Las series ambientadas en Europa tienen un sabor especial. Las locaciones, y en algunos casos el idioma, hacen que disfrutemos de cada uno de los rincones del viejo continente siguiendo una historia romántica, un thriller o una historia de terror. La serie Romance es una de ellas. Se trata de un thriller romántico (dos conceptos que parecen antagónicos pero no lo son en esta ficción) dirigido por Hervé Hadmar y protagonizado por Olga Kurylenko y Pierre Deladonchamps. Esta producción podrá verse en la señal de Europa Europa a partir del 11 de enero y cuenta con un total de seis episodios.
Romance retrata el destino de dos personas que nunca deberían haberse conocido. Se trata de una historia de amor apasionado que desafía las reglas de la época y que va a alterar la vida de estos dos personajes para siempre. Un viaje en el tiempo, aterrador y maravilloso que retuerce las manos del destino y cambia sus vidas.
La producción se sitúa en dos hilos temporales que se mueven entre 2019 y 1960. Jeremy (interpretado por Pierre Deladonchamps) tiene 32 años y vive en París. Es en apariencia un joven solitario con poca vida social ya que nunca se sintió parte de su misma generación. Pero una noche su vida cambia por completo. Mientras camina taciturno por las calles de París, ingresa a un club de jazz llamado Wonderland, dirigido por un carismático gerente llamado Tony.
Así Jeremy, consigue un trabajo y se convierte en el cantinero del club, un lugar lleno de historia con muchas fotos en las paredes. Jeremy queda hipnotizado por una en particular, una foto tomada en Biarritz en 1960 con una hermosa mujer en la playa. Wonderland se convertirá para Jeremy en la puerta que le permitirá viajar en el tiempo, entre París de 2019 y Biarritz de 1960. Y junto a la mujer en cuestión, interpretada por Olga Kurylenko, retratarán esta historia de amor que no conoce de los límites temporales.
La recreación de los años 60 es llevada con una exactitud que asombra al espectador. Desde las telas para los vestuarios, los accesorios, las cabinas telefónicas y hasta un buzón de correos que data de 1954, todo fue construido y pensado con detalle.
Fue tal la obsesión de Hadmar por esta recreación, que para la grabación de la serie utilizó un método poco común pero que le sirvió para lograr esta perfección. Para conseguir ese color y textura tan distintivos de las películas de antes, el director tuvo la inusual pero eficaz idea de utilizar medias de mujer delante del lente de la cámara. Así fue como llevaron a cabo un “casting de medias” en una tienda de lencería, en búsqueda del mejor material para lograr ese acabado.
En cuanto a la edición del material, se utilizaron efectos especiales para borrar marcas de las autopistas, señales, semáforos y todo lo que podríamos encontrar en una ciudad moderna. Además, se recopilaron e intercalaron en la obra imágenes de archivo y en super 8 (un formato cinematográfico que utiliza película de 8 mm de ancho) para dar un efecto aún más real.
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