En la década de los ochenta el sueño de cualquier adolescente era poder tener una de esas máquinas de videojuegos que se denominaron arcade. Los coleccionistas de videojuegos fueron los primeros en hacer investigaciones y documentar la arqueología industrial como parte de la recuperación de las máquinas recreativas que existieron entre 1970 y el 2000.
Ahora, aparece este documental que hace un recorrido por ese trabajo realizado para la conservación de las máquinas recreativas y también analiza el pasado y el presente de estas máquinas.
La producción muestra la gran labor que implica poner a funcionar un arcade: esto va desde lo fácil que es cambiar un cableado, hasta lo complejo que puede ser analizar la ingeniería para poder acceder a la recuperación y funcionamiento de los videojuegos.
Otros de los temas que se tratan en esta pieza audiovisual tienen que con la perspectiva de género, la música que se utilizan en los videojuegos y los mecanismos básicos de algunos de estos arcades.
Adicional a eso, el documental muestra el objetivo que cumplieron aquellos lugares en donde funcionaban estas máquinas y que se hicieron tan famosos en los ochenta y noventa. Justamente, Mario-Paul Martínez, quien hace su debut como director de Arcadeología, le inyecta a este proyecto nostalgia al utilizar música e imágenes que transportan a los espectadores a esos lugares donde existían estas máquinas recreativas.
Los arcade clásicos son parte de ese legado cultural que vemos reflejado en los videojuegos modernos, y ahora los vemos en algunos pasillos de centros comerciales o en uno que otro local dedicado a conservar estas máquinas.
Aunque la llegada de las videoconsolas lograron que desaparecieran muchos de esos videojuegos recreativos, aún existen personas que quieren conservar esos artilugios que dieron inicio a esos jugadores que ahora conocemos como gamers.
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