Arrancó el año electoral. Aunque, en lo formal, recién comience dentro de dos semanas. Pero el mundo de la política nacional ya piensa en las elecciones y actúa en consecuencia. El ejemplo más claro lo dio Cristina Kirchner con su búsqueda incesante por la centralidad dentro del planeta peronista. La última señal clara de la discusión entorno a las elecciones la dio Mauricio Macri, que tiene una relación cada vez más sinuosa y difícil con Javier Milei y su gobierno.
Ayer Infobae dio cuenta de los planes que tiene el ex presidente en la cabeza. Distanciado de la Casa Rosada y sin poder acordar la fusión de su partido con el del Presidente, evalúa la posibilidad de presentarse como candidato a senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Ser el representante del PRO en el territorio más preciado para la fuerza política y confrontar con el gobierno nacional más que con el peronismo.
El desgaste permanente al que está sometido Macri por su vínculo con el Gobierno lo llevó, una vez más, a tensar la cuerda que lo une a Milei. Si el ex jefe de Estado decide competir, obligará a La Libertad Avanza (LLA) a poner en la cancha un candidato potente para frenar el arrastre que pueda tener el apellido. La apuntada es la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que empuja con firmeza una fusión de un sector del PRO con el Gobierno y que se convirtió en la enemiga de Macri dentro de la interna partidaria.
La fragmentación del escenario político porteño puede modificar la estrategia de Unión por la Patria (UP), que el año que viene pone en juego la única banca que tiene en el Senado, que está en manos de Mariano Recalde, y tres de las siete bancas que tiene en la Cámara de Diputados. El año que viene se vencen los mandatos de Leandro Santoro, Gisela Marziotta y Carlos Heller.
La disputa en la Cámara alta tiene dos nombres propios en pugna. Recalde quiere renovar su mandato, mientras que Santoro también tiene voluntad de competir por esa misma banca. Desde los entornos de ambos hay un mensaje unificado: el espacio político deberá definir la estrategia conjunta según el contexto en el que se desarrolle la elección.
El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, evalúa la posibilidad de desdoblar la elección y que la discusión porteña no se mezcle con la elección nacional. Además, aún no está definido si habrá PASO o no, por lo que el formato con el que se ordenarán los espacios políticos no está claro. A esas dos circunstancias se le suma la cantidad de candidaturas que haya en los comicios. Especialmente si el PRO y LLA compiten por separado y dividen el voto oficialista.
En UP hay dos teorías respecto a la posible fragmentación del electorado que representan las dos fuerzas aliadas. La primera indica que la división del voto de centro derecha abre un camino en el medio, que le multiplica al peronismo las posibilidades de obtener el segundo lugar. La segunda opción es más negativa. Sostiene que si se incorpora una fuerza de centro a la competencia, al partirse tanto el escenario electoral, el peronismo corre el riesgo de salir cuarto.
Esa proyección tiene adosada la candidatura de un espacio de centro que podría estar representado por Horacio Rodríguez Larreta, que está con ganas de competir el año que viene, aunque no definió nada. El ex jefe de Gobierno tiene diálogo abierto con Martín Lousteau y Juan Schiaretti. El “Gringo” y Florencio Randazzo ya presentaron un partido nacional para competir en varios de los distritos importantes del país y que podría servirle como base para competir por una banca en el Senado o la Cámara de Diputados.
Alrededor de esa eventual lista trabajaría Fernando Gril, una de las caras visibles de la Red Federal Peronista, un espacio disidente del peronismo, que tuvo una experiencia fallida en las últimas elecciones internas del PJ Porteño. Ese esquema de dirigentes trabaja cerca de Schiaretti, al que consideran el principal referente nacional de la vía del medio, que están armando los que se alejaron del PRO por su alianza con el oficialismo o los que no quisieron mezclarse con el kirchnerismo duro bajo el paraguas protector del peronismo.
Esa fragmentación del electorado que aparece como una posibilidad sería una mala noticia para el peronismo, que está golpeado y que atraviesa un nuevo tiempo de internas, en medio de un intento de reorganización. Las posibilidades de meter a un senador por la minoría -en UP aceptan que no están en condiciones de competir por el primer lugar - será un elemento clave para la balanza se incline a uno u otro lado de las candidaturas.
Si el PRO y LLA van unidos, el peronismo puede aglutinar la mayor parte del voto opositor, polarizar la discusión electoral y la campaña, y meter el senador de la minoría. Son teorías electorales que se van modificando y readaptando, según las fluctuaciones del contexto político.
Recalde representa al sector más kirchnerista de UP. Parte de la mesa chica de La Cámpora y de estrecha relación con Máximo Kirchner, quiere quedarse en la Cámara alta y dejar abierto su camino hacia el 2027. Santoro, radical con buena relación con el mundo K, pero distante del camporismo, tiene como objetivo final ser candidato a Jefe de Gobierno porteño en dos años y medio. La estrategia que elija y la decisión que tome estará influenciada por su voluntad electoral, además de las necesidades del espacio político.
Arriba de la mesa de Santoro hay otra opción que es la de competir en la lista de legisladores porteños. Lo que podría terminar siendo una salida de escape, si el escenario es tan complejo que el peronismo corre el riesgo de no hacer ingresar el senador por la minoría. Pero, al mismo tiempo, sería dejar en manos de La Cámpora la candidatura más importante del esquema porteño. Tanto Santoro como Recalde caminan la ciudad y encabezan actividades todos los fines de semana. Activos para que se sepan que tienen vocación de estar en la primera liga.
En la Legislatura, y con mandato hasta el 2027, está Matías Lammens. El ex ministro de Turismo es uno de los nombres propios del espacio que está mejor posicionado en las encuestas. Una rareza en un distrito que siempre le ha costado al peronismo y en el que el kirchnerismo tiene una minoría intensa que le ha alcanzado para quedar en el segundo lugar, pero que le cuesta perforar.
Lammens tiene una opción sola por delante que es la de encabezar la lista de diputados nacionales. Dentro de UP ya lo tantearon para ver si lo divisa como opción. Falta demasiado tiempo y desde su entorno dicen que no hay nada definido. Dependerá del armado electoral que se haga y la propuesta de candidaturas que se acuerde. Tanto el ex ministro, como Santoro, tienen la vocación de llegar la jefatura de Gobierno en el 2027.
Entre las cuentas, las hipótesis y las proyecciones, un importante dirigente de La Cámpora agregó un nombre a los tres más reconocidos del esquema porteño. Un nombre propio de peso y al que la mayoría de los dirigentes porteños descartan como opción. Formuló tres preguntas y las dejó flotando en el aire: “¿Alguien se imagina a CFK como diputada? ¿Y si es candidata a senadora nacional por CABA? ¿Quién le podría decir que no vive en la ciudad, cuando todos saben dónde queda su departamento de Recoleta?”.