Mauricio Macri aprovecha el silencio de Villa La Angostura para pensar el ruido político metropolitano. Viajó a Cumelén, donde está su finca estival, junto a su familia para transitar buena parte del verano. Su teléfono permanece encendido y no descuida detalle de la agenda nacional y global. Aunque en un marco distendido, analiza con sus asesores íntimos la estrategia electoral del PRO de cara a las legislativas de este año. Se juega una de las fichas más importantes de su carrera pública, que es conservar identidad y poder desde su sello partidario y el dominio político de la Ciudad de Buenos Aires.
La situación se mantiene invariable desde diciembre del año pasado: no hay acuerdo electoral con La Libertad Avanza, el ex presidente ve lejos hoy esa posibilidad y su diálogo con Javier Milei es correcto pero frío. Es ese contexto el que lo llevó a preparar el traje de candidato para 2025. Macri analiza postularse a senador nacional del PRO por la Ciudad de Buenos Aires. Es una estrategia que busca resguardar su partido, su casa matriz y forzar un acuerdo político con el Gobierno.
Macri no tiene interés en ocupar una banca en el senado. Lo aburre la dinámica parlamentaria y ya ocupó en su carrera política los máximos estrados públicos. Pero es un profesional del poder y asume que debe poner el cuerpo para moldear la estrategia electoral del PRO y la tensión con el Gobierno.
El sábado, Milei le dedicó una serie de elogios a Macri en una charla con el relator de fútbol Gabriel Anello en Radio Mitre. “Tengo un gran cariño y admiración por Macri, más allá de rencillas de otras líneas, nadie me va a cambiar mi opinión y afecto. Incluso cuando me critique él. Sabe que tengo las puertas abiertas para él”, sostuvo el jefe de Estado sobre el líder del PRO. Declaraciones sinceras que buscaron disimular los desencuentros políticos entre ambos.
En ese reportaje, Milei también contó que Macri lo saludó por las fiestas y que mantuvieron un intercambio breve por mensaje. Hacía semanas que no hablaban. El diálogo se enfrió y no logra recomponerse. En el macrismo apuntan a Santiago Caputo, el estratega presidencial, como el responsable de esa tensión. Evalúan que es quien obstruye los puentes para concretar un acuerdo electoral.
El estratega presidencial tiene algo en común con Macri: ambos suelen veranear en Cumelén. O, bien, tienen un espacio donde se refugian en algún momento el año. Es eso lo que motivó el rumor sobre un posible encuentro entre los dos en el sur. La reunión no existió. Tampoco está previsto. Tanto desde el macrismo como en el círculo del referente de Las Fuerzas del Cielo aseguraron ante Infobae que no hay diálogo entre los dos.
Caputo considera que La Libertad Avanza ya absorbió a los votantes amarillos, por ende, desestima a sus dirigentes. A su vez, en Balcarce 50 analizan que el mejor candidato del Gobierno es la “estabilidad económica”. Si persiste la baja de la inflación y la calma cambiaria, ven un triunfo en las elecciones legislativas. Más allá de las candidaturas.
La obsesión del PRO es mantener el control político de la Ciudad, su casa matriz. Por eso, Macri encabezaría la lista a senadores nacionales en ese distrito. El PRO tiene 39 diputados nacionales y debe renovar 22 en 2025. “Si perdemos 10 bancas, perdemos 10 bancas. Nos quedaremos con los que sean PRO puros y armaremos un bloque fuerte con eso”, desafían en el macrismo. ¿Pero quienes serán los candidatos propios del macrismo? Hoy no los tienen. Es una falencia que reconocen. “Tenemos que hacer un trabajo muy profundo y muy bueno para buscar los candidatos”, admiten en el partido amarillo.
En relación con la Ciudad, el dilema por estas horas en el macrismo es la eliminación de las PASO locales. Macri apoya a su primo, el Jefe de Gobierno, en la idea de suspender el sistema de selección de candidaturas. Para concretarlo, el alcalde porteño requiere 40 votos de la Legislatura. No los tiene. Pero los está juntando.
Son conversaciones que lidera su equipo político con Juan Manuel Olmos, referente del peronismo porteño, con Daniel Angelici, que controla el radicalismo de la Ciudad junto a Martín Lousteau, y otros aliados distritales, como Gabriela Ocaña o el ala liberal divergente a Karina Milei que encabeza Ramiro Marra.
Jorge Macri apuesta a reunir el número mágico y convocar a sesiones extraordinarias en febrero para eliminar las PASO locales. Eso le permitiría al PRO despegar por completo la discusión distrital de la pelea nacional.
En la Casa Rosada apuestan a que ese debate sea en espejo con el mapa nacional. Milei también promueve la eliminación de las PASO para cargos nacionales y busca consensos en los gobernadores y referentes parlamentarios. La idea del Gobierno es eliminarlas por completo, mientras que el PRO una parte de la oposición apuestan a la suspensión por este año.
Son intereses y pujas en el alba de un año electoral que será clave para el Gobierno y para el futuro del PRO.