El renovado impulso a una reforma migratoria amplia —que replicaría el polémico y poco sólido texto incluido en el primer intento de Ley Bases— acaba de sumar otro ítem a las especulaciones sobre la convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso. Las versiones vienen creciendo en intensidad luego del fracaso de la última sesión de Diputados, que dejó como deuda el tratamiento del proyecto de Ficha Limpia y agudizó la tensión del oficialismo con su principal socio, el PRO, y con los espacios dialoguistas, junto al arrastre de la pulseada por el Presupuesto 2025. Ese contexto es gravitante, no sólo en el terreno legislativo.
Frente a ese cuadro, entonces, la tanda de versiones sobre proyectos que impulsaría Javier Milei expone interrogantes sobre las alianzas que necesitaría tejer para consagrarlos y muestra al oficialismo más jugado a la batalla por el discurso que a la sanción de las leyes que promueve. El dato implícito es que el círculo de Olivos habría registrado el impacto de la frustrada sesión para avanzar con el referido proyecto anticorrupción y, sobre todo, el efecto de la áspera polémica posterior sobre ausencias en el bloque de LLA y otras fuerzas.
Postales de la realidad, la caída de la sesión de Diputados para tratar el proyecto de Ficha Limpia -que lleva ocho años entre idas y vueltas- coincidió el jueves pasado con una llamativa pero no original información judicial. Casi en simultáneo, la Cámara de Casación confirmaba la sentencia por el “caso Antonini Wilson”. El episodio de la valija con 800 mil dólares tuvo enorme repercusión en su época y ya cumplió 17 años. Todo transcurre lento en el terreno de la política y también de la Justicia cuando se trata de corrupción, sin considerar además sus consecuencias sociales y económicas. Es más que el ruido que dejó el cierre de sesiones ordinarias en el Congreso.
No fue un dato en el vacío. El clima venía marcado por la reducción del tema a la situación de Cristina Fernández de Kirchner, ratificada su condena por Casación en la causa Vialidad. Esa simplificación fue alimentada por el kirchnerismo -con la hipocresía de la “proscripción” de la ex presidente- y por algunos promotores de la iniciativa, también con agrietado sentido de disputa.
Parecía hasta esa sesión, y a pesar de recelos y versiones ácidas en los días previos, que la escena iba a mostrar de un lado al PRO, LLA y bloques dialoguistas, y en la otra vereda, al peronismo/kirchnerismo. Pero lo que siguió fue un intercambio cargado de acusaciones. Al oficialismo lo acusaron de haber cerrado un acuerdo de conveniencia con CFK, en base a cálculo electoral y cuestiones prácticas de poder en la Cámara baja. Y desde esa vereda, cargaron contra aliados y socios por sonoros acuerdos con UxP en este año legislativo. Lo que se discutía, en términos publicitarios, es quién se quedaba con la bandera práctica de la “anti casta”, al menos en este debate. Un desafío en especial para Olivos.
El punto es que, consecuencia de ese cruce y de tensiones previas, el Gobierno profundizó la línea de mostrarse a la ofensiva y si es necesario en soledad, con el combustible de datos diferentes, desde el efecto Trump y los mercados a la contención de la inflación y encuestas alentadoras para Milei. El desafío está planteado por el juego cruzado que suponen los proyectos que circulan aún sin lista formal para extraordinarias.
Vuelta a la Ficha Limpia. El mensaje directo al PRO, apenas fracasada la segunda sesión para tratar el tema, fue que el Gobierno tomaría como propia la iniciativa, “mejoraría” el texto de Silvia Lospennato y lo haría avanzar. Ese fue el movimiento para tratar de evitar daño al discurso. El PRO y otros sectores reclaman que sea anotado ahora en la lista para extraordinarias. El kirchnerismo espera que todo quede en la banquina. Los tiempos y las alianzas dirán qué queda a la vista y cómo termina esta partida.
La posición del Gobierno, según difunden sus voceros, es de rechazo a ese y otros reclamos del PRO, la UCR, Encuentro Federal y otros espacios. En ese archipiélago político, hay puntos de coincidencia sobre el listado para extender las sesiones del Congreso, y también disidencias y disputas por espacios en la estructura de Diputados.
En paralelo, y en lo que se difunde como una señal de fuerza, el oficialismo insiste con un temario ajeno a tales demandas y confeccionado según su exclusiva voluntad. El fin de las PASO y un ajuste sobre el financiamiento de los partidos figuran en el primer renglón. Si el objetivo es avanzar seriamente, debería motorizar una alianza de hecho con UxP y algún otro sector, porque buena parte de lo que fue JxC se opone a derogar las primarias y, en todo caso, plantea reformar el sistema.
En el inicio de la semana, y luego de que fuera difundida la amenaza de un grupo narco contra el gobierno nacional y la gestión santafesina, también se dejó trascender la posibilidad de impulsar la “ley antimafias”. Ese proyecto fue aprobado en Diputados y sigue a la espera en el Senado. En ese caso, los apoyos y rechazos son un ejemplo al revés de los alineamientos que necesitaría el Gobierno para dar de baja a las PASO. Y no se trata de una suposición, sino de un hecho. En la Cámara baja, fueron 137 votos a favor y 92 negativos, Básicamente, el oficialismo y aliados, de un lado, y el kirchnerismo, del otro.
Los movimientos que expone Olivos combinan argumentos sobre lo que consideran sintonía propia con demandas de la sociedad y voluntad para manejar la agenda pública. Asoma un añadido: contrarrestar el efecto que habría generado todo el episodio de la Ficha Limpia sobre el discurso “anti casta”. El punto central es cómo serían articulados los anuncios con la construcción de acuerdos legislativos. Se verá cuando haya convocatoria presidencial con fecha y temario.