Javier Milei no retirará a Argentina del Mercosur, pero impulsa una jugada geopolítica que llevará al extremo la tensión diplomática con Luiz Inacio “Lula” Da Silva, presidente de Brasil. Ambos volverán a verse cara a cara el viernes, en la Cumbre de Líderes del bloque regional que se hará en Montevideo. El Presidente libertario asumirá la Presidencia Pro Tempore de manos del anfitrión, Luis Lacalle Pou, y aprovechará su participación en la reunión para cuestionar el funcionamiento de la unión aduanera y proponer una reforma y flexibilización para dinamizar las negociaciones bilaterales con países y otras alianzas internacionales.
Es una iniciativa que desafía la influencia de Lula en el Mercosur. Milei piensa junto a Gerardo Werthein, ministro de Relaciones Exteriores, en un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Se apoya en su sintonía personal con Donald Trump, presidente electo. La relación con América Latina no es una prioridad en la agenda en el exterior del republicano, pero hará gestos para impulsar a aliados regionales con la idea de frenar el avance de China en el “sur global”.
Marco Rubio, futuro secretario de Estado Trump, que tiene estirpe cuba y habla español con perfecto acento latino, buscará profundizar la relación con países aliados a la gestión republicana, como Argentina, República Dominicana, Paraguay y El Salvador.
Milei conoce que el dueño de Mar-a-Lago ejecutará políticas proteccionistas del mercado interno norteamericano y exhumará la guerra comercial contra Beijing con suba de aranceles para productos importados. Pero apela a vínculo personal y la sintonía con Rubio para emerger como aliado estratégico de DC en la región y desafiar el peso de Lula, representante de los BRICS y socio geopolítico de Xi Jinping.
Por eso, la propuesta de Milei para flexibilizar el Mercosur chocará con Lula. En Brasilia deslizaron a Infobae que ese esquema es “contradictorio” con el concepto de unión aduanera que supone el bloque sudamericano.
Por estas horas, el canciller Werthein pule los detalles de la propuesta de flexibilización del Mercosur que presentará Milei este viernes en Montevideo. La idea central es habilitar los acuerdos bilaterales con otros países sin consenso de los Estados miembros. De fondo subyace la idea de un TLC con Estados Unidos.
Según pudo conocer Infobae, el boceto sobre el que trabaja la Cancillería promoverá eliminar regulaciones y barreras proteccionistas frente a las importaciones, estimular las exportaciones, mejorar los flujos comerciales intrazona, generar una plataforma más dinámica para el esquema de integración regional y realizar una reforma de la estructura institucional que agilice la forma de negociación con el resto de los países y bloques.
Mientras tanto, el Planalto se volvió un ferviente impulsor del Acuerdo con la Unión Europea y pretende anunciar este viernes el cierre de las negociaciones. Lula aplica gestiones para que en Montevideo haya presencia de representantes de la sociedad internacional del Viejo Continente. Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y defensora del acuerdo con el Mercosur, sigue de cerca las negociaciones y no desconoce las tensiones entre Buenos Aires y Brasilia.
Milei no piensa boicotear el Acuerdo con la Unión Europea, pero su propuesta de flexibilización del Mercosur puede generar una especie de parálisis del bloque. Lula no permitirá que el libertario se lleve el protagonismo en Montevideo y ejecuta su muñeca diplomática y su peso político para persuadir al resto de los Estados miembros para que disuadan la ponencia del Jefe de Estado argentino.
El Presidente buscará el aval de Santiago Peña, con quien tiene buena relación y cercanía, para motorizar su propuesta. De todos modos, si bien disparará contra el funcionamiento, ratificará que Argentina no va a salir del bloque. Luis Caputo, ministro de Economía, se encargó de aclarar la posición de la Casa Rosada sobre ese asunto. Lo hizo esta tarde en declaraciones a la prensa en una misión comercial a San Pablo.
“No pensamos salir del Mercosur. Vamos a plantear que el bloque tiene que tener más flexibilidad para permitirnos hacer acuerdos bilaterales”, aclaró Caputo y detalló: “La razón es como muestra el Acuerdo del Mercosur y la UE es que estos acuerdos llevan mucho tiempo. Argentina necesita abrirse al mundo y hacerlo más rápidamente. No son incompatible. Seguimos apoyando el Mercosur, el acuerdo con la Unión Europea y, al mismo tiempo, flexibilizar las restricciones del Mercosur para que cada miembro pueda hacer acuerdos con otros países”.
Lo particular de la presencia de Caputo a Brasil es que junto a él viajó Karina Milei. La secretaria General de la Presidencia, que tiene a su cargo la Marca País y asume gestiones de política exterior, encabezó la delegación que participó en reunión con la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP), la mayor asociación comercial de la industria brasileña.
El periplo de la hermana del Presidente dejó una foto sugestiva: con Tarcísio de Freitas, gobernador de San Pablo, un militar y dirigente íntimamente ligado a Jair Bolsonaro. Se trata de un opositor acérrimo a Lula. A esa postal se suma la visita a Argentina esta semana de Eduardo Bolsonaro y el ex presidente de Brasil, en el marco de la Cumbre de Acción Conservadora (CPAC) que se hará en Buenos Aires hoy y mañana. Son escenas que afianzan la distancia entre la Casa Rosada y el Planalto.
Las negociaciones con la Unión Europea
La semana pasada terminó una nueva ronda presencial de negociaciones. Se llevaron a cabo en Itamaraty, sede de la Cancillería brasilera, en Brasilia. Hubo un representante por cada país del Mercosur y Rupert Schlegelmilch, jefe negociador de la Unión Europea. Según supo Infobae, hubo avances, se acercaron posiciones sobre cinco puntos y quedaron dos aspectos pendientes, sin consenso. Se espera que los líderes del bloque sudamericano definan los detalles finales este viernes en Montevideo para, de haber unanimidad, anunciar la firma del tratado.
El acuerdo busca abrir mercados, reducir aranceles y barreras comerciales, dinamizar las exportaciones entre ambas regiones y profundizar el intercambio comercial. Crearía una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo, con cerca de 800 millones de habitantes y alrededor del 20% del PIB global. Además, el tratado con la Unión Europea consolidaría la postergada integración del Mercosur.