El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, transita días de definiciones en varios frentes. La prioridad es conseguir los votos para el Presupuesto y la Ley Fiscal 2025, una empresa que se está volviendo cuesta arriba por diversos factores. A la esperable demanda de la oposición para realizarle cambios a ambas iniciativas se le agregó, en el frenesí de la discusión, el pedido de intendentes y legisladores que forman parte del eje del PJ bonaerense. Los reclamos son varios y la falta de acuerdos fue lo que hizo que en la madrugada del viernes la sesión del Presupuesto nunca se inicie.
Paralelamente a ese conflicto aún no resuelto, empezó a generar ruido la resolución del juez federal con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla. El magistrado instó a las autoridades políticas a tomar decisiones “cuanto antes” para garantizar la correcta organización de las elecciones del próximo año. Además, advirtió sobre la “falta de certezas” en torno a los comicios, señalando que esta situación podría comprometer su desarrollo sin contratiempos. Kicillof pateó todo para más adelante, en parte por el condicionamiento en el que lo puso Javier Milei ante la decisión de ir por la Boleta Única en Papel y la posibilidad de eliminar las PASO. La falta de certezas empieza a inquietar dentro y fuera del peronismo.
Los intendentes que rodean a Kicillof vienen empujando un desdoblamiento. En gobernación evalúan, pero aun sin definiciones, pero para el juez, ese escenario —desenganchar las elecciones de diputados nacionales de los cargos a legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares— “podría representar el escenario más complejo y costoso desde la perspectiva de la gestión electoral en la Provincia de Buenos Aires”.
En este contexto, señaló que la elección nacional estaría bajo su responsabilidad, mientras que la provincial quedaría a cargo de la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires. Esta situación generaría una inevitable superposición de cronogramas, dificultando el uso compartido de recursos humanos y materiales, lo que Ramos Padilla definió como “un estrés considerable en el sistema electoral”.
El sistema político bonaerense está haciendo su juego sobre el final del año. La discusión legislativa abrió un sinfín de puertas. Por ejemplo, el pedido de los intendentes cercanos a Cristina Kirchner para que el aumento del 5% que aparece en la Ley Impositiva para las actividades portuarias sea distribuido entre los municipios que tienen injerencia sobre los puertos. El eje allí es el reclamo que vienen haciendo los municipios de Quilmes y Lanús que tienen asiento en el consorcio del Puerto de Dock Sud para que el puerto cree un fondo compensador para la reparación de las calles de esos distritos.
“Venimos pidiendo un fondo especial, en realidad, para todos los puertos, como también la cuenca de los arroyos San Francisco y Las Piedras”, contó la jefa comunal de Quilmes, Mayra Mendoza en la noche del jueves, cuando los posibles cambios al presupuesto bonaerense iban y venían en diferentes despachos.
Otro ítem que rodea a las decisiones de Kicillof, por el que se intentó empujar en las conversaciones macro, es la cuestión electoral. Esta semana que pasó, los legisladores cristinistas pedían precisiones sobre si habrá desdoblamiento o no; que sucederá con la ley que limita las reelecciones indefinidas.
Los intendentes que quieren cambios en esta ley exploran alternativas. Mientras que para Kicillof la prioridad es el Presupuesto, la Ley Fiscal, la reforma a la ley jubilatoria para empleados del Banco Provincia —iniciativa que sí se logró sancionar en la madrugada del viernes– en algunas intendencias plantean que una opción es poner un artículo para volver a habilitar las reelecciones indefinidas dentro del presupuesto. Otros, le piden al gobernador que no solo se pronuncie. Si no que eleve un proyecto independiente. La tercera vía es la judicial, ir por la inconstitucionalidad. Todo sigue en discusión.
“Es un planteo que da vueltas, no lo define la Legislatura ni nosotros, debe ser una definición del gobernador. No es un tema que yo haya planteado particularmente, sí es algo que hay que debatirlo y definir”, instó la intendente de Quilmes en un mensaje directo a gobernación. Esperan que sea Kicillof “el que ponga la cara”.
“Lo que hicieron con lo del Presupuesto es una locura, quieren romper. No tiene otra explicación”, planteó un ministro provincial sobre la avanzada de intendentes y legisladores sobre el proyecto que giró Kicillof a la Legislatura.
Intendentes opositores y oficialistas empujan por fondos frescos. Corren muchos planes y diferentes cifras sobre este eje de discusión. Un legislador que forma parte de las negociaciones que hasta ahora no han llegado a buen puerto, explicó una vez finalizada la sesión en Diputados que lo que ofrecía el Ejecutivo “estaba muy atrás”, es decir de la cifra de un monto particular para un fondo de libre disponibilidad. Los intendentes también querían una masa de recursos destinados a la Seguridad.
“Cuando se cerraron los acuerdos por el fondo para los municipios, aparecieron pidiendo una cifra sin racionalidad. De $115 mil millones de este año a más de $400 mil millones no tiene de dónde agarrarse. Ningún ítem aumenta más de 30% en la Provincia y no se va a duplicar la recaudación. Encima no quieren votar endeudamiento. De dónde piensan que va a salir la Plata. Lo mismo que con el tema seguridad: ni el PRO ni la UCR dijo nada cuando Milei nos cortó los fondos, ¿y ahora lo tiene que poner la Provincia?”, enfatizaron cerca de Kicillof a Infobae. El ejecutivo elige poner la lupa más sobre los movimientos de la oposición que sobre lo que sucede dentro del esquema peronista.
En este contexto, por demás empantanado, también está la discusión electoral 2025 y 2027. El gobernador encabezó este viernes una “mateada” en la Plaza Islas Malvinas de la ciudad de La Plata y dejó algunas señales claras que envalentonó a los dirigentes de su espacio que estaban presentes.
Lo primero que dijo fue que hay que “juntar fuerzas para el año que viene, que es un año de elecciones”, y que “está prohibido bajar los brazos, quedarse en la casa y creer que esto lo va a resolver otro en otro lado”.
Luego, sí habló a título personal. Adelantó que el año que viene hay que hacer “un gran frente” y que él tiene una obligación: “ponerme al hombro la construcción de un frente político que sea una alternativa para el futuro de nuestra provincia”. Antes, la gente le había coreado “se siente, se siente Axel presidente…”. Kicillof se río y atinó a decir: “el año que viene tenemos elecciones legislativas, compañeros”. En su discurso no hubo mención a Cristina Kirchner, el objetivo es confrontar con Milei.