“Hoy premiamos a cinco personas y entidades de diferentes sectores porque hacen una obra magnífica que cambia la sociedad. Hoy es un 10 de diciembre hermoso, en el cual conmemoramos el primer año de gobierno del presidente Milei, y qué mejor que el Senado se premie a los que hacen patria”, dijo también la vicepresidente de la Nación y titular de la cámara alta, Victoria Villarruel, al concluir el acto que presidió junto a Daniel Abate, director de Cultura, y Claudia Rucci, directora del Observatorio de Derechos Humanos del Senado.
La selección de las personas y entidades premiadas evidenció un cambio de enfoque en el tratamiento del tema, alejado de la partidización y de una visión fragmentaria de la sociedad que pone los derechos de unos por encima o en antagonismo con los de otros.
En palabras de Claudia Rucci, se buscó “revalorizar el concepto de derechos humanos”, que se les reconocen a todos y a cada uno “por el solo hecho de ser persona, no deben fragmentarse”, ni ideologizarse, porque “cuando se ideologizan, se los empieza a vulnerar”.
“Es para mí un inmenso honor ver cómo estas historias de vida, estas luchas por la dignidad y la justicia son reconocidas -dijo a su turno el director de Cultura, Daniel Abate- Cada uno de los galardonados son un ejemplo a seguir, un faro que ilumina el camino hacia un futuro mejor”.
La distinción al Cottolengo Don Orione -entidad que pronto cumplirá 90 años en el país y que se dedica a la atención e inclusión de personas con discapacidades- fue recibida por el hermano Jorge David Silanes, María Luz Orione y Mario Ochoa, en nombre de las numerosas personas que trabajan en las diferentes sedes de la obra.
El doctor Abel Albino recibió la distinción a la Fundación Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil), que creó y preside, conocida por su aporte a la reducción de la mortalidad y la desnutrición infantil. En su agradecimiento, Albino subrayó el papel de la familia, “patrimonio de la Humanidad”, en la formación de las personas.
La agrupación Manada (Madres y padres de Niñas y Adolescentes con Disforia de Género acelerada), la más nueva de las entidades premiadas, fue creada poco después de la pandemia, por madres y padres decididos a enfrentar la epidemia transgénero provocada por la ideología queer difundida a través de la ESI y de las redes sociales.
Denunciaron que sus hijas e hijos adolescentes son “víctimas de la romantización del mundo trans, de una ideología instalada a través de una agenda mundial”, en palabras de una de sus integrantes, Miriam Domínguez. Puso como ejemplo de ello a “las marchas marketineras que elevan la sexualidad a la categoría de orgullo y multiplican las etiquetas de género al punto de tener que ponerles el signo más...”
Denunció que “los tratamientos de reasignación de género son experimentales, irreversibles y mutilantes”, además de acortar “hasta 30 años la expectativa de vida por sus efectos adversos”. Si un adulto, sabiendo todo esto, desea de todos modos transicionar, “de corazón esperamos que todo salga como desea y que sea feliz... pero con los chicos no”, sentenció.
“Hemos visto a nuestras hijas desaparecer ante nuestros ojos, sumergirse en la oscuridad, en la depresión -dijo María Paula Rivero, quien también habló por la red Manada-, rechazar quienes realmente son, intentando construir una identidad ficticia”. Denunció que el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus valores está siendo pisoteado por esta corriente, y por “la manipulación de instituciones que se entrometen en su vida y nos arrebatan su niñez y su adolescencia”, y recordó que incluso algunas de las madres de Manada han sido denunciadas ante la justicia en el intento de arrebatarles a sus hijos.
La profesora sanluiseña Graciela Elisa Alcaraz fue distinguida por su labor al frente de la escuela n° 308 Nicolás Avellaneda de Pozo del Tala, una de las más antiguas de su provincia.
“Sólo he cumplido con mi deber, no sé si merezco este premio, porque en el país hay muchos maestros como yo. Como humilde maestra rural hace tiempo vengo inculcando a los niños que el cambio es estudiar y trabajar, trabajar humildemente desde el lugar que nos toque”, dijo Alcaraz.
El último premio fue un reconocimiento largamente demorado: el de las víctimas del ataque guerrillero al Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa, en diciembre de 1975, en el que murieron 12 militares -entre ellos 10 soldados conscriptos- y 3 civiles.
El premiado fue Carlos Sanabria, hijo de Víctor Sanabria, sargento 1° muerto durante el asalto al cuartel, quine ha sido uno de los más activos en sostener el reclamo de reconocimiento a su condición de víctimas de la violencia de los 70.
“En estos 49 años, los derechos humanos estuvieron parcializados”, dijo Sanabria, quien también agradeció especialmente a Victoria Villarruel, por ser quien siempre los acompañó en su reclamo. “Represento a todas las familias que perdieron a sus seres queridos en esa época trágica”, dijo.
Como cierre del acto, la Orquesta de Cámara del Congreso Nacional interpretó “Honrar la vida”, significativo homenaje a quienes están dejando huella por su entrega a una causa.
VIDEO DE PRESENTACIÓN DE MANADA EN EL SENADO