Alf significa forma de vida extraterrestre (Alien Life Form en inglés) y el personaje principal de esta sitcom es un alienígena nacido en el siglo XVIII en el planeta Melmac. Debió huir inesperadamente de su lugar de origen cuando este explotó. Su verdadero nombre es Gordon Shumway y al caer su nave en la Tierra lo hizo en la cochera de la casa de los Tanner. Alf es de estatura pequeña, nariz grande y mucho pelaje naranja. Su comida favorita es el gato, pero una vez en nuestro planeta deberá reprimir ese instinto. Los Tanner son Willie (Max Wright), Kate (Anne Schedeen) y los hijos Lynn (Andrea Elson) y Brian (Benji Gregory); y su mascota, el gato Suertudo.
Rápidamente la familia descubre que debe mantener oculto a Alf, ya que el gobierno lo usaría para experimentos por su condición de alienígena y los medios enloquecerían con su existencia. Así que Alf se transforma en uno más de la familia y los cien capítulos de la serie giran en torno a esa interacción familiar disparatada y la condición de personaje escondido del mundo. La mayor amenaza para mantener el secreto son los vecinos, los Trevor Ochmonek, Trevor (John LaMotta) y Raquel (Liz Sheridan). No es nada fácil controlar a Alf, propenso a llamar por teléfono e interactuar con radios, canales de televisión y organizaciones varias. La tendencia a romper objetos y comer en exceso es también su marca de fábrica.
Alf representa a la perfección el espíritu de la década del ochenta. Los títulos de la serie son el propio Alf poniendo un casete de VHS en la videocasetera y allí se ven las grabaciones familiares. El mundo de referencias culturales del show incluye toda la música, la televisión y el cine de aquellos años. Pero también un sentido del humor políticamente incorrecto y al límite. Paul Fusco, el creador de la serie, tuvo que luchar contra la censura de la cadena de televisión en muchas ocasiones. Cuando el personaje se convirtió en el referente de los niños, la tendencia a imitar sus locuras fue en aumento y hubo que tomar algunas precauciones. Pero aun así hubo espacio para que Alf realizara un humor que hoy un show familiar ya no tendría.
El rodaje de la serie era muy complicado. El propio Paul Fusco es quien le da la voz a Alf y también el titiritero principal. Entre varios manejaban al muñeco que generalmente aparecía tapado por algún mueble o elemento. Cuando aparecía de cuerpo entero, algo no tan común, era Michu Meszaros quien estaba dentro del traje. Las dificultades técnicas generaban tensión, y aunque el mundo entero disfrutó de la serie, hacerla no fue tan simpático. Además, obviamente, todas las mejores líneas de diálogo las tenía el muñeco, lo que también hería algunos egos. Paul Fusco les baja un poco el tono a todos los comentarios acerca de los problemas en el set, tan solo admite que era difícil para rodar. Cuando la serie terminó su cuarta temporada con un final abierto, ninguno de los cuatro actores principales volvió años más tarde para trabajar en la película que funcionó como cierre.
Algunos episodios se volvieron verdaderos clásicos. Y en ellos el doblaje ha sido tan importante que quien vea la serie de hoy puede ver algunos episodios en idioma original y otros como los conoció inicialmente. El episodio donde Alf salva de ser cancelado al programa Baila una polka es uno de esos favoritos de todos. Pero también hay algunas rarezas como el episodio dos de la temporada 2, en el que, en una fantasía, Alf conoce a los náufragos de La isla de Gilligan con la mayoría de sus actores haciendo nuevamente sus papeles. Pero en la temporada uno, episodio veintiuno, todos se volvieron locos con la canción que aún hoy está en la cabeza de todos: Sí, hablamos de “¡Espárragos, espárragos…”, el tema que Brian canta con un compañero de clase en un show de la escuela. Los dos disfrazados, desafinados, consiguieron uno de los instantes inolvidables del show. Otro gran capítulo es aquel en el cual Alf tiene la idea de escribir una película muda y vemos un episodio entero con formato de parodia de un film de Charles Chaplin.
En el episodio nueve de la temporada 3, llamado Changes (1988), Kate anuncia que está embarazada. Dicho evento se produce en la ficción para aprovechar el embarazo en la vida real de la actriz Anne Schedeen. Ella está embarazada durante el resto de la temporada y en el episodio veintiséis Alf estudia cómo ayudar con el nacimiento viendo El show de Dick Van Dyke. El nacimiento es en ese mismo episodio. El nuevo integrante de la familia se llama Eric y por haber llegado recién al final de la temporada 3 muchos no recuerdan su presencia en la serie. Otro elemento predominante es su discurso de respeto hacia los inmigrantes, obviamente marcado por la condición de Alf. Willie Tanner, después de todo, es trabajador social, de ahí su espíritu paciente con la criatura del espacio.
Para la tercera temporada la serie era tan popular que ya se había creado una serie de dibujos animados y también un comic de Marvel. Todo esto convivió en paralelo, por lo que la presencia del personaje era total. En Latinoamérica y Europa también fue furor, incluso después de terminada. Muñecos varios y figuritas se multiplicaron durante años. El telefilm que se hizo más tarde, llamado Proyecto Alf (1996) se estrenó en salas de cine en algunos países. La ausencia de los Tanner, de todas formas, le quitaba la gracia necesaria para conquistar al público y no muchos saben que estaba conectado con la línea temporal de la serie.
Cuando terminó de rodarse el último episodio de la última temporada, Max Wright fue a su camerino, tomó sus cosas y nunca más nadie lo volvió a ver. Era un enorme talento el suyo, porque al ver Alf nadie podría sospechar de su mal humor. A John LaMotta tampoco le gustaba el show. Andrea Nelson y Benji Gregory abandonaron sus carreras poco después de la finalización de la serie y Anne Schedeen también terminó abandonando la actuación. Absurda y sin sentido, Alf hoy sigue siendo muy efectiva con su humor. Tiene pequeños momentos sentimentales pero un golpe de irreverencia siempre la vuelve a encauzar. Sencilla para ver aunque difícil de realizar. Alf es parte fundamental de la historia de la televisión. Con solo ver una imagen de la serie ya se dibuja una sonrisa en el rostro de los espectadores. Nunca es un mal momento para volver sobre esta comedia sin tantas vueltas, como eran las comedias de entonces. Como diría el propio protagonista, no importa que tan complicado sea todo: “¡No hay problema!”.
SEGUIR LEYENDO