Después de la acordada donde la Corte Suprema estableció que puede funcionar con tres miembros, el Gobierno reabrir las negociaciones con la oposición por Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, y no descarta debatir una ampliación del máximo tribunal. Sin embargo, está firme con esos nombres, y no descarta la posibilidad de nombrarlos por decreto, antes de fin de año o durante la feria.
Mientras se acerca la fecha de jubilación del juez Juan Carlos Maqueda, en la Casa Rosada están deseosos de completar la composición del cuerpo antes del inicio de enero, para evitar que se trabe su funcionamiento. “La posibilidad de nombrar por decreto sigue en pie, claro”, sostuvo esta tarde un asesor del primer círculo del jefe de Estado. No obstante, en un nuevo giro, a pesar de las polémicas en el Senado que embarraron las posibilidades de los pliegos de Milei, en el Gobierno aseguran que están abiertas las puertas para retomar los diálogos.
En Balcarce 50 buscaron bajar la espuma tras la acordada de la Corte, y dijo que no la tomaron como un mensaje desafiante. En cambio, se mostraron proclives a seguir buscando una resolución institucional en el Senado. “No fue una respuesta a nada”, dijeron.
Por un lado aseguraron que “no hay ningun escenario” en el que estén dispuestos a cambiar o retirar los pliegos. Pero también se mostraron en modo dialoguista: “Hoy queremos hacer más esfuerzos para lograr los consensos”, deslizaron. E inusualmente dieron a entender que existen los contactos con la oposición más dura: “Siempre con algún sector del kirchnerismo hay que hablar”, dijeron.
Un estridente silencio se instaló en la Casa Rosada durante la mañana y las primeras horas de la tarde, luego de que los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y el saliente Juan Carlos Maqueda firmaran la acordada donde establecieron que pueden funcionar con tres miembros a través de un mecanismo para el sorteo rápido de conjueces. Y el “triángulo de hierro” conformado por el jefe de Estado, Santiago Caputo y la secretaria general, Karina Milei, se encontraba en estado deliberativo, a distancia.
Milei viajó a Tucumán para participar de un acto libertario de corte proselitista. Y el asesor, que pasa prácticamente todos los días hábiles en su despacho del primer piso de la Casa Rosada, inusualmente estuvo fuera del palacio durante la mayor parte de la jornada, hasta que regresó por la tarde, pasadas las 17.
Las decisiones judiciales más importantes suelen quedar en sus manos, con ayuda de su brazo en el Ministerio de Justicia, el viceministro Sebastián Amerio, y de la secretaria de Planeamiento Normativo, María Ibarzábal (que, de hecho, quedó a cargo del equipo la redacción del decreto para nombrar a los jueces Lijo y Mansilla y está listo desde hace un mes).
Pero la determinación final, en el caso de la Corte, pasará por el Presidente, que la semana pasada rompió su largo silencio en torno al tema judicial cuando anunció, desde Italia, que si el Senado no resolvía el asunto por la vía institucional, avanzaría por la vía de un decreto.
Esta mañana, por lo bajo, poco después de que se publicara la acordada de la Corte, algunos funcionarios decían que la firma del documento para efectivizar los pliegos era “inminente”. Otros no estaban tan seguros sobre los tiempos: apurar los nombramientos por decreto, calculaban, sería interpretado como una respuesta directa a la Corte, y algunos asesores querían evitar mostrarse en modo contestatario. “No tiene que ver con nosotros”, distendieron luego cerca del Presidente, sobre el mensaje que los magistrados dirigieron al gobierno nacional.
Esto, a pesar de que el clima se caldeó alrededor del mediodía, cuando la Corte puso fin a la reelección indefinida del cargo de gobernador en la provincia de Formosa. Lo hizo a través de un amparo que había presentado la Confederación Frente Amplio Formoseño contra el octavo mandato consecutivo de Gildo Isfrán para el período 2023-2027.
Es que la medida contradijo la postura de la Casa Rosada, donde creen que los poderes federales, sean judicial o ejecutivo, no deben intervenir en asuntos institucionales provinciales. De hecho, Milei nunca contestó a las exigencias de los opositores radicales e incluso de referentes que fueron propios, como el formoseño Fracisco Paoltroni, para que interviniera el distrito ante la avanzada del mandatario ultrakirchnerista. “Fue un fallo político. Hay una puja entre facciones que quieren influir en el poder judicial, no es nada nuevo”, deslizaron en Balcarce 50.
La cúpula libertaria, a pesar de exhibir firmeza, se encuentra en una encrucijada. Hasta hace un mes creían que estaban cerca de reunir las 9 firmas necesarias para conseguir dictamen en la Comisión de Acuerdos, al menos para Lijo, que trabajó personalmente en promover su candidatura. Y la suscripción de parte de la catamarqueña kirchnerista Lucía Corpacci, hace dos semanas, abonó el optimismo del oficialismo, a pesar de que seguían lejos de juntar las voluntades para García Mansilla (siguen firmes en querer nombrar sí o sí a los dos, en conjunto).
Pero la explosión política que provocó el caso de Edgardo Kueider en la Cámara alta y la fallida sesión para expulsarlo del cuerpo terminó de dinamitar los puentes, tanto con la oposición dialoguista, con Mauricio Macri en contra- y con el kirchnerismo. Por lo que la opción más deseable de lograr un acuerdo -no sólo en comisión, sino también con vistas al debate en el recinto-, parecía más lejana que nunca.
Hoy, en otra vuelta de tuerca, en la Casa Rosada aseguraban que quieren insistir en negociar los votos y pusieron sobre la mesa, nuevamente, el factor de una ampliación. “Pedían cambiar postulantes y una ampliación simultánea. No hemos tomado la decisión, estamos escuchando distintas voces o vemos si no es factible esa negociación. Pero estamos abiertos a una discusión sobre la ampliación de la Corte”, dijeron. Si estas negociaciones fracasan, avanzarán por decreto.