El 9 de julio de este año, el general de brigada Jorge Fabián Berredo se dirigió al despacho del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el brigadier general Xavier Isaac, y le entregó una nota en la que denunció amenazas en su contra por parte de otro militar, que le exigía su renuncia.
En el escrito, el uniformado aseguró que el 4 de ese mismo mes, en el Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa, el subjefe del Ejército, Carlos Carugno, le pidió al coronel mayor López Stanic que le transmitiera a él que debía dejar el cargo o, de lo contrario, le iban a “sacar el pase del Hospital Militar Central” a su pareja, también integrante de la institución armada.
Tan solo tres días más tarde, Isaac elevó el caso al ministro Luis Petri, quien continuó con el protocolo interno y dio aviso de los presuntos hechos de amenaza a la máxima autoridad del organismo involucrado, el general de división Carlos Alberto Presti.
Fue así como el 29 de julio comenzó una exhaustiva investigación que incluyó la toma de declaraciones de todos los involucrados y de testigos cercanos a ellos, quienes dieron sus versiones de lo ocurrido.
Hasta ese momento, Berredo continuaba siendo el Comandante Operacional del Estado Mayor Conjunto, uno de los cinco militares con más poder del país y que solamente pueden ser designados y removidos por decreto presidencial.
Al iniciar las actuaciones disciplinarias, el director general de asuntos jurídicos del Ejército, Walter Faneco, señaló que “no se advierte que la supuesta expresión” atribuida a Carugno, a través de Stanic “aún de resultar cierta, resulte una amenaza de carácter idónea y por ende intimidatoria”.
En este sentido, se remarcó que el subjefe de esta fuerza “carece de competencia para tomar la medida a la que se hace referencia en la denuncia”, ya que “no puede disponer de los cambios de destino de los oficiales”.
Es decir, más allá de si efectivamente existió o no la conversación entre Carugno y Stanic, las autoridades militares determinaron que ninguno de los dos tenía capacidad para trasladar a la esposa de Berredo a otro puesto.
“En definitiva, esta instancia de asesoramiento jurídico considera que la denuncia analizada refiere un hecho sin la entidad suficiente como para incitar la promoción de los procedimientos disciplinarios”, señaló el documento, al que pudo acceder Infobae.
No obstante, Presti decidió iniciar una actuación administrativa, “a los fines de ponderar a los hechos mencionados en la presentación” e inmediatamente comenzaron las actuaciones, en primer lugar, con la declaración del presunto damnificado, quien ratificó sus acusaciones.
Posteriormente, se escuchó a Carugno, quien reconoció haberse reunido con Stanic en el Edificio Libertador, justo en el mismo momento en el que Berredo conversaba unas oficinas más adelante con el director del Hospital Militar Central, por el posible destino de su pareja.
“Cuando me comenta eso, me molesto mucho porque entendí que se estaba vulnerando la cadena de comando, intentando influir en el futuro profesional de la señora, que al ser una oficial superior del Ejército Argentino, tiene su propia cadena de mando para presentar problemas personales y/o profesionales y no utilizar el grado y destino que ostenta su esposo”, explicó.
Además, reveló que ya le había enviado varios mensajes a Berredo para que respetara la autoridad del Ejército, por lo que en ese instante le dijo a Stanic ”yo considero que debiera pensar en solicitar el retiro por no haber ascendido, antes de autogestionar el pase de la señora”, lo que remarcó que “solamente fue un comentario”.
La investigación terminó el 2 de septiembre último, cuando se determinó que no existió ninguna falta grave por parte de los acusados, por lo que el jefe del Ejército decretó “dar por finalizada la presente Actuación Administrativa” y “disponer el archivo” de la causa.
Al respecto, Presti señaló que no se detectaron “conductas con entidad suficiente para ser susceptibles de reproche disciplinario o que ameriten la sustanciación de alguna actuación disciplinaria”.
Antecedentes y malestar en el Gobierno y en las Fuerzas Armadas
En paralelo, quien hasta entonces seguía siendo el Comandante Operacional de las Fuerzas Armadas, había sido apartado por la vicepresidenta Victoria Villarruel del listado de militares que el Poder Ejecutivo Nacional envió a principio de año para que el Senado apruebe sus ascensos.
De acuerdo con lo que precisaron a este medio fuentes cercanas al caso, el malestar con el uniformado ya venía desde el inicio de la gestión libertaria, debido a algunas actitudes que había tenido tanto con sus subordinados como con importantes funcionarios del Gabinete.
Quienes suelen participar de los actos oficiales aseguran que Berredo no solía ser invitado a los viajes que realizaba Petri, como el que se realizó en enero, cuando el ministro supervisó en Mar del Plata la partida de un buque destinado a patrullar la milla 200.
Además, algunas de las personas que lo rodeaban indicaron que el general solía cuestionar en voz alta tanto al titular de la cartera de Defensa como a Presti, e insinúan que “tenía intenciones de que lo nombraran jefe del Ejército, cosa que jamás ocurrió”.
El 9 de julio último, el mismo día en el que le presentó a Isaac la denuncia, estuvo al frente del desfile militar en conmemoración por el Día de la Independencia argentina, lo cual terminó de despertar el malestar en los altos mandos de las Fuerzas Armadas, que le advirtieron a la Casa Rosada sobre el vínculo personal que tendría con Juan Martín Paleo, ex jefe del Estado Mayor Conjunto.
Lo que determinó su salida, sin embargo, fue la postura de Barredo en contra del nuevo rol que tendrían las FFAA en la lucha contra organismos terroristas y otras formas de amenazas, que las autoridades nacionales impulsan en la nueva ley de Defensa.
“No está preparado para lo que se viene”, resumieron varios funcionarios del Ministerio que encabeza Petri, a quien el propio militar le transmitió su descontento con las medidas con que la gestión libertaria piensa avanzar en el corto tiempo.
Así las cosas, luego de una larga polémica, el Comandante Operacional le presentó al presidente Milei su renuncia indeclinable y luego inició una denuncia ante la Justicia Federal, por los mismos hechos que ya fueron investigados de manera interna. Este viernes, el Ejército anunció su retiro voluntario.
La investigación militar completa: