En el mes de septiembre, Leandro Santoro inició una recorrida por los 48 barrios de la ciudad de Buenos Aires, donde mantuvo charlas abiertas con los vecinos sobre las problemáticas que hoy atraviesan. Esa campaña le permitió tener “una radiografía del estado de ánimo” de los porteños y “el estado material de la sociedad”, según detalló en una entrevista con Infobae. Desde ese punto de partida, criticó la gestión de Jorge Macri y consideró que “el PRO está absolutamente desdibujado”.
“El rol de un dirigente político primero es representar”, resaltó Santoro luego de encabezar el acto de cierre de la gira en Parque Los Andes de Chacarita. “Quisimos dejar plantada la idea de una forma de hacer política más cerca de los problemas de la gente y más ciudadana”, agregó. Si bien evitó pronunciarse sobre una posible candidatura en las próximas elecciones, donde la ciudad de Buenos Aires renueva 3 senadores y 13 diputados, habló de la necesidad de conformar un frente amplio para “construir una alternativa al PRO”.
—¿Observas diferencias entre la gestión de Horacio Rodríguez Larreta y la de Jorge Macri?
—Me sorprende lo desarmado que está el PRO como proyecto político, la falta de ideas y el enorme déficit de gestión. Ellos hicieron de la gestión y de la iniciativa política permanente una marca. Y hoy el PRO está absolutamente desdibujado. No representa más lo que representaba. Se nota que Jorge no le termina de encontrar la vuelta al joystick de la ciudad. Los reclamos son unánimes y muy homogéneos en todos los barrios: la falta de limpieza y la dificultad con el tema de la inseguridad. Se fugaron 70 presos. La ciudad, además, resulta muy indiferente al problema social de los argentinos. Todavía tienen el reflejo de los años donde Buenos Aires tenía margen para hacer cosas snob, como las ferias del plato, las ferias de la comida gourmet que en algún momento le dieron a la marca de la ciudad de Buenos Aires un brillo, pero que en este contexto de crisis económica queda muy a destiempo. El problema que hoy tienen los porteños es que tienen que pasar los pibes del colegio privado al colegio parroquial, del colegio parroquial al colegio público. Hay gente que tiene dificultades para morfar y le da vergüenza. Y hay un deterioro de la calidad de los servicios públicos enorme.
— ¿Cómo crees que el PRO va a armarse en el 2025 para pelear por las bancas?
— La aparición de Milei derechizó mucho al PRO. Ellos sobreactúan la insensibilidad social. Quedó en evidencia cuando tomaron posición en relación a la suciedad de la ciudad y la teórica responsabilidad de las personas pobres en ese deterioro de lo urbano. Tienen una mirada también de un Estado mínimo. La mirada de un Estado minimalista y desertor que va muy en sintonía de época con el discurso de Milei. Y hay una suerte de individualismo conservador que también se radicalizó con la llegada de los libertarios. Me parece que por temor a que su electorado blando se vaya con Milei, radicalizaron toda su gestualidad simbólica. Y en el medio de todo esto se retiraron de las responsabilidades que el Estado local tiene que asumir, mucho más en tiempo de crisis. Entonces, ahí hay un un problema para Jorge porque se derechiza simbólicamente y está perdiendo representación.
— ¿Vas a ser candidato en el 2025?
— Vamos a ver. Hay rumores de que la ciudad puede desdoblar las elecciones locales de las nacionales. Y hasta que eso no esté claro, es muy difícil imaginarse escenarios electorales. Así que hay que esperar eso.
— ¿Y en el 2027 te gustaría volver ser candidato a jefe de Gobierno porteño?
— Para que haya una alternativa humanista en la ciudad de Buenos Aires en el 2027 se tiene que hacer una buena elección en el 2025, porque es el inicio de la construcción de un frente amplio, plural, que representa una alternativa real al desgobierno del PRO. Y para esto se necesita generar una expectativa. Las expectativas son muy importantes para hacer que las diferencias con otros partidos políticos se minimicen y que los comunes denominadores prevalezcan por sobre las diferencias internas. Así que para eso se necesita hacer una buena elección en el 2025.
— ¿Ese frente amplio podría ser con el radicalismo porteño que lidera Martín Lousteau?
— Yo creo que el radicalismo tiene que resolver una crisis muy profunda que obviamente tiene su origen en lo nacional, pero que en la ciudad de Buenos Aires también tiene un reflejo. Hoy no tiene identidad política, no se sabe si está dentro de la coalición de gobierno o si está afuera. A veces parece que está adentro, a veces está afuera. Cuando tuvieron que votar por el reconocimiento a los enfermeros como profesionales de la salud, solamente dos diputados votaron a favor y el resto de los diputados votaron en contra de los enfermeros. Y finalmente la ley termina cayéndose por un voto. Eso fue muy paradigmático, porque ellos cambian la posición después de haber firmado el dictamen con nosotros del reconocimiento de los enfermeros, con lo cual algún tipo de presión de Jorge Macri hubo. Entonces ni ellos saben dónde están parados. Ojalá que resuelvan rápido eso, porque yo creo que el radicalismo es un actor clave para la construcción de un frente alternativo al del PRO.
— ¿Crees que el PRO se va a unir con La Libertad Avanza para las elecciones legislativas?
— Hoy creo que Jorge Macri está pensando en un esquema de reconstrucción de Juntos por el Cambio en la ciudad, porque entiendo que las diferencias que tiene con La Libertad Avanza son muy grandes. Se dejó ver en la sesión donde se votó el Presupuesto y hubo muchas negociaciones de última hora que demuestran que no hay una relación de confianza o que si hubo alguna vez una relación de confianza se rompió. Así que la intuición que yo tengo es que él se imagina reconstruyendo Juntos por el Cambio y enfrentándose con nosotros y con La Libertad Avanza.
— Después de la experiencia electoral del año pasado, ¿qué crees que le falta al peronismo para ganar el año que viene?
— Yo no soy afiliado al peronismo. Yo soy un aliado del peronismo que construyó una relación de mucha confianza y de mucha intimidad con la base social del proyecto, que es lo más importante de todo. Yo tengo buena relación con todos los sectores del peronismo. Con el que más relación tengo es con Juan Manuel Olmos, que además de ser el presidente de la AGN, es el presidente del Congreso del Partido Justicialista. Pero tengo buena relación con el presidente también del partido, Mariano Recalde. Tengo buena relación con todos los sectores del peronismo y además encuentro bastantes coincidencias en términos de qué habría que hacer para el futuro. Como también tengo buena relación con muchas autoridades de otros partidos políticos, como la del radicalismo. Yo espero que esas relaciones en algún momento logren confluir en una propuesta de mayoría.
— ¿Se necesitan nuevas canciones como propone Axel Kicillof?
— A mí me parece que Javier Milei viene a proponer un nuevo orden social basado sobre un rol absoluto del mercado y la destrucción del Estado, como una instancia de igualación social y de impulso de la economía. Lamentablemente, Jorge Macri agrava esa mirada. Subscribe esa mirada, pero agrava porque, a diferencia de lo que le pasa a Milei, él sí tiene la responsabilidad de prestar servicios básicos y de proveer bienes públicos básicos como la salud, la educación y la seguridad. Y se nota mucho el deterioro de las capacidades estatales. Entonces es muy claro cuál es el debate. Acá el debate pasa por tener claro qué modelo de sociedad queremos. Nosotros buscamos una sociedad más humana, más justa, más igualitaria, más verde de desarrollo. Y el debate, en todo caso, va a tener que ver con hacia dónde queremos que vaya la ciudad de Buenos Aires y el país en los próximos 20 años. Por eso nosotros hablamos también de una mirada desarrollista de modernización de las estructuras de la sociedad. De refundación del aparato del Estado para que pueda cumplir con las funciones que venía cumpliendo mal, pero que debe cumplir.
— ¿Qué opinás sobre el rol de Cristina Kirchner al frente del PJ?
— Ella va a tener que cumplir un papel para defender los intereses de su partido que la van a poner frente a la novedad de tener que interlocutar con una sociedad que cambió. Es el desafío de los líderes partidarios hoy, hablar con una sociedad más líquida, más volátil, que tiene mucha desconfianza frente a la política, que se informa con canales alternativos y diferentes de los que nos informamos por ahí hace algunos años atrás. Y es un desafío no solamente para Cristina, sino para cualquiera que quiera ejercer la representación partidaria.
—¿Crees que Milei está ganando la batalla cultural?
— Milei tiene el logro de haber bajado la inflación a costa de haber generado una recesión muy importante, cuando el costo de la recesión, expresado en el desempleo y en la pérdida del poder adquisitivo del salario, no compense la gratificación de la baja de la inflación, probablemente muchas de las ideas que él sostiene entren en crisis. Mientras tanto, está pasando por una luna de miel con la sociedad porque todavía tiene el crédito que le da haber ganado hace poco tiempo y haber obtenido parte del compromiso de su contrato electoral. Ahora, la otra parte yo creo que se le va a complicar. Siempre dijimos nosotros que con la forma que él proponía, era relativamente sencillo bajar la inflación. El problema es que eso va a traer un costo social muy grande que no va a poder revertir. Así que veremos cómo reacciona la sociedad cuando se dé cuenta que la que la economía no sube como propuso.