“La Casa Gucci”: las actuaciones por encima del guion en este drama familiar lleno de estrellas

La película de Ridley Scott presenta una trama cargada de pasión, dolor y un crimen que acaparó los medios

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Tráiler de "House of Gucci"

“Sinónimo de riqueza, estilo, poder, pero su apellido también era una maldición”, son las palabras que se oyen de Lady Gaga en uno de los adelantos de La casa Gucci, película que llega esta semana a los cines de Latinoamérica. Segundo largometraje de Ridley Scott del año, pero el que reúne más expectativa por diferentes motivos: elenco de estrellas, moda y un crimen real que tuvo trascendencia mundial a mediados de los 90.

Dentro de esos tres elementos que establecieron a House of Gucci como una de las películas más esperadas de esta segunda mitad del 2021, hay una que sostiene las dos horas y media de metraje: las actuaciones. En este caso, nada tiene que envidiarle a un elenco de un filme de superhéroes porque los seis actores principales son pesos pesados en Hollywood, ni hablar de su máxima protagonista: Lady Gaga. Sin embargo, el trabajo realizado por todos sus intérpretes son el motivo más fuerte para ver esta película.

Jeremy Irons, Jared Leto, Al Pacino, Salma Hayek y el siempre impecable, Adam Driver, son los que le ponen cuerpo y voz, junto a la cantante, a esta historia que tiene elementos de sobra para generar tanta expectativa. House of Gucci sigue el nacimiento, la consolidación y el punto de quiebre del romance y luego matrimonio entre Patrizia Reggiani (la pieza clave de uno de los crímenes más polémicos de la farándula italiana) y su esposo, Maurizio Gucci (Adam Driver), nieto de Guccio Gucci, fundador de una potencia mundial en la industria de la moda. Y desde la génesis de esta historia de amor, el espectador va conociendo lentamente la configuración de la familia y sus negocios.

Adam Driver (Maurizio Gucci) y Lady Gaga (Patrizia Reggiani) en la filmación de "House of Gucci".
Adam Driver (Maurizio Gucci) y Lady Gaga (Patrizia Reggiani) en la filmación de "House of Gucci".

Ridley Scott decide llevar a la pantalla el libro de Sara Gay Forden (The House of Gucci: A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour, and Greed) que le da nombre a la película, la cruda interna familiar y el desenlace, pero contado con lujo de detalles, y siempre desde la perspectiva de Patrizia. No eligió contar el quién ni el cómo, sino que se centró en el camino hacia ese final. “Está inspirada en la impactante historia real del imperio familiar detrás de la casa de moda italiana Gucci. A lo largo de tres décadas de amor, traición, decadencia, venganza y asesinato, veremos lo que significa un nombre, lo que vale y hasta dónde llegará una familia por el control”, dice la sinopsis de la cinta.

Desde el apartado interpretativo -el punto más alto del filme- Lady Gaga vuelve a demostrar que tiene un imán para la pantalla. Su actuación, aunque por momentos se va de registro, termina cumpliendo con su función que es darle credibilidad a una Patrizia que supo entrar en la familia Gucci y no pasar desapercibida. Sin embargo, el elenco completo consigue destacarse y ser el motor de la película. Por ejemplo, Adam Driver logra, en contraposición a Jared Leto, una actuación sutil, pero poderosa, convincente. Con muy pocos cambios en su forma de abordar el personaje, logró darle una impronta diferente y una evolución con muy poco. Confirma que es uno de los mejores actores de su generación. Jared Leto, aunque en otro registro, también sale victorioso de su rol como Paolo, el excéntrico heredero de los Gucci. De Al Pacino no hace falta decir demasiado.

Una película llena de moda y lujos, y desde el apartado artístico hay un trabajo prolijo de reconstruir la evolución de Gucci, su estilo, pero también la época. Claro que a Lady Gaga todo le queda natural, una diva de su estirpe no suele desencajar a la hora de tener que interpretar a una persona que, durante años, fue una referente de la moda. Jeremy Irons y Adam Driver tampoco se quedan atrás. El resto del cast acompaña bien, salvo Salma Hayek que desentona en general y nunca se entiende demasiado su función dentro del guion.

"House of Gucci" es una de las películas más esperadas del año.

Pero House of Gucci también es ostentación y exageración. Y no precisamente de los millones que costaban las prendas de la marca -antes y ahora-, sino en algunas cuestiones que no funcionaron dentro de la película por su falta de límites y algunos desbordes: es extremadamente extensa, tiene un acento italiano casi burlesco y su guion pierde fuerza en el último tercio de la película.

Ahí, donde el personaje de Salma Hayek entra en juego, es donde lo que se había construido con tiempo y paciencia, se cae. Un resultado sorpresivo, ya que Ridley Scott, hace menos de dos meses, presentó una película con un guion y un trabajo en el relato que rozaba la perfección en El último duelo (otro trabajo sorprendente de Adam Driver).

Sin embargo, la película logra el objetivo primario: contar el entramado familiar desde la llegada de Patrizia, una mujer que tenía aspiraciones más allá de ser la esposa de, y echar luz en el conflicto de cómo se disolvió la dinastía Gucci por enemistades, egos enfrentados y aspiraciones desmedidas. Adam Driver, Lady Gaga, la química entre ambos, el aporte del resto del elenco, la moda y los lujos son los elementos centrales para conquistar al espectador.

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