La Auditoría General de la Nación (AGN), organismo clave que escanea la utilización de los recursos públicos, quedaría en una situación delicada el año próximo si el dinamitado Congreso no consigue un consenso mínimo para designar a los representantes de Diputados y el Senado. Es decir, un futuro en soledad del presidente del organismo, el kirchnerista Juan Manuel Olmos.
El complejo escenario fue alertado días atrás por el diputado de Encuentro Federal y titular de la comisión bicameral Mixta Revisora de Cuentas, Miguel Pichetto. Este cuerpo legislativo es el enlace entre el Congreso y la AGN que, por caso, incluyó para el programa del año que viene una auditoría con resultados para julio-agosto próximo sobre un puñado de facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), tras meses de disputas entre una parte importante del ámbito estudiantil y la Casa Rosada.
“Seguramente, en marzo o abril las dos cámaras tendrán que tratar la cumplimentación de la representación, tanto de la Cámara de Diputados como de la Cámara de Senadores. Y creo que entre marzo y abril vence el mandato de los auditores por el Senado. Por lo tanto, es previsible que ambas cámaras los designen de manera conjunta. Así que vamos a tener una integración del pleno de la Auditoría, en el marco de la ley y como corresponde, con siete miembros, seis y el presidente de la Auditoría”, señaló Pichetto con buenas intenciones.
La AGN fue creada en 1992, a través de la sanción de la ley 24.156 de Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional. En 1994, la reforma de la Carta Magna le otorgó rango constitucional al incluirla en el artículo 85, que la define como un organismo de asistencia técnica del Congreso, con autonomía funcional.
En el mismo artículo se indica que el titular del organismo será designado a propuesta del partido político de oposición con mayor número de legisladores en el Congreso y, en lo relativo a la organización del resto de los aspectos, establece una manda para que el Congreso dicte una nueva ley. Hasta la actualidad, esto nunca fue consumado.
De esta manera, hoy conviven ambas normas. Para la elección del presidente de la AGN, lo marca el 85 de la Constitución. Para los otros seis auditores, la ley 24.156, que habla de tres por cada Cámara, dos por mayoría -o primera minoría- y uno por la minoría siguiente, en orden de importancia. Son cargos que duran ocho años y todos deben ser de nacionalidad argentina, con título universitario en el área de Ciencias Económicas o Derecho, y probada especialización en administración financiera y control.
Con el pésimo antecedente de este año en Diputados, que no pudo ponerse de acuerdo entre los bloques para designar a sus tres representantes, el más que minoritario oficialismo senatorial tendrá que buscar la manera de finalizar el próximo período estival con algún entendimiento con todo el sector dialoguista y evitar aumentar el papelón que regala la Cámara baja sobre este tema. Según cuentas que manejan personas con experiencia en el Congreso, la definición en la Cámara alta tendría que quedar con una butaca para el kirchnerismo, otra para el radicalismo y, la tercera, para el Pro. El macrismo tiene siete legisladores; La Libertad Avanza, seis; y Provincias Unidas -usual aliado del Gobierno-, cinco. Todo cercano para no tentarse con jugadas sorpresivas y picardías de último momento.
Guiños a Petovello y Bullrich
Durante la reunión de la mixta revisora, los dialoguistas salvaron al oficialismo y frenaron la incorporación, en el plan 2025 de la AGN, sobre compras del Ministerio de Seguridad, que comanda Patricia Bullrich. Al ser observado por el cristinista y vice de la bicameral, Mariano Recalde, Pichetto respondió: “Como ese tema no está planteado en la Auditoría y únicamente aborda el 2024, en lo personal, y también en una visión que creo que es mayoritaria, así como eliminamos también el 2024 de Capital Humano -Sandra Pettovello- para darle tiempo a la gestión y el año que viene pueda llevarse adelante el plan para el año 2026, me parece que este tema no debería estar. Por eso también lo hemos suprimido, a pedido de muchos integrantes que me hicieron llegar por nota este requerimiento”.
Tras un ida y vuelta sin escándalo, el legislador rionegrino logró que se acompañara el plan bajo esos términos, pero con el pedido de Seguridad “en un compás de espera” hasta marzo para volver a evaluarlo.