María Eugenia Suárez, más conocida por su sobrenombre de la China, comenzó su carrera muy pequeña y se contó entre las estrellas que surgió del universo de artistas que Cris Morena creó en la televisión argentina de los 2000. El momento cumbre de su exposición llegó con la producción para adolescentes Casi ángeles, que tuvo distribución internacional. De allí se desprendió la banda pop Teen Angels, y Suárez, Peter Lanzani y Lali Espósito hicieron parte de la misma, convirtiéndose en referentes de una nueva generación de artistas talentosos tanto en el canto como en la actuación.
La vida privada de la actriz ha sido expuesta en muchas oportunidades por sus relaciones amorosas; mientras tanto, ella continúa con su camino laboral y con la crianza de sus hijos: Rufina (fruto de su vínculo con el actor Nicolás Cabré) y Magnolia y Amancio (los más pequeños, que tuvo junto al actor chileno Benjamín Vicuña).
Pero en el marco de la presentación de la segunda parte de Sing (¡Canta!), la China habló con Infobae sobre esta experiencia, los momentos difíciles que vivió en su adolescencia, los deseos de participar en un reconocido reality show y el vínculo que tiene con su gran amiga Lali Espósito, otra figura de éxito internacional.
—¿Qué cosas tuyas tiene Meena, esta elefantita que rechaza el aplauso por vergüenza, muy tímida y a su vez muy talentosa?
—¡Me mata, la elefantita! Soy muy fan de la película —de todos los personajes, de la música— pero no me siento muy identificada con los tipos de miedos que tiene Meena, que se paraliza. Obviamente tengo otros miedos. Creo que ella nos representa a todos, porque todos en algún momento vivimos una situación parecida.
—Comenzaste tu carrera de muy chica, ¿cómo te llevas con la fama, y cómo te resguardas?
—Qué pregunta compleja… En el colegio, por ejemplo, le decía a mi mamá: “Si yo pudiera ir con una bolsa de papel en la cabeza, lo haría”. No me gustaba llamar la atención o que me trataran distinto, sufría mucho. Me daba mucha culpa si alguna maestra me trataba bien, aunque por lo general se ponían mucho más duras para que los demás no pensaran que yo tenía coronita. Sufrí muchísimo la etapa del colegio y la adolescencia, muchísimo. Me daba muchísima vergüenza, no quería sobresalir. Un poco me pasa lo mismo ahora: me resguardo bastante, no suelo ir a muchos eventos ni estar mucho con gente. Mi mejor plan es estar con mi familia y mis tres o cuatro amigos.
—Si pudieras volver el tiempo atrás y te encontraras de adolescente, ¿qué consejo te darías?
—No sé... Para mí, crecer es lo peor. Toda la vida me la pasé queriendo ser grande, algo que les pasa a todos los chicos. Ojalá el tiempo pasara mucho más lento, o se pudiera disfrutar más de tener 15, 16 años, y no tener tanta responsabilidad. Después son puras responsabilidades, estamos todo el tiempo resolviendo. Siento que no disfruté mucho eso. Trabajaba desde muy chica y tenía muchas responsabilidades que mis amigas no. Cumplir, cumplir toda la vida. Yo creo que me aconsejaría: “No quieras acelerar el tiempo o ir tan rápido”.
—Igual tuviste una etapa muy linda cuando hicieron Casi ángeles. ¿Qué recuerdos y qué amistades te quedan de esa época?
—Lali (Espósito) y Peter (Lanzani).
—¿Cantas canciones de Lali?
—¡Todo de Lali! Yo la amo, la amo. La admiro. Me estuvo mostrando un par de cosas del nuevo disco que va a sacar ahora. Ella es muy auténtica. Y pasan los años —nos conocemos desde que tenemos 10— y tenemos momentos en los que hablamos todos los días y otros que no, pero nos encontramos y nos damos un abrazo y sigue siendo lo mismo. Ella sabe que yo siempre estoy y yo sé que ella siempre está, y eso para mí es la perfecta definición de la amistad. Peter lo mismo, Peter es todo para mí. Tengo muchos recuerdos de las giras.
—Si te invitaran a un reality y pudieras elegirlo, ¿irías a La Voz, a MasterChef, a Bailando?
—La Voz. La Voz me encanta.
—¿Como jurado o a participar y esperar que se den vuelta?
—¡No, ahí me agarraría el efecto Meena! No se dan vuelta y me da un ataque. Pero creo que para estar en un jurado hay que tener mucha capacidad. Me faltarían un par de años para estar ahí o dedicarme más a la música.
—Pero te gustaría.
—¡Sí, me encantaría! Y sería la que llora todo el día, porque todo me emociona: vería un niño, vería una persona con una historia difícil, y no podría hablar.
—¿Cómo fue lograr ese acento neutro para hacer de Meena en Sing 2?
—El neutro lo logré gracias a un coach mexicano. Es un genio, tiene una paciencia tremenda. Y lo hacíamos de oído: o sea, yo lo escuchaba a él. Soy de copiar las tonadas cuando viajo: si voy a Colombia, a la semana se me pegan las palabras de Colombia. Lo mismo en España. Fue divertido, fue fácil.
—Justamente, ya tuviste la experiencia de filmar en España. ¿Tu carrera se proyecta al exterior o eso no te quita el sueño?
—Poco a poco. Yo soy más de los proyectos. No tengo esa ambición. Cuando era más chica quizá tenía el sueño de Hollywood, pero ahora me enamoran más los proyectos, los personajes. Es verdad lo que está pasando mucho con las plataformas: de repente hay más argentinos, colombianos, españoles, y eso está buenísimo. Pero yo me enamoro mucho de los proyectos y me fascina viajar por trabajo.
—¿Cómo te ves de acá a 15 años?
—¡Conmigo nunca se sabe! Podría ir para cualquier lado, te dirían mis amigos. Con mis hijos siempre cerquita, aunque ya sean adolescentes, y mis perros. Y en 10 años te cuento... Puedo estar de hippie en una playa de Costa Rica... No sé, soy pisciana. Cualquier pisciano entenderá lo que estoy diciendo.
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