En medio de la creciente tensión política entre Argentina y Venezuela, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, vinculó al régimen de Nicolás Maduro y la situación del gendarme Nahuel Gallo con el histórico secuestro del piloto argentino Juan Manuel Fangio en Cuba, llevado a cabo en 1958 por el grupo revolucionario Movimiento 26 de Julio, que por entonces lideraba Fidel Castro.
Bullrich, a través de un mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter), rememoró aquel episodio para trazar un paralelismo con la situación actual en el país caribeño, donde se encuentra secuestrado el gendarme Gallo.
"Hace 66 años, el asesino comunista de Fidel Castro secuestraba a Fangio para usarlo como herramienta de propaganda. Los dictadores siempre lo mismo. Aplican el mismo manual. Es hora de terminar con sus libretos de terror“, afirmó Bullrich. En un video difundido en la misma plataforma, la funcionaria se preguntó: “¿A qué les recuerda esto? Mismo tipo de régimen, mismo tipo de conducta”.
Nahuel Gallo viajó a Venezuela el pasado 8 de diciembre y desde entonces permanece retenido bajo acusaciones que el gobierno argentino ha calificado como infundadas.
El incidente, de alto voltaje político, llevó al Gobierno, en conjunto con organismos internacionales y de derechos humanos, a exigir públicamente la liberación del gendarme y, además, a solicitar a la CONMEBOL que reconsidere la realización del Sudamericano Sub-20 en territorio venezolano, previsto para comenzar el 23 de enero.
Ayer, Bullrich advirtió sobre los riesgos de enviar al seleccionado juvenil a Venezuela. “Habrá que cambiar de sede, CONMEBOL lo tendrá que pensar. Argentina va a mandar chicos que los pueden secuestrar”, señaló la ministra. “Cualquiera puede ser tomado de rehén en un régimen como este. ¿Qué diferencia puede haber entre un jugador de fútbol y un gendarme?”, se preguntó, en declaraciones a CNN radio.
El “secuestro revolucionario” a Juan Manuel Fangio
En este contexto, la referencia al secuestro de Fangio no es casual. Coincide con una fecha crucial para el régimen autoritario de Nicolás Maduro, mañana, 10 de enero, en la que prevé asumir un nuevo mandato y desconocer el fraude denunciado por la oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia y Marina Corina Machado.
El gobierno de Javier Milei monitorea de cerca la jornada y lo que pueda ocurrir con las protestas. La Embajada argentina en Caracas se encuentra en estado de alerta, ante el aumento de las movilizaciones y la presencia de agentes de seguridad venezolanos que han rodeado sus inmediaciones.
El 23 de febrero de 1958, el piloto argentino fue secuestrado en La Habana mientras se encontraba en la isla para disputar el Gran Premio de Cuba. Dos hombres armados lo interceptaron cerca de las 20.30 en el Hotel Lincoln, donde Fangio se hospedaba junto con otros corredores.
El piloto, que ya era una estrella mundial y había ganado la competición en una edición anterior, fue llevado a una casa segura en la capital cubana, donde permaneció retenido durante 29 horas. “Disculpe, Juan, me va a tener que acompañar”, le dijo uno de los secuestradores, al frente del operativo.
Los guerrilleros, pertenecientes al Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro, buscaban capturar la atención internacional hacia la lucha contra el dictador Fulgencio Batista y boicotear el evento deportivo, considerado una herramienta propagandística del gobierno de facto para mostrar que permanecía firme, en un momento en que la situación socioeconómica lo tenía a maltraer. El episodio ocurrió un año antes de que se alce con la victoria la revolución cubana castrista.
El Gran Premio de Cuba se desarrolló pese a la ausencia de Fangio, pero la jornada estuvo marcada por un trágico accidente en el que al menos siete personas perdieron la vida cuando uno de los vehículos perdió el control y se estrelló contra el público.
En ese marco, Fangio fue liberado al día siguiente en la embajada argentina en La Habana, sin que el episodio afectara su carrera profesional. Lejos de mostrar resentimiento, el piloto declaró en varias ocasiones que entendía las motivaciones políticas detrás del secuestro y describió el trato que recibió como respetuoso y cordial.
“Hubiera podido estar en ese choque, así que mis secuestradores me pudieron haber salvado la vida”, dijo Fangio. “Me trataron muy bien -declaró-. Nunca me vendaron los ojos. Cien veces me pidieron disculpas. Me parecieron macanudos. Les dije a los rebeldes que si me habían secuestrado por una buena causa, yo estaba de acuerdo”, deslizó el campeón.