La ex Hannah Montana había visitado Argentina hace 11 años en sus días teen, después de su rebelión pos Disney en 2014 y ahora volvió en su mejor versión: consagrada como una rockstar. Miley lució su poderosa voz y su presencia arrolladora con los temas guitarreros de su disco Plastic Hearts, un cover de “Heart of Glass” de Blondie, citas a Pixies y hasta versiones distorsionadas de temas de sus primeros días como “7 Things” y “Fly on The Wall”. Un guiño para el público que creció con ella.
Otro que apostó al corazón rockero del público fue Bizarrap. El productor argentino más escuchado de Spotify cerró la primera jornada con DJ set que mezcló electrónica y los hits de sus exitosas BZRP sessions, como las de Dillom y L-Gante (quienes, además, tuvieron shows destacados del festival por su cuenta). Sorprendió en serio cuando invitó al escenario a Gaspar Benegas, guitarrista de la banda del Indio Solari, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Con la venia del Indio, Biza llevó “Jijiji” al Hipódromo y le regaló a sus fans lo más cercano a la experiencia de un pogo ricotero.
En el segundo día del festival tuvo el desparpajo de los iconos neoyorquinos de The Strokes. Como una de las bandas más influyentes de los últimos 20 años, no tiene mucho que demostrar, aún así dio pruebas de su vínculo con el público argentino haciendo una cumbia en el medio de “Razorblade”. En su cuarta visita a la Argentina, el quinteto puso el foco en las canciones de The New Abnormal, su disco más reciente, y se permitió salir del libreto con temas como “You’re So Right” y “Electricityscape”, que no sonaban en vivo desde hace años.
Si hubo un show en sintonía con los charts actuales fue el de Doja Cat. Mezcla justa de popstar y rapera, la artista californiana hizo su debut en argentina a caballo de los hits con los que viene viralizando Tik Tok como “Woman”, “Streets” y el inescapable “Say So”. Con coreografías intensas, pero también con una ajustada banda, Doja le puso el broche a otra fecha marcada por una nueva generación de girl power. Horas antes ese mismo día, Nicki Nicole dominó el escenario con hits como “Colocao” y “Wapo Traketero”, e invitó a Emiliano Brancciari de No Te Va Gustar, para interpretar juntos la colaboración que les valió una nominación a Mejor canción de rock en los Latin Grammy: “Venganza”.
Foo Fighters dio el cierre del festival en la tercera fecha, como era de esperar, con un show lleno de clásicos: “Times Like These”, “The Pretender”, “Learn to Fly”. Pero tenían más sorpresas preparadas. Promediando el set, el baterista Taylor Hawkins pasó al frente a cantar, el cantante Dave Grohl volvió a los palillos como en sus días de Nirvana y la banda hizo “Somebody to Love” de Queen.
El recital continuó con más hits (“All My Life”, “Run”, “Wheels”, “Best of You”) hasta que llegó un nuevo giro que solo los más atentos vieron venir (el bombo de la batería tenía la inscripción “Foo’s Addiction”): el cofundador del festival Perry Farrell se subió a cantar “Been Caught Stealin”, de Jane’s Addiction. Un cruce para la historia.
Todos los shows del festival ya se encuentran disponibles para ver a demanda por Flow.