Brindis, despedida ¿y después? El próximo jueves, se trabaja en una convocatoria mucho más importante para el tradicional brindis de fin de año de la Corte Suprema porque será el último de Juan Carlos Maqueda, que ya prepara sus palabras de despedida en el Palacio de Talcahuano cuyos pasillos fatigó de manera ininterrumpida durante los últimos 22 años. Forzado a jubilarse por su edad -el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, no pudo intervenir a pesar de la relación cuasi familiar que los une-, el juez, como se anticipó en esta sección el fin de semana pasado, ya se prepara para adentrarse en el estudio del idioma inglés, que desconoce por completo, y prevé dar clases en algunas universidades que ya lo contactaron para disponer de sus servicios.
La salida de Maqueda, un político profesional, constituyente del ‘94 y, según el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, el último gran cortesano en ocupar ese tribunal, abre a partir de finales de mes un escenario inquietante para el funcionamiento de la Corte por su integración de tres y por la incertidumbre en torno al futuro de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los dos juristas propuestos en mayo por la Casa Rosada. El posible nombramiento de ambos por decreto, en comisión, como adelantó el propio Javier Milei este viernes, inauguró en estos últimos meses la temporada de especulaciones judiciales frente a un Senado que, en la sesión del jueves, exhibió la falta de acuerdos multipartidarios, indispensables para la previsión política. “El 2 de enero están los dos acá sentados”, anticipó una fuente de la Corte.
En los últimos meses volvieron también las especulaciones alrededor del posible reemplazo del procurador Eduardo Casal, que asumió en su momento como interino y la política nunca más pudo ponerse de acuerdo en su sucesor. Hay un funcionario del gobierno que quiere ese lugar. Es muy poderoso, y se referencia en Santiago Caputo. En el Ministerio Público Fiscal conocen sus intenciones. Probablemente haya sido un tema de conversación en el cumpleaños de Juan Manuel Olima, el secretario de Coordinación Institucional de la Procuración, un festejo concurrido en “La City”, entre los barrios porteños de Chacarita y Colegiales que, de todos modos, no tuvo el glamour de la comentada fiesta de La Costanera, en la que Olima también dio el presente. Dijeron algunos invitados que sufrió en esa celebración una broma de mal gusto por parte de un asistente que no midió el consumo de alcohol.
La política está desde hace meses sepultada en el terreno de lo impredecible. En una semana, el ex senador Edgardo Kueider fue expulsado en trámite exprés de la Cámara alta; y por una supuesta infracción de la vicepresidenta Victoria Villarruel al presidir la sesión que, según Milei, sería “invalida” porque debería haber estado al frente del Ejecutivo, ahora podría recuperar su banca si la Cámara en lo Contencioso y Administrativo federal hace lugar a su planteo presentado en la mañana del viernes. Depende, ahora, de la decisión de un fuero desconocido para el público general pero clave para el sistema político, en el que reinan los doctores Sergio Fernández y Jorge Morán. Este último pudo lo que no pudo Maqueda. También estaba listo para jubilarse, pero obtuvo una prórroga de cinco años para seguir en su cargo, gracias a sus buenas gestiones.
Punto muerto. Dónde por ahora las gestiones no dieron buen resultado es en la provincia de Buenos Aires, territorio de amor y venganzas para un peronismo que se saca chispas por la disputa entre Axel Kicillof y el cristinismo.
En la Legislatura hay 205 pliegos de jueces, fiscales y defensores que esperan para ser aprobados y que están pisados, en punto muerto, por las diferencias entre las distintas tribus provinciales, en un cuerpo legislativo que, por fuera de la oposición, se divide entre el poder de los intendentes, la organización liderada por Máximo Kirchner y el gobernador, que no pudo afianzar un esquema propio.
En ese territorio aseguran que el tratamiento de esos pliegos -también se espera por las vacantes para la Corte provincial- está frenado por la trifulca general, y por la disputa particular desatada en La Matanza entre el intendente y La Cámpora por la elección de un magistrado. En ese distrito hace base Facundo Tignanelli, el delegado principal de Máximo Kirchner en la Cámara de Diputados provincial, que no hace mucho era supervisada de manera directa por Martín Insaurralde, “El Chacal”, que quedó fuera del juego público por una desfachatez similar a la de Kueider, pero con el encanto de la costa del sol española. Ahora monitorea desde lejos a través de su amigo Juan Pablo De Jesús.
En la Legislatura todavía se debe resolver, por lo pronto, el futuro del Presupuesto enviado por Kicillof junto a la ley impositiva y el endeudamiento, es decir, el paquete económico que podría ser tratado recién en sesión el próximo jueves 19 o, para disgusto de los legisladores, el jueves siguiente, el 26, entre las burbujas del fin de año. Hasta el momento, no hay acuerdo.
Ser o no ser. Tampoco hay acuerdo, por ahora, sobre las definiciones que el gobernador deberá tomar antes de que termine el verano vinculadas a la eliminación o no de las PASO -será, en todo caso, una decisión alineada con lo que pase en el Congreso nacional- y al desdoblamiento del calendario electoral, que podría impactar de manera directa en la relación, muy deteriorada, por cierto, con Cristina Kirchner.
No es necesario ser un analista agudo para descifrar que el dato político de la reunión del pasado lunes en Moreno del PJ bonaerense, convocada por Máximo Kirchner, fue la ubicación de los protagonistas según las fotos distribuidas con precisión quirúrgica por el kirchnerismo: la ex presidenta y Sergio Massa en el centro, risas mediante, el jefe de La Cámpora a un costado y Kicillof recién dos sillas más allá, separado con CFK por la intendenta local.
“Ese es el dato central: que la relación entre Cristina y Sergio goza de muy buena salud”, analizó un de por sí agudo dirigente del peronismo. El otro dato saliente es que, a menos que suceda algo extraño, no hay vuelta atrás en la ruptura entre el gobernador y su ex jefa.
Kicillof medita sus próximos pasos. Desde un municipio de la primera sección electoral confiaron en que en la última visita del gobernador -reciente-, le aseguró al intendente anfitrión que tenía muy avanzada la decisión de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, algo que no pudo hacer en su momento María Eugenia Vidal por presión de Mauricio Macri, y la ex gobernador sepultó así su intento de reelección. “Axel no le dijo a nadie una postura porque nunca la tuvo. Entiendo que él planteó todos los escenarios, pero no habrá definición hasta que no se sepa qué pasa a nivel nacional con las PASO”, respondieron desde la gobernación.
El ex ministro practica por ahora cierta prudencia, aunque hay dirigentes que están entusiasmados con la posibilidad de presentarle batalla al cristinismo camporista el año próximo. Dos, en particular: Jorge Ferraresi y Andrés “El Cuervo” Larroque.
El ex Secretario General de La Cámpora está decidido a ir a fondo. Es un entusiasta operador del proyecto del gobernador que supo ser, durante años, uno de los principales soldados camporistas, un militante leal de Cristina Kirchner -a su hija la llamó “Cristina”-, un bombardero contra la gestión de Alberto Fernández hasta que se rompió la confianza, se independizó de la conducción de “la orga” y se puso al servicio del gobernador provincial. Se amigó, incluso, con Juan Zabaleta, el ex intendente de Hurlingham que detesta a Máximo Kirchner y con el que en su momento el ministro bonaerense se trenzó en una disputa municipal en los pagos de Hurlingham.
¿Tu también, Jorge? Si hablamos de disputas, la de Jorge Macri y La Libertad Avanza oficial, impulsada por Karina Milei, en la ciudad de Buenos Aires, está al tope del podio. La votación del Presupuesto, que se extendió hasta la madrugada del viernes, evidenció esa batalla decisiva en la casa matriz del PRO que puede contaminar al resto de los distritos de cara a las elecciones de medio término: los legisladores que responden a la Secretaria General -se sumaron los que están referenciados en Patricia Bullrich- no acompañaron el proyecto, y la pelea quedó ya declarada a cielo abierto.
Pasada esa votación, el ex intendente de Vicente López está próximo a anunciar cambios en el gabinete. Una versión indicaba que lo haría el pasado viernes, pero tuvo que transpirar tanto para conseguir la aprobación de su Presupuesto -no le sobró ni un solo voto y su ministro de Hacienda, Gustavo “El Chama” Arengo, trabajó con precisión en su visita especial a la Legislatura para terminar por convencerlo a Ramiro Marra- que dejó esa rotación para los próximos días. Se habla de renuncias, de nuevos ministerios y de enroques, mientras se medita qué hacer el próximo año. También sería inminente una decisión en torno al desdoblamiento de las elecciones locales, antes de fin de año.
Es que el primo del ex presidente tiene un dilema electoral: es consciente que LLA quiere arrebatarle el distrito, darle una estocada al PRO en su sede central, y también sabe que no tiene un cuerpo de legisladores que le respondan de manera directa. El jefe del bloque, por ejemplo, es Darío Nieto, el ex secretario privado de su primo Mauricio. La bancada, para colmo, es un hervidero. En el grupo de WhatsApp “MxV 2024″ que los agrupa, hubo hace poco una discusión muy acalorada cuando Juan Pablo Arenaza, que responde a Bullrich, planteó que trabajaría en un proyecto para eliminar la Verificación Técnica Vehicular. Ignacio Parera, “Nacho”, del staff de Cristian Ritondo, le saltó llamativamente a la yugular.
Como si fuera poco, existe, en simultáneo, una discusión global en torno a cuál podría ser el mejor candidato a senador en la Ciudad si finalmente no hay acuerdo con el gobierno y el PRO presenta postulantes propios. A pesar de las complejidades de la gestión, Waldo Wolff ya se promociona a viva voz para quedarse con esa candidatura. En la sede de Uspallata hay dudas: frente a una eventual postulación tan taquillera como la de Bullrich, no hay ni para empezar. Es un panorama sombrío que, cada tanto, obliga a agitar una hipotética pero dificilísima postulación del ex presidente, un dirigente que, como alguna vez dijo, siempre le aburrió, y mucho, la actividad legislativa.
Patagonia rebelde. Por el contrario, si hay un lugar y un período que le fascina a Macri es Cumelén durante el verano: recién vuelto de un largo viaje, tras su último discurso del año de este viernes al frente del consejo del PRO, el ex mandatario prevé viajar en los próximos días al exclusivo country de Villa La Angostura, en La Patagonia, para pasar las fiestas e inaugurar la temporada estival en un destino, que se presume, tendrá este año tufillo libertario.
Es que, además de “Nicky”, un habitué, el histórico amigo íntimo del ex jefe de Estado, los Caputo estarán representados en ese paraíso patagónico por “Toto”, el ministro de Economía que, como Nicolás, tiene allí un propiedad más que confortable. El ex funcionario macrista supo albergar en esa casona, en más de una oportunidad, a Horacio Rodríguez Larreta, un amigo que dejó de ser tan entrañable como antes desde el momento en que el ex funcionario macrista decidió no participar del civil y la fiesta de casamiento del ex jefe de Gobierno, por temor al “qué dirán” libertario. Amigos, se ve, eran los de antes.
Pero también es muy probable que otro Caputo visite este verano el country más selecto de Villa La Angostura. Sucede que Santiago, el asesor todoterreno del Ejecutivo, es compinche de la pareja de María Ibarzabal Murphy, la secretaria de Planeamiento Estratégico del gobierno, una asesora letrada del consultor discípulo de Jaime Durán Barba, de preponderancia en el gobierno, cuya familia tiene desde hace años su casa en el vecindario de Cumelén -Emilio Basavilbaso, ex jefe de la ANSES de Cambiemos, también frecuenta esos pagos-. Se los espera este verano -a mediados de año viajaron junto a otras familias para descansar por unos días-. El asesor presidencial tal vez se cruce a Macri en la terraza del club house. Por qué no.
Juan Pazo, el flamante titular de ARCA -dicen que no está muy atraído por su nueva función-, es otro de los habitués del country patagónico, desde hace muchísimos años.
Aún no trascendió el destino del resto de los integrantes del gabinete, tampoco del presidente ni su hermana Karina, que todavía no develaron si descansarán o no durante el verano, pero un funcionario del entorno presidencial sí reconoció que el jefe de Estado pidió prudencia y austeridad para las vacaciones en una de las últimas reuniones del staff oficial. De ser posible, ningún destino espectacular. Algunos colaboradores, por ejemplo, tuvieron que cambiar algún itinerario. Para que nadie haga alarde.
Los vecinos de Cumelén tienen sus propias rutinas. “Toto” Caputo, por caso, solía salir a jugar al golf al atardecer con su hijo Cristóbal en la cancha del barrio, para pasar lo más desapercibido posible. Cristóbal trabaja desde hace tiempo en una conocida agencia financiera de la city porteña, pero en los pasillos del Palacio de Hacienda aseguran que se lo ve cada tanto en ese edificio.
Macri no es de los pioneros. De hecho, tardó en construir su casa, y en el vecindario deslizaron que empezó a construir su propiedad antes de que incluso fuera aceptado por la comisión. Puertas adentro, hay un secreto que es conocido por todos: que el ex presidente entra y sale con su lancha del muelle a toda velocidad, incluso más de la permitida. Tal vez sea un mito. Lo que sí es verídico es que el ex jefe de Estado utilizó decenas de veces el muelle privado de Jorge Pérez Alati, un experimentado abogado vinculado con el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTyV), cuya principal referencia es Victoria Villarruel. Es probable que el vínculo estrecho entre Macri y Pérez Alati haya alimentado una supuesta visita de la vicepresidenta al jefe del PRO, en el verano pasado, nunca confirmada pero suficiente como versión para que la Casa Rosada la anotara en el cuaderno de pases de factura contra la ex diputada.
En los últimos tiempos, el country de La Angostura sumó dos canchas techadas de padel que Macri reserva durante su estadía. Al ex mandatario le gusta jugar techado. Las tres canchas destechadas que existieron siempre en el barrio nunca le agradaron. Prefería salir del lugar y visitar a un amigo muy conocido, empresario, dueño de una de las canchas de padel más notables de La Patagonia. Techada, por cierto.