Hay series que se sostienen con actores desconocidos, hay otras que apuestan a un elenco de grandes nombres, y hay algunas que confían en la persona que interpreta el rol central para llevar adelante la trama. Rosario Dawson, cuyo conocido rostro ha tenido un nuevo y merecido crecimiento en el último lustro, es una de esas actrices cuya presencia justifica esta miniserie de cuatro episodios que se puede ver en HBO Max.
La historia de DMZ transcurre en un futuro cercano. Ha estallado una nueva guerra de secesión en Estados Unidos y la isla de Manhattan se ha convertido en una zona desmilitarizada (de ahí el título). Alma Ortega (Dawson) es una médica de Nueva York que al comienzo del conflicto se ha separado de su hijo. Años más tarde, luego de una intensa búsqueda, consigue regresar a Manhattan para encontrarlo. Con la Segunda Guerra Civil fuera y dos pandillas en lucha por el poder en la isla, Alma descubre que tal vez su misión trascienda su historia personal.
El comienzo de la miniserie es potente y su impacto emocional es así de claro. Y desde ese inicio, el guión y la dirección se apoyan en Dawson, no solo una excelente actriz sino evidentemente la adecuada para este rol. La desesperación, la tenacidad y la fortaleza de Alma le sientan impecablemente bien. La evolución de su personaje a lo largo de los cuatro episodios no hubiera funcionado de manera tan eficaz con otra actriz.
A veces la elección de un protagónico es la diferencia entre la credibilidad absoluta o el error insalvable. DMZ —basada en la novela gráfica de DC Comics, escrita por Brian Wood e ilustrada por Riccardo Burchielli— encuentra allí su mejor acierto.
Dawson nació en Nueva York en 1979 y comenzó su carrera en cine en el año 2005 con la polémica película Kids. Trabajó con Spike Lee y Oliver Stone, transitó los más variados géneros y participó en varios grandes éxitos de taquilla. Tardó más de una década en darle una oportunidad a la televisión, pero cuando amplió su espectro en la pantalla chica su éxito se duplicó.
En los últimos años tuvo un crecimiento aun mayor al interpretar a Claire Temple en Luke Cage y las demás series de Marvel conectadas a ella. Sumó otro gran golpe al hacer un papel clave en la premiada miniserie Dopesick. Y como si esto fuera poco, los fans de Star Wars enloquecieron —con razón— por su interpretación de Ashoka Tano en The Mandalorian y El libro de Boba Fett. Y Ashoka Tano se llamará la serie que ahora ella protagonizará para la franquicia.
DMZ tiene aspiraciones de alegoría política, algo que hoy en las series suele asociarse a los años recientes de la historia de los Estados Unidos. Pero el cómic en el cual se basa es anterior al estallido de los conflictos políticos y sociales del presente. Su discurso, completamente a la moda contemporánea, intenta expresar una idea política más allá de la coyuntura.
Su mensaje ideológico es menos interesante que el drama personal y la violencia, pero termina ubicándose en el centro de la trama, que resulta bastante voluntarista y hecha a la medida de la agenda progresista actual. Cada ingrediente obligatorio es representado; su propuesta política se revela simplista y algo inocente. Pero así son las modas: menos parte de la convicción que del negocio.
Por estas limitaciones, la serie encuentra en su protagonista a su mejor aliada. Las escenas más notables se centran en la habilidad de Dawson para el drama y a la vez la acción, una mezcla que pocas personas tienen y que la ascendente actriz realiza sin problemas.
DMZ solo tiene cuatro episodios, y Dawson casi siempre está en la pantalla. Cualquiera que siga sus pasos debe adentrarse en esta miniserie.
SEGUIR LEYENDO: