La negativa del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al intento del secretario de Turismo nacional, Daniel Scioli, de estirar los días de vacaciones porteñas para favorecer al sector se sumó a la lista de tensiones entre La Libertad Avanza y el PRO frente al año electoral. “Por lo visto, todo lo que hagamos lo van a transformar en clave electoral”, dijeron con bronca en el gobierno nacional, luego de que la vocera de Jorge Macri, Laura Alonso, saliera a criticar en público el pedido que había hecho el funcionario que responde a Guillermo Francos.
La relación entre LLA y el macrismo se quebró desde que el jefe de gobierno desdobló las elecciones mediante un decreto al filo de Año Nuevo. Lo cual fue, a su vez, el resultado de una serie de enfrentamientos y mutuas decepciones en la Legislatura, entre ellas, por el Presupuesto y el nuevo Código Urbano. Y en el inicio de enero, una cuestión operativa de índole económica, como el turismo, se transformó en una discusión política del año electoral.
Scioli no insistirá con la propuesta, a pesar de que, cree, quedó pendiente una respuesta formal de su par porteño, Valentín Díaz Gillian, con quien había discutido la idea que le habían transmitido las cámaras de turismo en privado. Pero en las oficinas del ex motonauta, que dependen de la Jefatura de Gabinete, atribuyeron el rechazo a una motivación proselitista: “Al parecer, los temas que se planteen van a quedar atados al interés de politizar o dar un clima electoral a todo”, dijeron en el entorno del ex gobernador bonaerense kirchnerista. “Es incongruente la respuesta de Alonso, habla de educación y de completar los 180 días de clases, pero el secundario empieza el 5 de marzo. La idea era unificar”, agregó un funcionario nacional.
En la Ciudad, en cambio, aseguraron que Díaz Gilligan dijo que no desde el vamos, y tomaron la entrevista radial donde Scioli abrió su propuesta al gran público como un gesto desafiante. “Valentín ya le había planteado que era imposible y que íbamos a priorizar sí o sí los días de clase, y después sale a decirlo por todos lados”, se quejaron.
Luego de los fuertes cruces de diciembre, desde ambos lados preparan los lineamientos de la campaña hacia julio, cuando se celebrarán los comicios para legisladores y comuneros; y con vistas a agosto, cuando están previstas las PASO -que podrían suspenderse en las sesiones Extraordinarias- y a las generales de octubre. El PRO desde el gobierno. LLA, desde la oposición.
La mano derecha en CABA y amiga de Karina Milei, Pilar Ramírez, presidenta del partido a nivel local, empezó a oficiar como jefa de campaña desde enero, y se prepara para iniciar un rally de actividades presenciales y virtuales en las comunas. En el primer caso, con ministros nacionales incluidos.
“Van a empezar a hacer actividades en la ciudad bajando a ministros nacionales, con Pilar a la cabeza, para llevarlos a las comunas. Están definiendo todavía quiénes van a ser, y cómo y cuándo”, contó un vocero libertario. Mientras tanto, la referente mileista convoca a reuniones de vecinos de manera presencial y por zoom. Principalmente, para darles la bienvenida a los nuevos afiliados, que este fin de semana sumaron unos 80. Los domingos, la legisladora recibe la lista de los nuevos miembros y después organiza dos o tres “zooms” con ellos para agradecerles el compromiso.
Mientras se conecta con los afiliados, en los próximos días Ramírez irá al Barrio 31 acompañada por un funcionario de alto rango cuyo nombre no se divulgó aún. Aunque no serían ni el vocero presidencial Manuel Adorni ni la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: los referentes más fuertes del distrito que perfila LLA siguen de vacaciones en el exterior.
También quieren que aparezca Karina Milei para empezar a apuntalar la incipiente carrera proselitista, pero por ahora la Secretaria General se guarda. En su entorno ponen paños fríos a esa posibilidad y dicen que el plan para enero es quedarse en Balcarce 50 y en febrero recorrer la costa bonaerense y algunas provincias del interior, como Mendoza y Tierra del Fuego. Esto a pesar de que el armado de listas empieza a aproximarse.
Por su parte, Jorge Macri busca marcar agenda para fortalecer una gestión fuertemente cuestionada por propios -por lo bajo- y ajenos, principalmente en las redes sociales. Contrató como asesor al consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, el mismo que ayudó en las campañas de Cristina Kirchner y Sergio Massa y ahora participa, de manera virtual, de la mayor parte de las reuniones que se organizan en Uspallata para diseñar la estrategia. “Está metido a fondo”, cuentan en Parque Patricios.
Esta mañana, el primo de Mauricio anunció la primera serie de medidas impositivas, que serán la columna vertebral de su plataforma, con un alivio fiscal para jubilados, monotributistas y comercios. En las filas libertarias tomaron con gracia. “Nos morimos de risa. Es lo que venimos diciendo nosotros”, dijo un referente violeta del distrito amarillo. Se refería a la frustrada “ley bases porteña” que había presentado Ramírez, sin éxito, en una Legislatura donde Macri y sus aliados tienen la mayoría.
Jorge Macri tiene planeado encabezar un acto en Villa Pueyrredón, el jueves, en el Club 17 de agosto, sin convocatoria a la prensa y con un “100 por cien” de militantes. Más que para plantear su plataforma ante los vecinos, el despliegue será para hablarle al núcleo duro macrista, que está en crisis desde la irrupción y desarrollo de la amenazante LLA.
El plan discursivo de Jorge Macri, por ahora, más que responder a los cuestionamientos por el estado de la Ciudad durante su administración, estará dirigido a propios, e incluirá una reivindicación del desdoblamiento electoral y de la suspensión de las PASO. “Va a ser un abrazo a la tropa, para reforzar que la Ciudad es un bastión importante del armado del PRO de hace 20 años, y recordar la importancia que tiene seguir gobernando la Ciudad", dijeron en Uspallata ante el avance libertario que también empieza a desplegarse a paso firme en el territorio porteño.