Apenas estuvo disponible en Netflix, el 24 de diciembre, Mar de la tranquilidad (The Silent Sea) comenzó a acumular horas de visualización: apenas con dos semanas en el ranking de las series internacionales de la plataforma, llegó al primer lugar con casi 48 millones. Una gran distancia la separa de La reina del flow 2, que ocupa el segundo lugar con 29,5 millones, y La casa de papel, con 26 millones. Dado que El juego del calamar (Squid Game) se mantiene todavía en la lista (sexto lugar, 16 semanas), esta miniserie es otra muestra de la sintonía entre los creadores coreanos y el público.
Precisamente uno de los actores de Squid Game, Gong Yoo, es uno de los protagonistas de esta ficción ambientada en el futuro. La Tierra ha sufrido un proceso de desertificación y el agua se ha convertido en un bien de lujo, al que solo acceden en cantidad suficiente los millonarios y otros privilegiados, lo cual causa protestas e inestabilidad política constantes. Cuando se anuncia que en los siguientes 10 años habrá una reducción adicional del 40% del agua, buena parte de la humanidad parece condenada a la extinción. Entonces se organiza una misión misteriosa en busca de una solución fuera del planeta.
En la Luna —el título de la serie evoca el Mare Tranquillitatis, donde el 20 de julio de 1969 descendió el Apolo 11— existe una estación de investigaciones, la Base Balhae, abandonada desde hace cinco años cuando una filtración accidental de radioactividad causó la muerte de sus 117 habitantes. La misión tiene por fin rescatar una muestra de material científico del lugar, que podría resolver la crisis del agua, y regresar de inmediato a la Tierra.
Un militar de la agencia espacial coreana (SAA), Han Yun-jae (Gong Yoo), acepta dirigirla porque, aunque no le dan siquiera los mínimos detalles sobre lo que puede suceder, necesita ascender socialmente para garantizar el tratamiento médico de su hija. La astrobióloga Song Ji-an (Bae Doona, la actriz de Sense8 y Stranger) se suma al equipo especial porque ve una oportunidad de investigar qué sucedió realmente con su hermana, que se encontraba entre los 117 muertos. Por último, un ingeniero del Ministerio de Defensa, el capitán Ryu Tae-seok (Joon Lee), se ofrece como voluntario, porque esconde un secreto.
La Luna los recibe con hostilidad apenas se acercan: una falla de su nave resulta en un alunizaje violento. Al llegar a la Base Balhae, encuentran que todo está en perfecto estado de funcionamiento y que los niveles de radiación son inexplicablemente normales. Lo único extraño es la ausencia de personas. Entonces comienzan a encontrar cuerpos y los sensores registran una presencia viva que los acecha. Aunque comprenden que la directora de la SAA les ha ocultado información, lo cual genera desconfianza entre ellos, intentan dar con alguna de las muestras que podrían salvar la vida humana en la Tierra.
En 2014 Choi Hang Yong hizo un cortometraje titulado The Silent Sea, que ahora ha extendido a ocho capítulos de un apasionante thriller con elementos fantásticos a partir del guion de Eun-kyo Park. Ambos construyen una atmósfera densa, donde el peligro se dosifica pero nunca desaparece, y parece amplificado por el contraste entre el no lugar que representan los corredores idénticos de la estación y la desolación desangelada de la superficie lunar.
La revelación del misterio llega eficazmente y sorprende, aun cuando a lo largo de los episodios el espectador se haya habituado a los excesos extraordinarios. En su desarrollo, además, Mar de la tranquilidad roza temas éticos como el cuidado del planeta y las consecuencias de las acciones, los límites de la investigación científica y la relación entre fines y medios.
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