La decisión del Gobierno de no aceptar un aumento salarial para el Sindicato de Camioneros que supere el 1% de la inflación prevista para inicios de 2025 dejó al gremio de Hugo Moyano al borde de un paro y, a la vez, tensó al máximo la relación con los dialoguistas de la CGT.
Aunque las negociaciones entre dirigentes gremiales y empresarios del transporte automotor de cargas seguirán este jueves, a partir de las 10, para explorar una solución, en la Casa Rosada se mostraron inflexibles en este tema: “El aumento está un poco alto y después la cifra se pasa a los precios; para nosotros no puede superar la inflación”, advirtió a Infobae una alta fuente gubernamental.
En la Secretaría de Trabajo, que conduce Julio Cordero, admitieron que tras la audiencia oficial de este martes entre las partes se abrió una etapa de análisis y consultas entre las distintas áreas del Gobierno: “Lo estamos viendo todos en conjunto porque lo que hay que evitar es el traslado (del aumento) a precios. Si no, nunca se termina la rueda”, afirmaron a este medio.
De todas formas, admitieron que el problema “es más con los empresarios que con el gremio”. En la reunión que se hizo en Trabajo, las cámaras del sector mejoraron su oferta de aumento salarial al llevarla al 8,5% de aumento para el período diciembre-febrero (hasta ahora proponían un 1% mensual, mientras Camioneros reclama el 15% trimestral con un 5% para cada uno de esos meses).
La propuesta empresarial, que incluye un bono de $600 mil y un aporte extraordinario para la obra social, no fue rechazada por Camioneros, pero enseguida fue frenada por los funcionarios, que insistieron en que, como quiere el Ministerio de Economía, los aumentos no pasen del 1% mensual.
La audiencia de este martes en Trabajo pasó a un cuarto intermedio hasta este jueves, con la expectativa de que se acuerde alguna salida a la cuestión salarial que impida el conflicto. Tras la reunión, a la que no asistió Hugo Moyano, el secretario adjunto de la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros, Jorge Taboada, dijo que “el ofrecimiento (de los empresarios) sigue siendo irrisorio” y resaltó: “No se llegó a ningún tipo de acuerdo; ahora vamos a tener una reunión en la Federación de Camioneros y se van a tomar las medidas que se tengan que tomar”.
La probabilidad de que fracase la paritaria de Camioneros puso en alerta a la CGT, como anticipó Infobae, y la intervención del Gobierno para ponerle un techo a los aumentos amaga con complicar la relación entre los dos sectores, ya que la pauta salarial también traba las negociaciones en otros gremios como la Federación de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), liderada por Héctor Daer, que negocia contrarreloj con los empresarios la revisión salarial para enero y febrero.
También se empantanaron las tratativas salariales de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), encabezada por Abel Furlán, ya que en la audiencia de este martes no pudieron llegar a un acuerdo con los empresarios para recomponer los salarios del período noviembre-marzo. El sindicato reclama un incremento del 18,71% en cinco tramos, pero los empresarios están lejos de ofrecer esa cifra. Las partes acordaron un cuarto intermedio en las negociaciones hasta el jueves 26, aunque podría presentarse una encerrona parecida a la de Camioneros, ya que el Gobierno no avalaría ese aumento.
La postura del Ministerio de Economía busca evitar que los incrementos salariales influyan en una eventual alza de la inflación justo cuando las previsiones se mantienen a la baja, pero están dejando al Gobierno a las puertas de un enfrentamiento con la CGT, que rechaza el tope en las paritarias.
De por sí, como anticipó Infobae, el Gobierno suspendió este lunes la convocatoria a una mesa tripartita de diálogo, prevista para este miércoles, de la que iba a participar el sector empresarial, ante las presiones por parte de la CGT para negociar sin techo alguno los aumentos salariales.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el dirigente Gerardo Martínez, líder de la UOCRA y una de las figuras del ala dialoguista de la CGT, hablaron el sábado y el funcionario le anticipó su idea de convocarlos a este encuentro. Pero el sindicalista le advirtió que la cúpula cegetista no irá al diálogo si antes no se firman paritarias clave que están frenadas, como Camioneros y Sanidad.
La Casa Rosada tenía como objetivo convocar a la mesa de diálogo a debatir un proyecto de una nueva reforma laboral, “más profunda” de la que se aprobó con la Ley Bases. Pero la renuencia cegetista a aceptar esa invitación puso en crisis la nueva etapa de negociaciones que iba a comenzar entre el Gobierno y la central obrera, cuya estrategia dialoguista se reforzó con la renuncia de Pablo Moyano y su reemplazo por Hugo Moyano en la mesa chica y Octavio Argüello en el triunvirato.
Luego de la suspensión de la convocatoria al diálogo tripartito, una alta fuente de la CGT descartó a Infobae que haya reuniones con la Casa Rosada y los empresarios antes de que termine este 2024: “Todo eso pasará para el año que viene -dijo-. Ahora no hay clima para sentarse a hablar”.
Es que la central obrera está molesta porque el Gobierno les transmitió a sindicalistas y empresarios un estricto pedido del Ministerio de Economía: que cierren aumentos salariales para comienzos de 2025 que estén por debajo de las previsiones inflacionarias (que se ubican en el orden del 1% mensual) y que el sector empleador se comprometa a no trasladar esa mejora a los precios.
La CGT también se irritó con la Casa Rosada luego de que Javier Milei, en el discurso por su año de gestión, anunció que impulsa “una verdadera reforma laboral”. Otra señal contraria a la paz con el sindicalismo es el aval libertario al proyecto de ley de Promoción de Inversiones y Empleo, impulsado por el Ministerio de Economía y apoyado por la Unión Industrial Argentina (UIA), que rescata una parte del DNU 70 que plantea modificaciones en la Ley de Contrato de Trabajo.
El proyecto fue presentado en la Cámara Baja por la diputada de La Libertad Avanza, Romina Diez, en coautoría con otros 14 colegas del mismo bloque, entre quienes están José Luis Espert y Gabriel Bornoroni, titular de esa bancada, por lo que no cabe duda del apoyo del oficialismo.
Ahora, la relación Gobierno-CGT pasó imprevistamente de su mejor momento por la salida del ultraopositor Pablo Moyano a una etapa de incertidumbre, en la que los dialoguistas comenzaron a pintarse la cara para una batalla en varios frentes contra la administración de Javier Milei.