Porno y helado es una excelente comedia perteneciente en muchos aspectos a una nueva generación. Aunque su creador y protagonista, Martín Piroyansky, tiene una larga trayectoria, queda claro que muchos de los elementos que la hacen diferente consisten en entender y captar formas de humor que son contemporáneas y que, por suerte, rompen con los peores lugares comunes del género en Argentina. Los ocho episodios de media hora que completan esta primera temporada son un ejemplo impecable de como hacer una gran comedia, no importa el tema, ni la época, ni el país donde se hizo. La comedia en una forma pura y lograda en su máxima expresión.
Los tres protagonistas de la serie son jóvenes porteños que andan sin un rumbo fijo, cada uno en su propio estilo. En primer término aparecen como amigos Pablo (Martín Piroyansky) y Ramón (Ignacio Saralegui), quienes se juntan para ver porno y comer helado. Pablo no sabe muy bien qué quiere de la vida, a diferencia de, por ejemplo, su hermanito, un joven precoz de una madurez absurda. Ramón tiene un trabajo en un local de venta de materiales de construcción y hogar, es más tímido y serio, aceptando generalmente las locuras de su amigo. En paralelo conocemos a Cecilia (Sofía Morandi), una joven con tendencia a mentir y engañar, una estafadora que vive al día. Se van a cruzar en un bar donde paran todos los taxistas en el barrio. Una mentira lleva a otra y sin proponérselo inventan que Pablo y Ramón tienen una banda y Sofía se autodenomina su mánager. De ahí en más, cualquier cosa puede pasar.
Porno y helado es una comedia que hace reír, lo único que importa cuando hablamos de este género. Pero lo logra mediante los elementos más genuinos que existen: un timing perfecto y una estructura sólida. No es una comedia de diálogos mal dichos o de burlas agresivas para sacar risas, es una comedia en la que cada frase, gesto y movimiento está al servicio del humor. No sorprende pero es muy satisfactorio ver cómo cada episodio tiene una estructura sólida y la temporada completa también. Los actores están al servicio del guion y de la puesta, no al revés. Son actores más cercanos al cine que a la televisión tradicional, son actores de una nueva generación.
Que el armado de la serie sea tan sólido no significa que la historia esté acartonada. Porno y helado siempre logra sorprender en su combinación de elementos, sus chistes surrealistas, sus vueltas de tuerca y sus personajes. Cuando el guion abre una puerta se asoma siempre a algo más gracioso, aunque sea una sub-historia o el pie para algo que aparecerá en el episodio siguiente. La comedia más prolija suele ser la norteamericana y sin duda esa es la referencia principal. Eso la vuelve universal, aunque tenga inequívocos elementos locales que le dan una gracia y un tono particular.
Los protagonistas son más famosos por la nueva generación, no hay duda, y en ese aspecto Sofía Morandi sorprenderá a los espectadores menos actualizados, aunque Ignacio Saralegui será la presencia que haga la diferencia, como cuando uno ve por primera vez a un comediante que lo hace reír. Piroyansky no necesita presentación, ni como guionista, ni como director, ni como actor, su talento ya ha sido probado. Pero el lujo más promocionado es la presencia de Susana Giménez, una estrella gigante con una carrera en cine y televisión enorme. Susana siempre ha sido una gran comediante, pero acá se adapta a una forma de comedia diferente. El guion la pone en un rol como el de la mamá de Stifler en la comedia American Pie, aunque la actriz le pone su impronta. Cuando el guion y el director saben lo que hacen, dos generaciones actorales pueden combinarse de esta manera.
La serie es original y distinta a todo lo que se hace en Latinoamérica, pero aún así, está claro que hay una conexión con las películas de Adam McKay y protagonizadas por Will Ferrell o algunos elementos de Adam Sandler. Solo quienes conozcan bien esas comedias podrán reconocer la conexión, porque no son copias, sino ideas de la comedia. Porno y helado se ve en un fin de semana, pero deja con ganas de que ya se estrene la segunda temporada. Una comedia con muchas más cosas de las que aquí se han mencionado, porque no le faltan sorpresas y gags brillantes a esta gran serie.
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