El pasado viernes llegó a Netflix uno de los estrenos más esperados del año: Vikingos: Valhalla. La historia, derivada de la original Vikingos que finalizó en diciembre de 2020 luego de 6 temporadas, retoma los hechos 100 años después de las aventuras de Ragnar Lothbrok y sus hijos.
Los protagonistas en este nuevo capítulo de la historia vikinga son por un lado los hermanos Leif y Freydis Eiriksdottir (Sam Corlett y Frida Gustavsson), hijos de Erik, El Rojo, que llegan a Kattegat a vengarse de un hombre que abusó sexualmente de Freydis y le marcó en carne viva una cruz en su espalda que debe llevar de por vida (con el agravante de que no es cristiana). A su llegada desde Groenlandia, se encontrarán con Harald Sigurdsson (Leo Suter), otro de los personajes centrales de esta trama, que comienza una historia de amor con Freydis y toma a Leif como nuevo soldado de su ejército.
Con este planteo se presenta el piloto de la serie (las tramas y los personajes se van complejizando cada vez más a medida que avanzan los episodios), que impacta nuevamente por su contenido visual, sus juegos de poder, un vestuario impactante y las heroicas batallas en un mundo lejano al nuestro. Estas son las claves del éxito inmediato de Vikingos: Valhalla.
Las batallas
Nuevamente son las protagonistas de esta historia de vikingos. La serie nos sitúa durante los eventos sucedidos en la Batalla de San Bricio ocurrida en el año 1002: el rey de Inglaterra de ese momento, Etelredo II (que reinó entre 968 y 1014), decidió matar a sangre fría a los descendientes de los vikingos que habitaban la isla. Así fue como los sobrevivientes y descendientes deciden tomar venganza y hacerse de la corona inglesa. Esta decisión es tomada por el Rey Canuto (Bradley Freegard), otro de los grandes protagonistas de esta serie.
Las batallas se suceden una tras otra. La cobardía no es aceptada en estos guerreros que no dudan en usar todo lo que tienen para combatir. Una lucha al estilo bárbaro que impacta al espectador por su crudeza.
Paganos y cristianos
El enfrentamiento entre las religiones fue un conflicto que ocupó muchas batallas a lo largo de la historia. En Vikingos: Valhalla vuelve a decir presente de la misma manera que en la serie Vikingos original también se había presentado. Los creyentes de Cristo, vinculados más al poder en Inglaterra versus los nórdicos, liderados por los vikingos, plantean dos posturas diferentes con respecto a la vida y el destino final. Mientras los cristianos auguran la llegada al paraíso luego de su muerte, los vikingos añoran habitar Valhalla (sitio donde van después de morir los guerreros elegidos por el Dios Odín, el líder de su divinidad, y donde se prepara el ejército para enfrentar la guerra del fin del mundo).
La historia de héroe
Toda historia épica cuenta con un héroe. Y si en Vikingos fue Ragnar Lothbrok, ahora en su continuación parece encontrar en Leif a una especie de sucesor. Pero atención: ambos guerreros tienen bastantes diferencias. Leif es presentado como un hombre sin ambiciones que está buscando su lugar en el mundo luego de su salida de Groenlandia y que logra encontrar cuando idea el plan para derribar el puente de Londres y así el rey Canuto puede tomar el poder del reinado sajón en manos del rey Edmundo (Louis Davison) y su madrastra Emma de Normandía (Laura Berlin). Fiel defensor de su gente, Leif intenta diferenciarse de su padre y forjar su propio camino vinculado a las cosas más simples de la vida.
Tramas secundarias
Con un elenco con tantos actores es imposible que nos pasen por el costado las historias de los personajes secundarios. Y si en Vikingos esto se había logrado con mucha naturalidad (con los roles de Floki, Athelsan, Jarl Borg, entre tantos otros), en este spin off vuelve a repetir la fórmula. Olaf, el hermano de Harald, interpretado por Jóhannes Haukur Johannesson, o el del maquiavélico Earl Godwin (David Oakes), son algunos de los que presentan interesantes tramas alternativas al hilo central de Freidys, Leif y Harald.
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