(Desde Washington, Estados Unidos) Ante una sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), Gerardo Werthein denunciará hoy el constante y sistemático acoso de Nicolás Maduro contra los seis opositores al régimen caribeño que están refugiados en la embajada de Argentina en Venezuela.
En la sede diplomática argentina se encuentran Magalli Meda, jefa de campaña del comando “Con Vzla”; Omar González, jefe regional del comando en Anzoátegui; Pedro Urruchurtu, jefe internacional del comando; Humberto Villalobos, jefe electoral; Claudia Macero, jefa de comunicaciones; y el ex ministro Fernando Martínez Mottola, asesor de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
El régimen presentó acusaciones fraudulentas de conspiración y traición a la patria contra los seis dirigentes opositores, y ante la inminente posibilidad de su desaparición forzada o detención ilegal, Javier Milei dispuso el conceder asilo diplomático.
A continuación, en tiempos de Diana Mondino como canciller, se solicitó que la dictadura conceda los salvoconductos para evitar que las fuerzas parapoliciales capturen a Meda, González, Urruchurtu, Villalobos, Macero y Martínez Mottola. Pero Maduro contestó con evasivas y después inició una operación de acoso constante contra los dirigentes de la oposición.
Desde el inicio del acoso, la empresa estatal de electricidad (Corpoelec) arrancó los fusibles de la sede, dejando a la embajada sin suministro eléctrico. Aunque los refugiados cuentan con una pequeña planta eléctrica, solo funciona durante unas pocas horas al día, afectando la conservación de alimentos y el funcionamiento de los equipos básicos.
El suministro de agua también ha sido restringido. Desde el 27 de noviembre, las autoridades impiden la entrada de camiones cisterna, dejando a los refugiados con reservas mínimas de agua potable. La embajada, que antes de esta decisión política recibía agua solo una vez a la semana, enfrenta ahora una crisis humanitaria agravada.
Y a la falta de agua y luz, Maduro suma a los drones monitoreando el interior de la embajada y a las tropas de seguridad que se plantan frente al portón de la residencia para atemorizar a los refugiados y al personal administrativo que todavía acepta concurrir a la sede diplomática.
La denuncia que hará hoy Werthein en la OEA está respaldada por Canadá, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Ecuador.
La embajadora de Argentina en la OEA, Sonia Cavallo, presentó las evidencias a todos los representantes diplomáticos de los países que integran el foro regional, y en determinados casos se enfrentó con un profundo silencio cómplice o una pegajosa explicación florentina.
La posición más inexplicable fue de Brasil. Lula da Silva representa a la Argentina en Venezuela, tras la ruptura de relaciones diplomáticas, y conoce al detalle las distintas operaciones ejecutadas por el régimen contra los seis dirigentes opositores. Sin embargo, el presidente de Brasil ordenó a su embajador en la OEA que tomará distancia de la presentación que hará Werthein.
La doble vara moral de Brasil se repite con Colombia, México, Chile y Bolivia. Gustavo Petro, Claudia Sheinbaum, Gabriel Boric y Luis Arce tienen toda la información respecto al acoso político de Maduro contra los opositores, pero eligieron la neutralidad diplomática.
No es un secreto de Estado las diferencias ideológicas entre Milei, Da Silva y sus asociados regionales. Sin embargo, en asuntos vinculados a los derechos humanos, no es prudente hacer cálculos políticos. Brasil, México y Colombia -por citar tres casos- también tienen embajada en Caracas. Y con Maduro nunca se sabe.
La fractura expuesta en la OEA determinó que no haya un proyecto de Resolución condenando las violaciones a los tratados internacionales que está cometiendo Maduro. Se necesitan 17 votos, que no están. Entonces, es muy probable que se emita un proyecto de Declaración con el apoyo de -al menos- 12 países.
Werthein expondrá desde su despacho en el Palacio San Martín. Tenía previsto hacer su denuncia en la sede de la OEA, pero por condiciones climáticas no pudo llegar a Washington. La sesión comienza a las 11, hora de la Argentina.