La mesa legislativa de los lunes que el Gobierno había accedido a conformar para consensuar la agenda legislativa con los aliados sólo duró dos meses. Desde hace tres semanas dejó de funcionar, en medio de las rispideces con los gobernadores por el Presupuesto y con PRO por las críticas de Mauricio Macri a Javier Milei. Y en la Casa Rosada no tienen apuro por reactivarla. Mientras prolongan la incertidumbre por el llamado a sesiones extraordinarias, cerca del Presidente dicen volverán a hablar con los bloques dialoguistas una vez que haya firmado el decreto que formalice la convocatoria con el aún incierto temario.
En los despachos amarillos del Congreso están desilusionados por el freno de esa mesa de consenso que habían solicitado durante largos meses y se conformó en agosto, también con el MID de Oscar Zago, cuando La Libertad Avanza decidió poner paños fríos en la relación con Macri (y viceversa). En ese momento el oficialismo había quedado cerca del jaque con el veto de Milei a la reforma jubilatoria, y se gestaba la discusión por los fondos para las universidades. Y el PRO, junto a algunos gobernadores peronistas, ayudó a Milei a ganar esas discusiones.
La suspensión de esas charlas coincidió con la ausencia durante varios días de diputados de los bloques cercanos al Gobierno, que viajaron a Estados Unidos durante la primera semana de noviembre para presenciar de cerca las elecciones. Entre ellos, el jefe de la bancada de PRO, Cristian Ritondo, pero también algunos funcionarios, como el vicejefe de Gabinete, José Rolandi y legisladores de LLA, como Santiago Santurio y Agustín Romo. Pero en las semanas subsiguientes, cuando todos estaban de vuelta en Buenos Aires, Santiago Caputo no volvió a convocarlos.
Reacios a dar mayores explicaciones, en Balcarce 50 se limitaron a responder que no lo hizo “por cuestiones de agenda”. Un argumento no convence en la fuerza de Mauricio Macri, donde perciben una marcha atrás de parte del oficialismo en la voluntad de acordar los debates en el Parlamento. Mientras tanto, la mesa chica de los lunes con Patricia Bullrich, enemiga de Ritondo, siguió funcionando, hermética como de costumbre.
Esta brecha en las comunicaciones elevó la tensión entre ambas fuerzas. Al fin y al cabo, la mesa de los lunes era una de las pocas concesiones que habían logrado obtener los amarillos de parte de un oficialismo muy celoso de su independencia y reacio a recibir recomendaciones o consensuar políticas. A su vez, las charlas bilaterales entre Cristian Ritondo y Santiago Caputo están en un impasse desde la semana pasada, cuando se cayó el proyecto de Ficha Limpia. Ya venían espaciadas desde los días previos a la fallida sesión.
A ese distanciamiento, que nunca se oficializó pero ocurrió de hecho, se sumó el fracaso de las negociaciones por el Presupuesto con los gobernadores que, según los libertarios, “se excedieron mal y tarde” con las demandas de cambios impositivos, obras y erogaciones que le extendieron al Ejecutivo. Y ahora, con el período de sesiones terminado desde la semana pasada, el Gobierno no está dispuesto ni a reabrir las conversaciones sobre el plan de gastos para 2025, ni a tantear voluntades para otros proyectos que se barajan para un eventual llamado a Extraordinarias.
“Estamos evaluando los proyectos nosotros por la nuestra”, dijo esta tarde, insistentemente, un importante asesor del jefe de Estado. Y aseguró que la decisión del Presidente es “inferir a priori” las voluntades de los otros espacios, y a partir de ello oficializar la reapertura del Congreso. Recién con las Extraordinarias en marcha retomarían los diálogos con las provincias y el resto de las bancadas.
Los proyectos de ley que podrían entrar son los mismos que se mencionaban hasta la semana pasada: la reforma política-electoral; la privatización de Aerolíneas Argentinas; el juicio por jurados; la reiterancia; los pliegos para las 150 vacantes en los juzgados de todo el país y los de la Corte Suprema, Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. Mientras que la versión de Ficha limpia está muy verde. Y si bien el abogado que convocó Milei para pulir el proyecto histórico de PRO, Alejandro Fargosi, dijo que su intención es que ingrese en el debate legislativo inmediato, en Gobierno lo ven poco probable. “Dependerá de que tengamos o no el texto listo”, dijeron, poco optimistas.
Por ahora, en la Casa de Gobierno se rehúsan a establecer una fecha para llamar a Extraordinarias, y mucho menos para retomar el contacto con los otros bloques. “Va a ocurrir naturalmente, cuando sea el momento”, dijeron, sin apuro y con tono despreocupado. Milei no tiene una fecha límite para llamar a Extraordinarias, y puede tomarse su tiempo, aunque del otro lado la impaciencia aumenta.
Mientras tanto, hoy está por decidirse el destino de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados, y en el entorno del Presidente no ponen las manos en el fuego por su continuidad. “Hay que juntar las voluntades, siempre puede pasar algo”, dijo un colaborador del primer mandatario. Pero consideró que considerarían como “un golpe institucional” de parte de los otros partidos el nombramiento de otro diputado en esa silla, y no están dispuestos a negociar por otros temas para sostenerlo. “Siempre le perteneció al oficialismo, el Congreso debe respetar esa tradición”, dijo. En el PRO, a pesar de los destratos que sienten de parte de los libertarios, adelantaron que tienen planeado acompañar al riojano. De hecho, anoche Ritondo asistió a una reunión convocada por el líder de la Cámara baja para consensuar voluntades. “Siempre respetamos la institucionalidad y así lo haremos. Además, a diferencia de otros, no somos rencorosos”, dijeron en el bloque macrista, donde se debaten entre adoptar una posición más dura o plegarse a formar parte del oficialismo sin más.