Jack Roosevelt Robinson, más conocido como Jackie Robinson, fue un destacado atleta y una de las personalidades más importantes del deporte en los Estados Unidos. Su vida cambió la historia del deporte y la película 42, realizada en el año 2013, explica los motivos por los cuales él es tan valioso para los avances de los derechos de los afroamericanos en su país.
El beisbol es uno de los deportes favoritos para el cine y se han hecho muchas biografías de grandes atletas de ese deporte. Como se trata de una disciplina que no se practica de forma popular en todo el mundo, algunos de los títulos que lo tienen en su centro, no llegan a pasar por las salas de estreno. Tal fue el caso de 42, que no es tan famosa como se merece. Incluso, si uno piensa en la historia que cuenta y su protagonista, la película estrenada hoy hubiera sido candidata segura a muchas nominaciones al Oscar. Se anticipó un poco a los movimientos de los últimos años y tal vez por eso, aun siendo muy valorada, no consiguió obtener los premios que películas menos interesantes se han llevado años después.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el dueño del equipo de beisbol Brooklyn Dodgers, Branch Rickey (Harrison Ford), decide incorporar al jugador afroamericano Jackie Robinson (Chadwick Boseman). Primero jugando para los Montreal Royals, un equipo filial de los Dodgers, y sumándolo finalmente al equipo de Grandes ligas en 1947. Esta contratación generó un revuelo enorme, porque nunca un jugador afroamericano había formado parte de la liga principal de beisbol. Rickey sabía lo que hacía y contrató al periodista Wendell Smith (André Holland) para que cubriera la carrera del jugador.
Sabiendo el escándalo y la violencia que podía desatar esta contratación, la única condición que le puso Rickey a Robinson fue que nunca, por ningún motivo, respondiera a las agresiones y discriminaciones que recibiría. Le pidió tener el coraje para no pelear, algo que Robinson aceptó. Nada fue fácil para él. Dentro del propio equipo lo rechazaron y ni hablar de los contrincantes o las ciudades donde el equipo debía viajar para los partidos. 1947 sería el año que lo cambiaría todo dentro del beisbol y el número 42 que Robinson tenía en su camiseta sería también una leyenda.
La película está escrita y dirigida por Brian Helgeland, gran guionista y director. Es ganador del Oscar por su guión de L.A. Confidential (1997), y director de Payback (1999) y A Knight’s Tale (2001). Como sus protagonistas, el director elige ceñirse a los hechos y mantener la sobriedad para que la historia sea la que se luzca. Basta contar los hechos como ocurrieron para lograr grandes resultados. Chadwick Boseman, fallecido en el año 2020, realiza aquí su primer protagónico importante. Su parecido con Robinson es destacable, pero lo importante es cómo logra mostrar el duro camino que tuvo que realizar el deportista, rodeado de amenazas para él y su familia. Ford, por otro lado, realiza uno de los pocos papeles donde el maquillaje y la forma de hablar lo hacen verse casi irreconocible. Se trata de uno de los primeros roles secundarios de esta gigantesca estrella. Ambos son el motor y la emoción de la película. Hay que insistir, si la película se hubiera hecho hoy, ambos se irían a casa con un premio. Tal vez porque no hicieron la película especulando es que han dejado dos grandes trabajos sin demagogias ni sobreactuaciones.
No es necesario saber de beisbol para disfrutar de 42. Lo que cuenta trasciende el deporte. Se trata de una de las películas deportivas más emocionantes que se hayan hecho. No hay que anticipar nada de lo que pasa, por si alguno no conoce los hechos, pero sí prometer a los espectadores que preparen los pañuelos, porque la crónica de Jackie Robinson, Branch Rickey y los Brooklyn Dodgers de 1947 no deja indiferente a nadie. La historia con mayúsculas frente a nuestros ojos, la de los valientes que lo cambiaron todo.
SEGUIR LEYENDO