La historia de Anna Sorokin, la joven rusa que fingió ser una heredera alemana y estafó a las altas esferas de Nueva York por más de USD 200.000, se popularizó gracias a Inventing Anna, la serie limitada de Shonda Rhimes para Netflix que protagoniza Julia Garner. Sin embargo, Sorokin no se contará entre el público de la producción.
Si bien ella vendió los derechos de su historia a Netflix —según trascendió, por USD 320.000—, en una carta abierta comentó los motivos por los cuales prefiere no mirar ni siquiera uno de los nueve capítulos.
“No parece que vaya a ver Inventando a Anna en el corto plazo. Aun si pudiera mover algunas influencias y lograrlo”, escribió, en alusión a que se encuentra en la cárcel y no tiene servicio de streaming, “ver una versión ficcionalizada de mí misma desde este manicomio penal no me resulta atractivo para nada”.
Porque seis semanas después de haber sido liberada, en febrero de 2021, luego de cumplir su condena por estafa, Sorokin volvió a ser arrestada: esta vez por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), acusada de haber permanecido en los Estados Unidos más tiempo que el autorizado por su visa. Hasta el momento permanece detenida mientras se evalúa su deportación.
En principio, el tribunal no se ha mostrado favorable a regularizar su situación: “Aun si se la liberase y se le ordenara reportarse regularmente a ICE, la demandada tendría la habilidad y la inclinación de continuar cometiendo actos fraudulentos y deshonestos. Evidentemente posee el conocimiento para hacerlo y no ha expresado remordimiento”, determinó el juzgado.
“Perdón, ¿me están juzgando por esto otra vez?”, ironizó Sorokin en su carta.
Sorokin, que con el alias de Anna Delvey estafó a bancos, hoteles y personas adineradas para darse una vida de lujos, había llegado a los Estados Unidos sin más que su gran poder de persuasión, que la convirtió en una especie de it girl entre 2013 y 2017, cuando fue detenida por sus robos. En el juicio se le probaron cargos por USD 200.000; sin embargo, otras víctimas se quejaron por no haber sido incluidas.
Con el dinero que recibió por los derechos de la serie, Sorokin pagó “algo más de USD 198.000 en concepto de restituciones, en su totalidad y de inmediato”, dijo a The New York Times. “El resto lo destiné a mis gastos legales”. Si bien durante mucho tiempo esperó que cuando se estrenara Inventing Anna, ella ya hubiera seguido delante con su vida —”imaginaba que el programa sería una forma de conclusión que resumiera y cerrase un largo capítulo”, escribió—, ahora se encuentra en una cárcel nuevamente.
“Después de casi cuatro años de producción y horas de conversaciones telefónicas y visitas, el programa está basado en mi historia y contado desde la perspectiva de una periodista”, objetó de manera general, que la narración siguiera a la investigadora original, Jessica Pressler, la investigadora de la revista New York que denunció su caso. “Y si bien siento curiosidad por ver cómo interpretaron toda la investigación y los materiales provistos, no puedo sino pensar en la oscura ironía de estar confinada en una celda en otra horrenda institución correccional, traspapelada, la historia repitiéndose otra vez”.
Tampoco siente apuro por mirar la serie cuando recuerda el episodio de 20/20 sobre ella que ABC emitió en octubre de 2021: “No quiero verme atrapada con esta gente que disecciona mi carácter, aunque nadie dice nada malo. Si acaso, todos son alentadores, pero de un modo barato y por las razones equivocadas”. Solo vio los primeros minutos y regresó a su celda, agregó.
Luego de haber cumplido casi cuatro años de prisión —por una sentencia de cuatro a 12 años— en cinco prisiones diferentes, Sorokin se vuelve a encontrar detenida por cuestiones migratorias. “Mi celda es bastante deprimente. Tengo un cesto entero lleno de papeleo legal. Y tengo muchos libros, sobre todo libros. Y una mezcla de frutos secos para comer como snack. No se puede mayor austeridad”, dijo al Times.
Es posible que esta serie no sea la única oportunidad de conocer a esta estafadora. Sorokin deslizó: “Definitivamente hay mucho más en mi historia que me gustaría compartir. Con eso en mente, estoy trabajando en varios proyectos. Estoy trabajando en un proyecto documental con Bunim Murray Productions en Los Ángeles. También estoy trabajando en un libro sobre mi tiempo en la cárcel, y en un podcast.”
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