El Gobierno nacional amplió el secreto militar que había impuesto meses atrás en lo relacionado con la compra de aviones caza F-16 a Dinamarca. Ahora, también estarán protegidos por esta categoría aquellas relaciones contractuales que puedan establecerse con el auspicio de Estados Unidos por la adquisición de armamentos e insumos.
La medida se hizo efectiva mediante la publicación del decreto 1073/2024, en el que se establece: “Decláranse secreto militar, en los términos del Decreto N° 9390/63, a las operaciones contractuales que tramitan bajo el Expediente N° EX-2024-116082935-APN-EMGFAA#FAA”.
El Ejecutivo sostiene que estas transacciones están vinculadas al Expediente N° EX- 2024-05198131-APN-DGPPYP#FAA, que fue teclado bajo secreto miliar en abril de este año. Se trata de todos los procedimientos vinculados a la adquisición de 24 aviones caza F-16 a Dinamarca.
En línea con la normativa, la incorporación de este sistema de armas se complementará con la adquisición adicional de material mediante la suscripción de una “Letter of Offer and Aceptance” —carta de oferta y aceptación— (LOA), perteneciente al programa Foreign Military Sales —Ventas Militares Extranjeras, organismo que funciona como mediador en las transacciones internacionales de armamento de defensa— y de otra suscripción similar con la United States Navy —Armada de los Estados Unidos—. De esta manera, el Gobierno fortalece los lazos militares con Estados Unidos. Por esto mismo, se suscribirán al expediente que quedará bajo secreto militar todos los contratos adicionales para la incorporación y capacidades complementarias para el sistema de armas.
“Secreto miliar es toda noticia, informe, material, proyecto, obra, hecho o asunto que, en interés de la seguridad nacional y de sus medios de defensa, deba ser conocido solamente por personas autorizadas y mantenido fuera del conocimiento de cualquier otra persona, mientras que en el Anexo de dicho Decreto, apartado II – Enumeración Taxativa prescribe que: ‘Se considera ‘Secreto Militar’: 1. Cuando resulten de importancia fundamental para la preparación y empleo de las Fuerzas Armadas: i) Adquisiciones, fabricaciones, construcciones y lo relativo a sus negociaciones y trámites’”, explicó el Gobierno.
El decreto insta a la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de Defensa a realizar las acciones pertinentes para ejecutar esta medida.
Las negociaciones por la adquisición de los 24 aviones caza F-16 comenzaron en abril de este año, pero en julio anunciaron una inversión de $44.000 millones para modernizar las instalaciones de la VI Brigada Aérea Tandil y el Área Material Río Cuarto, ante la llegada de los 16 aviones monoplazas y 8 aeronaves biplazas importados desde Dinamarca. Estas operaciones fueron incluidas dentro de las condiciones de confidencialidad en septiembre.
“Con estos nuevos aviones estamos dando un paso trascendental en nuestra política de defensa, recuperando la capacidad supersónica de nuestra aviación y logrando el ingreso definitivo de nuestra Fuerza Aérea a los desafíos tecnológicos del Siglo XXI”, aseguró meses atrás el ministro de Defensa, Luis Petri.
El acuerdo incluía, además de los aviones, la entrega de cuatro simuladores de vuelo, ocho motores y se garantizarán los repuestos para las aeronaves durante cinco años. Además, el contrato prevé la capacitación de los pilotos y los mecánicos.
Estas operaciones lograron concretarse gracias a las gestiones de Estados Unidos. Detrás de la compra, hay decisiones de geopolítica. Según reportó Infobae, Washington hizo una gestión extraoficial con el Foreign Office del Reino Unido, que resistía que Argentina incorpore material bélico por la disputa en las Islas Malvinas. El gobierno norteamericano planteó que era mejor permitir la venta de las naves danesas a la Argentina, antes de que China coloque sus aviones F17 para profundizar su influencia en América Latina y en el país.
Los vínculos entre el Ejecutivo y Estados Unidos se estrecharon en el último tiempo en material de defensa. Incluso, tras la compra de estos aviones, el Gobierno norteamericano otorgó un subsidio de 40 millones de dólares a la Argentina para reforzar su seguridad nacional.