El presidente de la Nación puso un ultimátum al PRO. O juegan juntos en todos los distritos o cada uno va por su lado en las próximas elecciones. Javier Milei se siente seguro: las encuestas que le llegan de las 15 consultoras que tiene contratadas la Casa Rosada muestran que tiene un piso de votos del 45% y que los amarillos no le suman mucho más. Y busca aprovecharlo.
La estrategia de los violetas tiene dos caminos. El primero es “robar” a los que están mutando lentamente del PRO a LLA y el segundo es sumar la mayor cantidad de legisladores posibles en las elecciones de medio término. Milei ya avisó: o están con nosotros o contra nosotros. No hay término medio, él es el dueño de la lapicera.
El nombramiento de Diego Kravetz en la SIDE se leyó como una de esas medidas de captación de figuras del PRO. El acercamiento con los gobernadores forma parte de esa estrategia, más teniendo en cuenta que, aunque la Casa Rosada busca nacionalizar la elección, la votación legislativa es más una disputa provincial.
En las últimas horas, la Nación acordó con el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio (PRO), el pago de una deuda de la ANSES DE $2.000 millones por mes. Algo similar hizo con Ignacio Torres en Chubut (PRO) y, por el lado del PJ, con Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil.
Milei busca sumar la mayor cantidad de legisladores posibles para así avanzar en las reformas estructurales que cree conveniente “con mayor velocidad”. Y por eso ya lanzó la campaña.
En la Cámara de Diputados se renuevan 127 bancas. El bloque que más pone en juego es el más numeroso: Unión por la Patria, que arriesga 47 de los 99 escaños. Pero la disputa más fuerte parece estar entre el PRO y La Libertad Avanza ya que comparten electorados. En este caso, el partido de Macri pone en disputa 22 bancas, mientras que los libertarios apenas 8.
Respecto del radicalismo, pone en disputa 14 bancas y sus primos de Democracia para Siempre otros 9 lugares. Además, Encuentro Federal 8, La Coalición Cívica 4, Innovación Federal 3, PTS 2 y el bloque Independencia otros 2 diputados.
En el caso del PRO, aparecen en juego varios lugares de legisladores de peso que buscarán renovar. En ese mundo, algunos se muestran cada vez más violetas y otros más amarillos. En el primer grupo se encuentran Sergio Chumpitaz, Fernando Iglesias, Gerardo Milman, Hernán Lombardi, Sabrina Ajmechet y Diego Santilli, casi todos muy cercanos a Patricia Bullrich. Por el lado del sector que se mantiene dentro del PRO está María Eugenia Vidal, Laura Rodríguez Machado, Luciano Laspina, Alejandro Finocchiaro y Héctor Baldassi.
En el caso del Senado, se renuevan 24 de las 72 bancas. De ese número, 14 responden al kirchnerismo, 4 a la Unión Cívica Radical, 2 al PRO, y los restantes 4 a partidos minoritarios. La Libertad Avanza no pone ningún senador en juego.
La diferencia entre el Senado y Diputados no sólo tiene que ver con la cantidad, sino que principalmente el debate va a estar centrado en los distritos que renuevan. Allí aparece la casa matriz del PRO: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde culminan su mandato Guadalupe Tagliaferri (PRO), Martín Lousteau (UCR) y Mariano Recalde (UP).
En este distrito podría competir la secretaria de la presidencia, Karina Milei, y es donde el PRO se muestra con mayor preocupación, tanto que se especula con que el ex presidente Mauricio Macri podría ser cabeza de lista con la idea de que mantener el liderazgo en la Ciudad.
Mientras Milei presiona, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, busca desdoblar las elecciones y prepara una estrategia junto a su primo para quedarse con dos de los tres senadores que elegirán los porteños.