El de ayer no fue un capítulo más en una larga serie de desencuentros. Puede ser, incluso, el que derive en un desenlace. La acusación pública que hizo Victoria Villarruel contra la ministra Patricia Bullrich por el secuestro del gendarme argentino en Venezuela generó indignación y decepción entre los ministros y le agregó al presidente Javier Milei más justificaciones para la ruptura del vínculo entre ellos, que es cada vez más profunda e irreversible.
El escándalo político se desató por una respuesta en la red social X a un usuario que le había pedido una definición sobre el caso del Nahuel Agustín Gallo, quien está hace dos semanas de rehén de la dictadura de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello: “Jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela. Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia, pero como no soy del área de seguridad, no opino de las sanciones y acciones que se debieran tomar. Slds”, contestó.
La repercusión de esa frase fue inmediata: Infobae publicó en su portada la noticia de la crítica implícita de la vicepresidente a Bullrich, y se acrecentó una ola de reacciones negativas en redes sociales que llevaron a la titular del Senado a borrar el mensaje. Pero ya era tarde: se habían enterado el presidente, los ministros y, sobre todo, la principal destinataria de esos cuestionamientos: la titular de la cartera de Seguridad.
Durante toda la tarde este medio estuvo en contacto con funcionarios y voceros de la Casa Rosada y el Senado. En el Gobierno había una indignación inocultable, mientras que en el entorno de Victoria Villarruel intentaban minimizar el escándalo y destacaban que la dirigente hubiera borrado el mensaje, al tiempo que admitían lo inconveniente que había sido el posteo. Había también sorpresa, porque ocurrió después semanas de gestos de distensión e intentos unilaterales de la Vicepresidente para generar una tregua, después de un año atravesado por el recelo, la desconfianza y las peleas públicas.
Pero la respuesta pública vino primero de Patricia Bullrich, aunque después aparecieron indirectas y mensajes cifrados del propio presidente Milei:
“Sra. Vicepresidente:
Resulta vergonzoso que utilice a Nahuel Gallo para juntar likes, y además elimine el tuit cuando la repercusión no es la esperada. Los argentinos ya no toleran la cobardía ni el oportunismo político.
Es claro que usted habla con total desconocimiento de los canales y mecanismos administrativos que rigen en el marco de la Gendarmería Nacional. La autorización de viajes se otorga a través de la Dirección de Personal. Por eso le solicito que antes de emitir declaraciones, la próxima vez se informe.
Por último, si quiere servir a la Patria, como argentina le pido se ocupe de frenar el descabellado e inminente aumento de sueldos en el Senado de la Nación. La ciudadanía está haciendo un esfuerzo heroico para superar la crisis heredada y no merece financiar dietas de 9.5 millones para ningún legislador”.
Pero no fue la única reacción de Patricia Bullrich ante la embestida de la vicepresidente. En una entrevista televisiva, la ministra de Seguridad reveló que chateó con Milei apenas se enteraron de la publicación del mensaje en la red X de Villarruel. “(Milei) siente que está el país entero preocupado, ocupado, pensando todo el día qué vamos a hacer para traer de vuelta a nuestro gendarme, que es un soldado de nuestra Patria, y de golpe ve esto y se indigna”.
La indignación y el fastidio de Milei y Bullrich alcanzó a otras figuras prominentes del gobierno nacional, una de las cuales había sido una de las pocas personas con las que la vicepresidente había tejido un vínculo de confianza y respeto mutuo: el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tomó distancia de las expresiones de la vicepresidente y no dudó en definirlo como “un mal gesto” o “un error de cálculo”.
“No estoy de acuerdo, ella se equivoca. El gendarme no comunica a la ministra Bullrich si viaja, es una chicana”, dijo el ministro coordinador y se mostró sorprendido como el resto de los integrantes del gobierno nacional porque ese mensaje tan agresivo contra Bullrich se conoció después de que, a propósito del primer aniversario de la asunción, Villarruel declarara su total alineamiento con el presidente Milei y su gobierno.
El caso de Milei fue menos evidente. En su discurso ante la Fundación Federalismo y Libertad, el mandatario también deslizó una crítica a Victoria Villarruel. “No nos hemos aumentado el sueldo como sí hicieron en la Cámara de Senadores, situación distinta en Diputados donde Martín Menem aplicó una gran cantidad de recortes”. Según pudo saber Infobae, en el avión de ida y vuelta, el tema Villarruel dominó las conversaciones. “Mala persona. Mala gente”, fueron algunas de las frases que se dijeron abordo.
Lo cierto es que la propia Bullrich planteó que la vicepresidente debería “pedir disculpas” tanto a Gendarmería como a la familia del gendarme que está secuestrado en un lugar desconocido de Venezuela por la policía política del régimen. “Estamos negociando con otros países, hablando con todos para conseguir que lo suelten. No se puede creer que salga con ese mensaje. Enfrente están Nicolás Maduro y Diosdado Cabello ¿Para qué lado está jugando Villarruel?”, planteaba anoche una calificada fuente del Gobierno.
Cercanos a la vicepresidente no preveían que se vaya a publicar un comunicado, pero no descartaban que pueda haber alguna declaración respecto a la polémica. Son los mismos que venían advirtiendo una escalada de agresiones y descalificaciones de sectores inorgánicos -principalmente en redes sociales- contra Victoria Villarruel. “No solo que no respondieron a las señales que se hicieron para bajar la confrontación y reforzar el alineamiento político, sino que siguieron con los agravios”, explicaron. El tuit del escándalo se escribió en ese contexto de guerra de baja intensidad.