“La obligación moral de resistir”, es la frase que el militante venezolano Pedro Urruchurtu Noselli, opositor a Nicolás Maduro, dejó fijada en su cuenta de X el 8 de septiembre. Define su situación y la de millones de compatriotas de su país que resisten en Venezuela con el régimen chavista. Urruchurtu publicó eso desde la Embajada de Argentina en Caracas, donde está asilado desde marzo junto a cinco dirigentes del comando de campaña de María Corina Machado, líder de la oposición al chavismo. Esta semana, esa resistencia sumó nuevos capítulos. El Gobierno bolivariano volvió a ejecutar un asedio a la sede de la residencia argentina para hostigar a los asilados.
Esta mañana, Urruchurtu notificó en su X otro episodio de hostigamiento. Lo hace a diario desde hace una semana, casi en forma de crónica, para dejar registro del accionar de Maduro. “27 de noviembre, 8AM: Ya son +85 horas de asedio continuo a la residencia de la Embajada Argentina en Caracas, protegida por Brasil, con presencia de funcionarios del régimen a las afueras. También son +36 horas sin servicio eléctrico desde que se llevaron los fusibles”, narró esta mañana el dirigente venezolano.
Por estas horas, el equipo del comando de campaña de Machado está sin suministro eléctrico. El Gobierno ordenó cortar el servicio y, además, retiraron los fusibles. “Hay mucha preocupación porque sabemos como es el régimen que no respeta DDHH ni convenciones internacionales. Cortaron el servicio eléctrico desde hace más de 36 horas, pero además le sacaron los fusiles eléctricos, es decir, los están hostigando, quieren causarles terror”, detalló a Infobae Adriana Márquez, la referente de Corina Machado en Argentina, que está en contacto permanente con su comando partidario de Caracas. “Ellos están pendientes y hay preocupación por el riesgo en el que están”, agregó la dirigente venezolana.
En este marco, el Gobierno de Javier Milei aplica gestiones diplomáticas para lograr los salvoconductos que posibiliten la salida de los asilados bajo resguardo. El chavismo niega sistemáticamente esa posibilidad desde marzo. Gerardo Werthein, canciller, está al tanto del tema y se mueve con cautela diplomática para evitar sobresaltos que puedan exasperar aún más la tensión. Analiza la situación en Caracas junto a Eduardo Bustamante, vicecanciller, Ricardo Lachterman, jefe de Gabinete. En tanto que también aporta su mirada, de forma reservada, Andrés Mangiarotti, quien fue encargado de Negocios en Venezuela hasta que el chavismo exigió que la delegación argentina se retire.
El chavismo presionó al Planalto en reiteradas oportunidades para que sus representantes abandonen la sede diplomática que tienen bajo custodia. El operativo no dio resultado. Pese la tensión entre Lula y Milei, Brasil sostiene de momento el cuidado de la Embajada argentina en Caracas.
Pero hay algo más grave aún. Venezuela no sólo expulsó a los diplomáticos argentinos de Caracas en agosto, sino que también impidió que los seis asilados en la embajada se retiren junto a la delegación nacional. La Cancillería insiste al chavismo que otorgue un salvoconducto para que los militantes de Machado, que es algo amparado en el Derecho internacional. Maduro rechaza esa posibilidad.
Lula, otrora aliado acérrimo de Maduro, se distanció del régimen en las últimas semanas. Sin embargo, la comunidad internacional presiona al líder del PT para que adopte una postura de condena contra el dictador bolivariano. Brasil es el hegemón regional y su postura puede quebrar la voluntad de Caracas.
El 11 de septiembre, el embajador brasilero en Buenos Aires, Julio Bitelli, había recibido en un gesto de pragmatismo al comando de campaña de Corina Machado. Fueron Adriana Márquez y Richard Blanco, diputado venezolano. Le entregaron una carta en la que le exigieron al presidente Lula que interceda ante Maduro para garantizar el salvoconducto de los seis dirigentes asilados en la Embajada argentina en Caracas, y para condenar las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. Desde entonces, esa respuesta por parte del régimen bolivariano no llegó.
No sólo eso, sino que el asedio se profundizó.
El fin de semana estuvo marcado por el hostigamiento contra la embajada argentina, que desde agosto quedó bajo resguardo de Brasil. El domingo por la noche, un grupo de patrullas de seguridad bolivarianas rodearon la residencia de la sede diplomática de Argentina en el coqueto barrio Las Mercedes de Caracas. Urruchurtu informó de la situación al instante. Junto a él están también un grupo de militantes íntimos de la líder opositora, al punto de que está su jefa de campaña, Magalí Meda. Los otros cuatro militantes de Vlz son Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González y Fernando Martínez.