Tras las nuevas críticas de Javier Milei, Victoria Villarruel volvió a aclarar que no tiene facultades para impedir que los senadores nacionales se aumenten las dietas, en medio de una polémica abierta porque en febrero cobrarán en promedio unos 9,5 millones de pesos. La titular de la Cámara alta reiteró que decisiones votadas por el pleno -como fue las subas en las remuneraciones- no pueden ser frenadas por la vicepresidente.
Como suele hacer para evitar un choque directo con el presidente, la titular de la Cámara alta aprovechó una crítica de un usuario de la red X para sentar posición: “Para terminar con los comentarios ignorantes, no cobro aguinaldo y mi sueldo está congelado desde el año pasado. No soy senadora por lo que no decido sobre sus elecciones en el recinto el cual es diferente en sus reglas a la Cámara de Diputados. Dicho esto Feliz Navidad y que el 2025 te encuentre con más sabiduría que este que se va”, fue la frase.
Un usuario, en la misma sintonía con lo que había planteado anoche Javier Milei, le había exigido “dedicate a bajarle los monstruosos sueldos a los cu.. deshilachados del senado”.
En la extensa entrevista que anoche le concedió a Alejandro Fantino, en el canal de Youtube Neura, el periodista le había sugerido al primer mandatario “podrías pedirle a tu vice que haga algo para que no se suban la guita”, ante lo cual el primer mandatario respondió: “Dice que no puedo hacer nada. No sé. Martín hace. Qué sé yo”, en referencia al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que dispuso frenar aumentos en las dietas. “Les recortó un montón de privilegios”, insistió Milei y, ante la insistencia de Fantino sobre que Villarruel “dice que no puede hacer nada”, el jefe de Estado acotó: “Y bueno, está bien. Qué sé yo. Yo no estoy en esa silla. Yo estoy en otra. Yo estoy en la silla eléctrica”.
El jueves pasado Infobae reveló que el mes que viene los senadores cobrarán la denominada “dieta 13″, que actúa como una suerte de aguinaldo y que será percibida en febrero. Representa unos 2,5 millones de pesos, que irán a engrosar los más de 7 millones de pesos en bruto que cobran a partir de la votación que se dio en abril, que fijó una escala que iba a ser actualizada, pero que finalmente no ocurrió porque los mismos senadores decidieron en sesión por unanimidad aplicar un congelamiento hasta el 31 de diciembre.
La controversia por las dietas de los senadores es una entre muchas diferencias que tienen Milei y Villarruel y que se acumulan debajo de un manto de sospechas y recelos que hay entre los dos. Desde que el presidente decidió que sean Patricia Bullrich y Luis Petri los responsables de Seguridad y Defensa y gestos de autonomía que cayeron pésimo en el entorno libertario, la relación personal y política entre ambos no hizo más que deteriorarse de manera progresiva e irrevocable.
Antes del recrudecimiento de la controversia por las dietas, Milei y Villarruel habían tenido un cruce por la sesión en la que fue expulsado de la Cámara el ex senador Edgardo Kueider, quien está preso en Paraguay tras ser descubierto con 200 mil dólares escondidos en una mochila. El Gobierno la había cuestionado por estar al frente del debate al mismo tiempo en que Milei había dejado el país por un viaje a Italia. Desde la Casa Rosada le recriminaron haber estado en la presidencia del cuerpo pese a que debía estar a cargo del Ejecutivo. Y consideraron que por esa situación, la sesión debía ser considerada inválida.
Sobre esta polémica, anoche hubo una novedad. El diputado Maximiliano Ferraro, presidente de la Coalición Cívica, el partido de Elisa Carrió, reveló en X que “la vicepresidenta de la Nación fue notificada, conforme al artículo 88º de la Constitución Nacional y al artículo 8º, inciso c, de la ley 21.890, por el Escribano General de Gobierno el día 12/12 a las 19:00 horas. Acá está la prueba en respuesta al pedido de acceso a la información pública que realicé al día siguiente. Nótese la aclaración de puño y letra de la Señora Vicepresidenta. Por si quedaba alguna duda…”