“Hasta que nos volvamos a encontrar” no es más que un agradable paseo turístico por Perú

La comedia romántica, protagonizada por Stephanie Cayo y Maxi Iglesias, es la primera producción peruana que integra el catálogo original de la plataforma Netflix

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Salvador y Ariana tienen vidas completamente opuestas, pero el amor a primera vista y el recorrido por las maravillas de Perú afianzará un romance muy inesperado entre un empresario español y una mochilera peruana. (Netflix)

Stephanie Cayo y Maxi Iglesias protagonizan la comedia romántica que marca el debut de Perú en el catálogo original de Netflix. Desde su título (en referencia a una expresión del idioma quechua) hasta los escenarios, el propósito de Hasta que nos volvamos a encontrar es llevar al cine una historia con sabor peruano e introducir las maravillas de este país a los espectadores en el mundo… Y prácticamente, eso la define: es una película de exportación y que podría fácilmente verse en una agencia de viajes, ya que su narrativa como tal es un acompañante bastante vacío.

La historia sigue a un arquitecto y empresario español, Salvador Campodónico (Maxi Iglesias), que aterriza en Cusco para iniciar el proyecto de un hotel de siete estrellas en la ciudad encargado por su padre, el dueño de una compañía multimillonaria. Al lado de la casa que rentó para quedarse durante este tiempo, descubre que hay un simpático hostal que recibe a múltiples turistas. Cuando ingresa a este lugar, la escena carga con atributos muy peruanos, aunque bailan festejo –una danza costeña de Lima e Ica– en la Sierra y la sensación inicial es lo mucho que pesa la visión capitalina del director, Bruno Ascenzo, en el intento de ambientar la atmósfera cusqueña.

Stephanie Cayo y Maxi Iglesias protagonizan la primera película peruana que llega al catálogo original del servicio streaming. (Netflix)
Stephanie Cayo y Maxi Iglesias protagonizan la primera película peruana que llega al catálogo original del servicio streaming. (Netflix)

Lo que sigue es propio de una clásica historia de amor. Salvador queda impactado por la belleza de Ariana (Stephanie Cayo), una joven mochilera que trabaja junto a su tía en este lugar. Los diálogos de entrada entre ambos caen en la simpleza de demostrar cuán peruana es ella ante este extranjero hasta el punto de ser muy forzados. Tras una apasionante noche, ella se entera de que realmente este hombre ha llegado a su país para destruir parte de la vivienda de su infancia y arruinar el encanto rústico y natural en Cusco, una alegoría al colonialismo español que podría resultar divertida.

La única forma de detenerlo será hacer que vea con sus propios ojos la belleza de Perú en su máxima expresión. Para pasar más tiempo con la joven, él decide hacer sus compromisos a un lado por unos días y tomar una de las rutas turísticas favoritas por los turistas, una excursión de cuatro días conocida como el Camino Inca hacia Machu Picchu, un aspecto visual muy notable de la película. No cabe duda de que cada escena que muestra los paisajes es maravillosa, pero Hasta que nos volvamos a encontrar recae en únicamente ser un paseo por lugares increíbles.

La nueva comedia romántica está dirigida por el cineasta peruano Bruno Ascenzo. (Netflix)
La nueva comedia romántica está dirigida por el cineasta peruano Bruno Ascenzo. (Netflix)

Mientras tanto, la presión del padre de Salvador es cada vez más fuerte para cerrar el trato de una edificación mucho más grande de lo que está permitido por el municipio. Finalmente, él termina por olvidarse de este problema por un rato más cuando llega a la maravillosa ciudad de los Andes junto a Ariana. El mejor momento de la dinámica de estos dos personajes no ocurre ni siquiera ante el complejo arquitectónico, sino cuando están en el camino de vuelta. Él nota que ella tiene un evidente terror hacia los viajes en carretera y, más tarde, descubre que sus padres murieron en un accidente de auto.

Cuando el español cae en cuenta de que está en el punto de haberse perdido a sí mismo y a Ariana, quien ha decidido perseguir otro destino, lo deja todo atrás para emprender una aventura hacia Puno y después, rumbo a Paracas. Estos atractivos nuevamente muestran el encanto de Perú sin que la trama aporte demasiado, puesto que la búsqueda de su amada mochilera suena más como a una excusa para seguir llevando de viaje al público. El final es muy propio de un filme romántico: ellos se quedarán juntos por más diferentes que sean sus vidas. Sin más sorpresas de por medio, la experiencia de ver Hasta que nos volvamos a encontrar podría considerarse nada más que una anécdota para conocer de cerca lo más bonito de Perú y no está mal si ese siempre fue su objetivo.

Póster oficial de "Hasta que nos volvamos a encontrar". (Netflix)
Póster oficial de "Hasta que nos volvamos a encontrar". (Netflix)

La primera película peruana producida por Netflix se lanzó este viernes 18 de marzo.

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