Miguel Flores es un meteorólogo admirado por sus seguidores. Es fuente de consulta confiable y es querido por todos. Luego de años de trabajo logró tener su propio programa de meteorología en televisión con una mega producción. Pero su vida va a cambiar drásticamente cuando una noche falle y no advierta que se viene una gran tormenta con caída de granizo. Esa gran tormenta se convertirá en la peor pesadilla que pudo haber tenido Flores en su vida y terminará abandonando Buenos Aires para refugiarse junto a su hija en su Córdoba natal.
Este es el planteo de Granizo, el nuevo film dirigido por Marcos Carnevale con guion de Nicolás Giacobone y Fernando Balmayor que llega este miércoles 30 de marzo a Netflix. Miguel Flores está interpretado por Guillermo Francella (El robo del siglo, El secreto de sus ojos) que dialogó con Infobae antes del estreno en la plataforma.
Granizo no es solo una comedia clásica sino que aborda muchos temas, desde esa situación rutinaria de la clase media interpretada por el taxista que hace Peto Menahem, a quien no le alcanza la plata ni para cambiar la canilla de la cocina, pasando por la locura del rating y el minuto a minuto de la televisión, y lo que implica la fama y el abandono de las relaciones familiares. Habla también de cómo resolver un duelo y de qué manera levantarse ante una adversidad cuando solo quieres que te trague la tierra. Y también es una película que se anima al uso de los efectos especiales y lo resuelve con mucha verosimilitud.
“Sentíamos que la película tocaba muchos temas, uno de ellos lo efímero de la fama, de los egos, y de que a raíz del éxito puede haber cierta actitud abandónica familiar”, comenta Francella haciendo referencia a su personaje y la relación con Carla (Romina Fernández), su hija en la ficción.
Granizo hace mucho hincapié en cómo de un momento para el otro tu vida se puede desmoronar. “Habla de la cultura de la cancelación, de qué pasa con alguien que por una frase desafortunada o un diagnóstico mal realizado pasa de ser un héroe a un demonio”, relata Francella, quien destaca también el trabajo que se hizo desde la edición de efectos especiales.
“El proceso de producción duró 10 meses y estuvieron en cada detalle del granizo, de la lluvia, del viento, fue maravilloso. Era la primera vez que se hacía cine catástrofe en Argentina. Pero nosotros ver todo lo que pasa en la avenida Corrientes, en nuestro congreso, en nuestro Obelisco, era muy movilizante y había que estar a la altura”, dice con cierto orgullo el actor. “Ha sido un motivo de orgullo para todos ver lo que pasó con el equipo de efectos especiales”, agregó.
¿Cómo te sentiste dándole vida a Miguel Flores?
-A mí como actor me gustó explorar ese arco dramático que tiene el personaje: porque tiene comedia, porque está medio corrido de la realidad. Hasta habla con un pez. Es un personaje que está totalmente ido y cuando cae hasta lo más hondo se conecta con todo, con sus raíces. Es muy interesante la película.
Luego de este momento clave donde Flores huye de Buenos Aires para esconderse en Córdoba, el espectador siente que comienza otra historia donde las luces del esplendor y la fama se apagan.
¿Tuviste algún momento donde la fama te pesó?
-Personalmente me pasó: pasar de ser un tipo normal como cualquier otro a empezar a gozar de una popularidad muy masiva. Pero siempre digo: tengo gran parte de mi vida siendo un tipo anónimo y menos parte de mi vida siendo un tipo muy popular. Gracias a Dios tuve siempre los pies sobre la tierra y nunca perdí ese eje de familia. En cambio, Flores vivió un hecho muy traumático con su familia, no vamos a spoilerarlo, entonces a raíz de eso decide meterse en todo lo que tiene que ver con la meteorología, los mapas. Es un estudioso.
Pero a pesar del amor que goza Flores, sus seguidores no pueden tolerar que se haya equivocado de la manera que lo hizo. De ser un héroe y contar con miles de seguidores en redes sociales, pasa al fondo del mar en un abrir y cerrar de ojos.
“El advenimiento de las redes y la crueldad que hay en ellas, que la gente insulta desde el anonimato con tanta facilidad... y entonces es tan contundente lo que pasa a Flores que es interesante tratarlo de cabo a rabo porque toca muchos puntos álgidos de lo que nos pasa, del momento que se vive y lo antipático y duro que es todo eso”, reflexiona Guillermo que está acompañado en el elenco por Viviana Saccone, Romina Fernández, Pompeyo Audivert, Norman Brisky, Eugenia Guerty, Martin Seefeld y Peto Menahem.
El personaje de Martin Seefeld como gerente del canal de televisión es clave en la caída de Flores...
-Los medios tienen esta crueldad desde que llegó el minuto a minuto. A veces estás en un reportaje y de golpe ves, vos mismo, carteles que dicen: “No interesa lo que está pasando”. Y yo he leído: “No interesa, sácalo, sácalo”. Y cuando es ficción el minuto a minuto no sirve porque ya está escrito, ya está hecho. ¿Cómo corriges si un segmento de esa ficción no caminó? Tienes que esperar por lo menos 10 capítulos que ya están grabados y ya es tarde, se viene la noche.
- A pesar de todo esto, ¿te gustaría volver a la tele?
-Sí, a mí me gusta la tele. Lo que pasa es que está tan rara la televisión abierta que no hay ni encendido. La gente está con la cabeza en otro lugar, pero no porque está ocupada en otras cosas, sino porque tiene tantas posibilidades de ver cosas mucho más cuidadas y prolijas. Pero a mí siempre me gustó la tele y todos lo saben. Lo último que hice fue El hombre de tu vida con Campanella, que fue 2011 y 2012, y ya llevo diez años sin hacer tele.
Saliendo un poco de la película, tus hijos Nicolás y Johana decidieron dedicarse a la actuación también. ¿Cómo lo tomaste?
-Hablamos mucho con los chicos cuando empezaron en esto porque conozco esta profesión. Es hermosa, pero también tiene muchos inconvenientes. Puedes estar años enteros sin una continuidad y a nivel anímico no quedas fortalecido. Pero, yo nunca puse un impedimento y gracias a Dios tienen momentos muy felices ambos. A veces vienen las pausas o vienen los momentos en los que no tienen esa continuidad soñada, pero están atravesando un momento muy lindo ambos. Son convocados, me gusta mucho desde lo interpretativo cómo se expresan, me gustan, son verosímiles en la actuación.
- ¿Y suelen pedirte consejos?
-Somos fuentes de consulta entre todos. Les muestro un libro, les muestro la audición de alguien, me gusta escucharlos. Si me convocan de un programa que ellos ven y yo no, les pregunto, y ellos también a mí. En una época les gustaba ensayar conmigo. Me di el gusto de trabajar con ambos.
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