Los tres diputados - Mariano Campero, Luis Picat y Martin Arjol- que fueron oficialmente expulsados de la UCR no se achican. Por el contrario, redoblan la apuesta. Este jueves cuando se conoció la decisión del Tribunal Nacional de Ética volvió la guerra mensajes cruzados en Twitter: los referenciados con Martín Lousteau festejaron mientras que los sancionados recibieron el apoyo de figuras fuertes del partido centenario, como es el caso del gobernador Alfredo Cornejo. Minutos más tarde, el presidente Javier Milei les agradeció en un acto en Tucumán por sumarse al “proyecto reformista que vino a cambiar el país”. Según pudo saber Infobae, los tres legisladores se reunirán la semana que viene para avanzar en dos objetivos: presentar un amparo contra la medida disciplinaria y, a la vez, convertirse en la “puerta” para lograr que la UCR y otros dirigentes de Juntos por el Cambio concluyan en una alianza electoral con La Libertad Avanza. “Algo parecido a lo que hizo Ernesto Sanz con el PRO”, ejemplifican.
“Dentro de Juntos por el Cambio hay muchos que queremos que le vaya bien al Gobierno, hay muchos que quieren acordar con el kirchnerismo y muchos en el medio. Nosotros vemos como una gran oportunidad de un movimiento que se busque un acuerdo que le de todo lo que necesita el gobierno nacional para terminar de consolidar del cambio profundo que necesita Argentina”, dijo Campero ni bien conoció la medida en su contra. Según pudo saber este medio, junto a Arjol evalúan avanzar en la presentación de un amparo para revertir la sanción del Tribunal Nacional de Ética. Picat no se sumaría. Cree que es una “pérdida de tiempo” ya que “el partido está tan desprestigiado que no vale la pena”.
“La expulsión fue como sacarme una mochila de encima”, reflexionó uno de ellos. Otro dio un paso más adelante: “Tenemos que traducir esto en una oportunidad”. Entre los diputados observan un panorama llamativo: sienten que figuras como Cornejo o Rodrigo de Loredo podrían haber capitalizado más el vínculo con Milei y ser los interlocutores con el Gobierno. “Lo haremos nosotros. Hay una línea de jugadores que no la ven”, analizan y creen que pueden convertirse en la puerta para lograr un acuerdo electoral.
El ejemplo que usan es el de Sanz. El radical mendocino fue socio fundador de Cambiemos, la alianza entre la UCR, el PRO y la Coalición Cívica que consagró presidente a Mauricio Macri. Pero, en este caso, la construcción de esta nueva alianza con “las fuerzas del cielo” no pasaría por una Convención Nacional, como sucedió en el 2015. “Hay una orfandad de dirigentes. Hay más radicales y gente de Juntos por el Cambio. A ellos los queremos acercar para construir una alianza para el 2025. Porque La Libertad Avanza ya es una amenaza hasta para Gustavo Valdés en Corrientes”, deslizan.
Como reconstruyó este medio, La Libertad Avanza aparece como una verdadera amenaza para el oficialismo correntino. Hasta el peronismo se atreve a deslizar: “Existe la posibilidad de que Javier Milei tenga su primer gobernador”. Una encuesta circula en Corrientes con datos llamativos: tanto Milei como Cristina Kirchner muestran números positivos en imagen. Un empate técnico entre ambos. Pero, además, refleja que las tres fuerzas - UCR, PJ y La Libertad Avanza- reúnen alrededor de un 20% cada uno de intención de votos (con todos los candidatos adentro). Un dato que anticipa una elección de paridad entre los espacios y no de victoria aplastante por parte de Valdés.
A todos los postulantes mencionados en los sondeos les falta la bendición y la confirmación para la competencia. Pero algunos creen que si Javier Milei apoya, por ejemplo, a Lisandro Almirón, no sería descabellado pensar en el primer gobernador libertario. En el entorno de Valdés reconocen que la elección del próximo año “es clave para todos”. Ninguno habla de una victoria asegurada.
Con la expulsión de los tres diputados las autoridades partidarias quedaron en el ojo de la tormenta y, además, todavía no hay definiciones claras sobre cómo utilizarán los órganos institucionales para resolver la estrategia electoral del 2025. Algunos sobreentienden que habrá “libertad de acción” en cada provincia. De hecho, Arjol advierte: “Nuestra expulsión debe ser ratificada por la Convención, que este año no se reunió. Después dicen que son institucionalistas. ¿Por qué no echaron a los que rompieron el bloque? Hay una doble vara”.
En la última entrevista que De Loredo brindó a Infobae le bajó el tono a la supuesta crisis de identidad que atraviesa la UCR. Según su mirada, la sociedad sigue viendo al partido como un espacio vinculado a la institucionalidad y de centro y que, en todo caso, tiene un desafío importante para modernizarse y trabajar en un discurso económico claro. “Son 130 años. El radicalismo es parte de la cultura argentina. Es un partido que además se define por la porción social que representa, que son los sectores medios”, agregó.
No hay un radical que no se autoperciba de centro pero que, a la vez, no sea acusado de libertario o kirchnerista. Es más, según pudo saber Infobae, durante el mes de enero habrá un acto de correligionarios que no se sienten representados por el sector de Lousteau ni tampoco con el rol “acuerdista” de los “radicales con peluca”. Sería un sector que busca una construcción de centro dentro del mismo partido que dice evitar los extremos. Se destrabará un nuevo nivel de interna difícil de instalar en la agenda mediática del 2025, en momentos en que la UCR pone en juego 4 bancas en la Cámara alta, 25 en la Cámara baja y la gobernación de Corrientes.