Las producciones basadas en historias reales están de moda. Luego del éxito de El estafador de Tinder, llega Bad Vegan, la docuserie de cuatro episodios que cuenta la historia de Sarma Melngailis, la mujer dueña del restaurante “Pure Food and Wine” y su dramática situación. En primera persona relata su versión de los hechos y cómo terminó en prisión.
Sarma Melngailis y su pareja de ese momento, el chef Matthew Kenney, pusieron en funcionamiento el restaurante vegano que llevaba el nombre de “Pure Food and Wine”. En poco tiempo se convirtió en lugar elegido por las estrellas. Owen Wilson, Tom Brady y Chelsea Clinton eran habitúes del lugar como también lo fue Alec Baldwin. El negocio interfirió en la relación de pareja de Sarma y Matthew quienes decidieron separarse. El restaurante quedó en manos de Sarma quien siguió adelante con el negocio. Baldwin comenzó un coqueteo con ella (llegó usar sus propias redes sociales para decir que estaba enamorado de ella) pero el vínculo no pasó más de ahí.
Sarma estaba deprimida por su reciente separación y Alec le sugirió que adoptara un perro. Ahí entra en acción Leon, el pitbull que se convertirá en estrella central de la vida de Sarma. Pero algo muy grave iba a suceder. A través de Twitter, apareció un hombre a enviarle mensajes y también a escribirle a Baldwin quien le respondía e incluso hacían chistes entre ellos. Baldwin ya había conocido su actual mujer, Hilaria Thomas, en el restaurante de Sarma y la relación iba viento en popa. De hecho Hilaria también interactuaba en twitter con este misterioso hombre que se convertiría en la pesadilla de Sarma.
La curiosidad de Sarma pudo más y decidieron conocerse en persona. El hombre llamado Anthony Strangis se convertiría en la ruina de su negocio y de su vida. Los engaños se comenzaron a suceder unos tras otros. Las mentiras eran cubiertas con otras más grandes y Sarma, de manera inocente, creyó cada uno de sus argumentos, quien la había convencido incluso que podía hacer que Leon, su perro, fuera inmortal. El hombre la fue dominando en sus sentimientos y también usó técnicas típicas de un culto extraño para tenerla controlada. “No sé cómo se mezcló con Anthony”, dijo la madrastra de Strangis, Ellie Strangis. “Una mujer como ella, ¿Qué vio en Anthony?”
Esa era la pregunta que todo el círculo de Sarma y sus empleados se hacían y nadie podía encontrar una respuesta adecuada.
Así con esta idea tan ridícula y bizarra de la inmortalidad de su mascota, (“Ella realmente creía que su perro viviría para siempre” dice en la serie el novelista Porochista Khakpour, un amigo de esta mujer), Sarma entró en un circuito nefasto donde se comenzó a endeudar cada vez ya que su pareja le pedía dinero para diversas actividades.
Tapada de deudas, en 2015 tuvo que cerrar su restaurante y se fugó con Anthony dejando atrás una deuda inmensa con el fisco y con sus empleados. La deuda se estima entre 844,000 dólares que le debe a los inversores y la deuda de 40.000 dólares en los sueldos que no le pagó a los empleados del restaurante.
Mientras duró el tiempo que estuvieron fugados y la policía no podía dar con ellos, ambos cometieron un error que para los seguidores del veganismo fue imperdonable. La pareja pidió una pizza (más tarde Sarma afirmó que no fue ella quien la ordenó sino Anthony) y la policía prendió los radares y dio con ellos.
La historia toma como inicio las palabras y el testimonio de esta mujer que luego de pasar por prisión, intenta recuperar su vida y se arrepiente de la relación llena de mentiras que vivió con Anthony. Intenta poner en el foco de la discusión cómo una mujer con el futuro asegurado como el Sarma, una mujer inteligente y universitaria quedó presa de esta red de locura. Conocida a partir de esto como la “Bernie Madoff vegana”, Sarma no podrá recuperar el status y el respeto que se había ganado a base de esfuerzo con su restaurante.
La docuserie está dirigida por Chris Smith y el productor ejecutivo es Ryann Fraser. Cuando le consultaron a Smith si pudo hablar con Strangis dijo: “Lo intentamos. Fue muy difícil de encontrar. A través de una persona, nos dieron una dirección de correo electrónico codificada, así que le escribimos con una oferta para participar y nunca respondió”.
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