Así como la Secretaría de Trabajo homologa rápidamente las paritarias que se adaptan a la pauta salarial del Ministerio de Economía, se resiste a convalidar las que no están a tono con la consigna oficial de “cuidar el salario acompañando la baja inflacionaria” y propone reformular los aumentos acordados. Traducido a números, el lema del Gobierno es claro: “En marzo, ningún aumento por encima del 1%”.
El modelo ideal de acuerdo salarial para la Casa Rosada es el que se ajusta al 1% como tope o se pasa de esa cifra por pocos puntos y que contempla el compromiso empresarial de no trasladar el porcentaje acordado a los precios. Pero, más que nunca, cada negociación de sindicalistas y empresarios termina siendo una tarea casi artesanal de los funcionarios conducidos por Julio Cordero para acomodar los números a la expectativa del ministro de Economía, Luis Caputo.
Por eso el Gobierno celebró el final feliz de la paritaria del Sindicato de Camioneros, que arrancó reclamando un 15% para el período diciembre-febrero (5% para cada mes), estaba dispuesto a aceptar la última oferta empresarial del 8% y terminó firmando por un módico 5,5% en tres tramos (2,2% en diciembre, 1,8% en enero y 1,5% en febrero).
Fue todo un gesto de buena voluntad de Hugo Moyano hacia la política salarial de la administración libertaria, pero también hubo un guiño a las pymes del sector para no asfixiarlas económicamente: Camioneros aceptó “evaluar” los pedidos de las empresas que no puedan pagar el bono de $600 mil en cuatro cuotas que incluye el acuerdo y “requieran de una adecuación de la modalidad de pago”.
Lo que no resigna el sindicato de Moyano es el aporte extraordinario para la obra social de $16 mil por trabajador, otro ítem acordado con los empresarios para tratar de cubrir los constantes números en rojo de la entidad que brinda prestaciones médicas a los trabajadores y sus familias.
A la paritaria de Camioneros, como anticipó Infobae, se sumó este martes el aumento salarial logrado por la Federación de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERyH), liderada por Víctor Santa María: consistió en una mejora del 3,3% en dos tramos del 1,8% y 1,5% para el bimestre enero y febrero, con números que no desentonan con la pauta del Ministerio de Economía (el último incremento de sueldos firmado por este sindicato había sido un 3,5% en noviembre pasado).
La propia FATERyH destacó que se llegó a un acuerdo que “procura recuperar el salario de los trabajadores y trabajadoras de edificio en un complejo momento del país, mientras se acompaña la baja de la inflación y la estabilidad de los ingresos”. Otro guiño sindical al Gobierno.
Pero, más allá de estos casos, hay sindicatos con paritarias firmadas que la Secretaría de Trabajo no quiere homologar y otros que están negociando sus aumentos salariales, pero tienen sus tratativas empantanadas, en ambos casos por la negativa gubernamental a avalar incrementos superiores al 1%.
Entre los acuerdos cerrados sin homologar se encuentra el de la Federación de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), que encabeza Héctor Daer, cotitular de la CGT: firmó con las cámaras un 11,4% de aumento salarial para el período octubre-diciembre en tres tramos (4%, 3,8% y 3,6% diciembre), sobre los sueldos básicos vigentes a septiembre, que se pagó igual en la mayoría de las empresas, pero Trabajo se niega a convalidarlo porque no está en sintonía con la baja inflacionaria.
“Estamos viendo si se puede reformular”, admitió a Infobae una fuente oficial sobre el aumento de Sanidad, aunque Daer no quiere ninguna modificación para adaptar los números al esquema diseñado por Economía. En febrero, este sindicalista y los empresarios del sector deberán sentarse a negociar la revisión del aumento del 11,4%, pero con el condicionante del tope del 1% que fijó Economía.
De la misma forma, la Secretaría de Trabajo puso en la mira la paritaria de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA), que dirige Luis Barrionuevo, porque firmó con la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (FEHGRA) un aumento del 16% para el trimestre diciembre-febrero en tres tramos (5%, 5% y 6%), con cifras que superan los límites del techo salarial impuesto por el Ministerio de Economía.
Otro convenio de Gastronómicos tampoco conforma al Gobierno: es el que alcanza a los comedores públicos y privados, negociado con las cámaras CACYR y CAECSAL, que consiste en un aumento del 16% en cuatro tramos: 4% en noviembre, 4% en diciembre, 4% en enero y 4% en febrero.
Por otra parte, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) lleva adelante la paritaria más complicada de este comienzo de 2025: el sindicato que encabeza Abel Furlán aún negocia con los empresarios un aumento para el bimestre noviembre-diciembre y el primer trimestre del año. El reclamo original fue de una mejora del 18,71% para el período noviembre-marzo, más un bono de 300 mil pesos. Cuando ambas partes parecían acercar posiciones, Trabajo frenó el acuerdo porque no se ajustaba al tope oficial.
Por eso el secretario de Prensa del sindicato, Rubén Urbano, acusó a la Secretaría de Trabajo por levantar “la bandera de una falsa libertad” y “no permitir la libre discusión salarial”, mientras Furlán responsabilizó al Gobierno de haber instalado “un claro proceso de desindustrialización” en el que “uno de cada 5 puestos de trabajo que se perdieron en 2024 fueron metalúrgicos”.
Mientras, la UOM tendrá ese jueves una audiencia con los empresarios del sector siderúrgico para discutir una recomposición salarial que viene postergada desde septiembre pasado. El gremio pidió hasta ahora un aumento del 4% para julio y agosto y el 3% para septiembre y octubre, mientras que el sector empleador se mantuvo firme en una propuesta de un incremento del 2% mensual.
Para el Gobierno, esta paritaria se trabó “más por un tema político que netamente salarial”, en alusión al hecho de que Furlán está alineado con el kirchnerismo y es un ultraopositor de Javier Milei. Es otro sindicato cuya paritaria será decisiva para medir la vigencia del tope salarial del 1%.
Pero este mes, además, habrá otras negociaciones salariales que también pueden complicarse por los límites impuestos por Economía. Una será la que mantendrá la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA), que lidera Héctor Morcillo, que se reunirá con los empresarios para una revisión del aumento del 14,08% para el período septiembre-diciembre de 2024, con una mejora escalonada: 4% en septiembre, 3,4% en octubre, 3,1% en noviembre y 2,9% en diciembre.