El PJ de Santa Fe se quebró en cuatro y se abre un nuevo conflicto que divide al peronismo

“No nos revoleamos sillazos porque la mayoría estaba vía zoom”, dijo, entre risas y con ironía, uno de los asistentes al congreso del PJ de Santa Fe, que se desarrolló el último fin de semana y que terminó con la fractura del peronismo en cuatro sectores.

La discusión que derivó en la fragmentación fue por la conformación de la lista de convencionales constituyentes, que debe tratar la reforma de la Constitución provincial propuesta por el gobernador santafesino, Maximiliano Pullaro. El problema fue la forma y los integrantes. Pero, detrás del telón, se empezó a discutir cómo transitar el camino para el armado de listas del año que viene.

El Congreso del PJ terminó con tres sectores apretando el botón rojo para desconectarse de la sesión presidida por Luis Rubeo, un dirigente del peronismo provincial cercano a La Corriente, el espacio político que lidera Agustín Rossi. El Movimiento Evita, encabezado por el diputado Eduardo Toniolli; Activemos, que lidera el senador nacional Marcelo Lewandowski; y Hacemos Santa Fe, que controla el ex gobernador Omar Perotti, se fueron del plenario, disconformes porque no les habían aceptado su pedido.

Los tres sectores plantearon la necesidad de que el PJ otorgara libertad de acción a cada tribu para poder hacer alianzas con otros sectores y presentar listas propias de convencionales constituyentes. La conducción del partido, donde está La Corriente, un grupo de senadores provinciales referenciados en Armando Traferri; y La Cámpora, rechazaron esa postura y dieron lugar a una hilera de reproches.

Entre todas las grietas que se abrieron, hubo una que atravesó al espacio político que, a nivel nacional, conduce Máximo Kirchner, y que en la provincia de Santa Fe tiene como principal referente a la diputada nacional Florencia Carignano, quien se abstuvo en la votación de autoridades del congreso partidario y pidió explicaciones sobre los nombres que iban a decidir el armado de la lista. No se los dieron. Pero decidió quedarse y mantenerse hasta el final.

“Nosotros no estábamos de acuerdo con la mesa de Acción Política que iba a decidir la conformación de las listas de convencionales, porque ahí estaba el perottismo, que le dio los votos a Pullaro para que haga lo que quiera con la Constitución y, además, para que el proceso electoral no tenga PASO”, remarcaron en el camporismo. En ese último punto está la clave del conflicto.

La elección de convencionales no tiene PASO. Para la mayoría de los sectores internos del peronismo santafesino, la decisión fue una jugada de Pullaro, en alianza con el ex gobernador Perotti, para hacer estallar la interna del peronismo local, en un escenario donde la discusión es absolutamente horizontal y hay un gran desorden. Divididos y sin mecanismo electoral para ordenarse, el grado de conflictividad iba a aumentar exponencialmente. Y eso fue lo que pasó.

En sus redes sociales, Carignano marcó distancia de las autoridades del Congreso, entre las que se encuentra el ex diputado Marcos Cleri, actualmente distanciado de la organización ultra K. “No votamos las autoridades. Tienen que entender que ya no se vota nada más a libro cerrado. Lo que dijo e hizo Marcos fue a título personal”, indicaron cerca de la legisladora.

En el peronismo santafesino aseguran que La Cámpora no tiene resuelta su propia interna y que ese posicionamiento tampoco contribuye a la discusión interna. Lo cierto es que la línea oficial del camporismo está en la voz de Carignano, que pidió conformar una nueva mesa de Acción Política en la que no esté representado el perottismo. “Cleri está en esa mesa de conducción por pedido de La Cámpora. Ellos tienen que arreglar sus propios problemas”, sostuvo uno de los principales referentes del peronismo local.

El presidente del bloque de diputados de Unión por la Patria (UP) y vicepresidente del PJ Nacional, Germán Martínez, saldó el pedido de una nueva mesa partidaria con una moción, en la que pidió una nueva conformación para discutir la lista de convencionales. Las huidas posteriores impidieron culminar el congreso. Además, el sector de Perotti anticipó que tiene intenciones de judicializar el conflicto e impugnar el congreso partidario. De esa forma dejaría sin efecto todo lo que se discutió y resolvió.

Desde La Corriente, que lidera Agustín Rossi, le aseguraron a Infobae que la voluntad central de la convocatoria siempre fue discutir la conformación de la lista de convencionales constituyentes y que nunca hubo ninguna imposición de nombres. “Hubo tres reuniones previas al encuentro y en todas se habló de discutir la conformación de la lista. El sábado no hubo sorpresas. Todos sabían lo que iba a pasar”, indicaron.

El punto 8 de la convocatoria al congreso del PJ lo clarifica con exactitud: “Autorización para la integración de la lista de Convencionales Constituyentes para la reforma de la Constitución de la Provincia de Santa Fe”. En el congreso no hubo una discusión constructiva. Tampoco hubo acuerdo. Pero quedó establecido el panorama hacia adelante. El peronismo santafesino es un caos que puede terminar aún más fracturado que lo que está ahora.

El rossismo intentará retomar la negociación con todos los sectores para evitar la fractura expuesta el 7 de febrero, fecha límite en la que se deben presentar las listas para los convencionales constituyentes. “Que primero vaya el que mide mejor en la provincia. Si es Lewandowski, que sea él. O cualquier otro. Pero no podemos ir fraccionados. Queremos la unidad”, señalaron.

El espacio del senador nacional, el Movimiento Evita y el esquema de Perotti están dispuestos a ir por afuera del PJ. Nadie descarta la posibilidad de que haya una alianza entre los tres espacios o entre dos de ellos. Pero siempre por fuera del partido, lo que generaría que, al menos, haya dos listas el año que viene.

Ayer, con la conflictividad aún instalada en las entrañas de la provincia, Toniolli renunció a la vicepresidencia del PJ de Santa Fe. En su carta de despedida dijo que el congreso fue “un espectáculo bochornoso” en el que “participaron de las votaciones que no eran congresales”. El diputado nacional denunció que hubo personas conectadas a Zoom que no fueron identificadas ni por la imagen ni por el nombre. Es decir, aseguró que no hubo transparencia en el proceso partidario.

Los tironeos y fricciones alrededor del congreso, tienen un trasfondo electoral claro. Hay muchos de los sectores internos, entre los que están el camporismo y el Evita, que piden y empujan una renovación de dirigentes de primera línea. Una discusión en espejo con la que está teniendo el peronismo nacional, aunque con diferentes actores y distintos contextos políticos.

Los que se fueron del congreso partidario denuncian que el rossismo, los senadores y el camporismo quieren “definir todo entre cuatro paredes”. Lo extraño es que esa misma postura tienen dirigentes de la organización ultra K, que miran de reojo al armado de Rossi y Traferri. Una interna local con implicancias nacionales y con enojos ocultos e inesperados.

El año que viene el peronismo debe definir la lista de diputados provinciales y nacionales. Existe una ventaja respecto a la lista de convencionales constituyentes y es que en las otras dos - por ahora - hay PASO. El mecanismo de primarias, con un acuerdo previo de jugar bajo el mismo techo, simplifica la discusión interna.

“Es importante que esto sirva para que aquellos que no quieren las PASO, se den cuenta los problemas que trae en el ordenamiento de las fuerzas políticas, la falta de las elecciones primarias”, explicaron desde varios de los sectores involucrados en la discusión santafesina.

Más allá del mecanismo de las PASO, que puede generar una salida salomónica al conflicto interno, la interna del PJ desnuda, como en otros lugares del país, las divisiones que hay en todo el peronismo ante la falta de un liderazgo contundente y ordenador. Múltiples focos de conflicto diseminados a lo largo y ancho del país. Cuando está por arrancar el año electoral, sobran peleas y faltan acuerdos. Tiempo de cambios y reacomodamientos.