Esta semana será la última del período de sesiones ordinarias del Congreso nacional. Hay una lista de proyectos relevantes para el Gobierno y la oposición que podrían tratarse, pero no hay ninguna certeza. La madre de todas las batallas es el Presupuesto 2025, que funciona como eje de todas las negociaciones sobre la mesa entre la Casa Rosada, las provincias y todo el sistema político. El resto se sabe, son escaramuzas que pueden esperar. El que produjo mayor ruido fue el articulado que impulsa Javier Milei para eliminar las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Sobre esta escenografía es que se teje un acuerdo político entre el PRO y La Libertad Avanza para 2025, envuelto en un mar de incertidumbres y tensiones.
Es algo inevitable para el PRO y natural para el Gobierno. Mauricio Macri sigue afuera del país, en un periplo que empezó en México y finalizará con estadías en Europa y Asia (países árabes de Medio Oriente). Pero está en contacto constante con su entorno político y con el Gobierno. Sigue el pulso del Congreso a través de Cristian Ritondo, jefe de la bancada del PRO, monitorea la Fundación Pensar con María Eugenia Vidal, y pivotea con gobernadores para conocer las negociaciones presupuestarias con Balcarce 50. Es hábil y tiempista. Pero conoce que el reloj empieza a acelerar. Siente que en La Libertad Avanza no reconocieron del todo su respaldo político y se fastidia por la falta de claridad para concretar un acuerdo político en clave electoral hacia 2025.
El PRO continúa, igualmente, con la escisión entre macristas y el ala de Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad instruye a su tropa para actuar como oficialismo y se mueve para concretar una fusión. Pretende que los dirigentes que la acompañan sean candidatos “del Gobierno”. En el sector de Macri, en cambio, pregonan que el partido conserve la “identidad” y constituya una alianza con Milei en la que se definan los términos y condiciones para discutir los espacios de poder en las listas de 2025.
Milei no exhibe apuro alguno sobre concretar un acuerdo electoral con el PRO en lo inmediato. Conoce que el tiempo produce urgencia en el macrismo. En cambio, el círculo del ex presidente entiende que cuanto más cerca del cierre de listas se dé la negociación, “más caro le saldrá el acuerdo al Gobierno”. Los estrategas políticos libertarios evalúan que el macrismo “sobre estima” el peso de su sello y rechazan una discusión entre Milei y Macri a la par: el Presidente es Milei y él va a decidir quiénes integran las listas de candidatos.
Mientras tanto, como anticipó Infobae, el PRO prepara un acto en la Ciudad con Macri y Vidal para cerrar el año con clima electoral. Será el 13 de diciembre en la Ciudad de Buenos Aires para finalizar el 2025 con clima electoral, intentar revalidar la identidad amarilla, y ratificar el respaldo al Gobierno, pero exhibir músculo político propio. Habrá gobernadores, intendentes, referentes históricos del partido. El ex presidente será el orador central.
Estas conversaciones se dan en plena discusión de las provincias con la Casa Rosada por el Presupuesto 2025. Macri se unió en esta asonada al reclamo de los gobernadores “dialoguistas”. Especialmente a Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Nacho Torres (Chubut) y Jorge Macri (CABA) que son los del PRO. A ellos se suman dos mandatarios de partidos provinciales y los cinco radicales. Se juntaron para exigir a Milei cinco puntos para sus distritos como parte de la negociación de la ley de leyes, para dar apoyo al proyecto del oficialismo, basado en sostener la meta de déficit fiscal cero.
Los mandatarios consensuaron un ítem de cinco puntos, que son los que también respalda Macri.
1) Financiamiento del déficit de las Cajas Provinciales no transferidas de acuerdo con los Pactos Fiscales
2) Financiamiento de la Compensación del Pacto Fiscal de 2017
3) Coparticipar un resto del Impuesto a los Combustibles
4) Reducción del aporte de la coparticipación a la AFIP de la mano de la transformación del Organismo recaudador (porque evalúan que el ARCA tiene una estructura más acotada)
5) Coparticipación de los ATN no distribuidos.
En el macrismo le suman a eso la exigencia para que Milei elimine el IVA a los medios de comunicación.
Por estas horas, los gobernadores ven lejano que el Gobierno haga lugar a todos esos reclamos. A cinco días de que terminen las sesiones ordinarias, no tienen una respuesta concreta del Poder Ejecutivo y no conocen a ciencia cierta si Milei prorrogará el calendario ordinario del Congreso o, bien, si convocará a extraordinarias en diciembre para debatir un temario cerrado que pueda incluir el Presupuesto.
El Gobierno no descarta ningún escenario. Los gobernadores dialoguistas habían pedido para hoy una reunión con Guillermo Francos, jefe de Gabinete, y con Luis Caputo, ministro de Economía. Macri apoya esa iniciativa para lograr un acuerdo. Ni los mandatarios ni los funcionarios terminaron de confirmar el cónclave. No se descarta, igual, que pueda tener lugar hoy. Hay reserva y cautela. Las negociaciones no frenaron en todo el fin de semana.
El Gobierno busca quebrar la concertación de los “dialoguistas” y avanzar en un diálogo radial, uno a uno, que facilite una negociación bilateral. Ante la debilidad parlamentaria de Milei, ese escenario es el más favorable: evita una presión conjunta que pueda desgajar el Presupuesto tal como lo diseño el Presidente y su equipo económico.
De fracasar esas conversaciones, la oposición amenaza en el Congreso con insistir para voltear el martes el Decreto de Necesidad y Urgencia 846 que flexibilizó los requisitos para que Milei emita canje de deuda en pesos. Es una normativa vital para el Gobierno. En Balcarce 50 buscarán algún tipo de acuerdo con las provincias por el Presupuesto para bloquear esa sesión por el DNU sobre toma de deuda.
A la par flota la idea de eliminar las PASO, que aún no tiene ni dictamen ni consenso, pero pone en una posición incómoda a la oposición “dialoguista”. De hecho, el PRO no está dispuesto a apoyar hoy esa iniciativa. Hay visiones encontradas y ven casi entrado el año electoral.
De cara a 2025, el partido de Mauricio Macri pone en juego 22 bancas de la Cámara de Diputados en las elecciones legislativas. Tres en la Ciudad de Buenos Aires: María Eugenia Vidal, Fernando Iglesias, Sabrina Ajmechet; siete en la provincia de Buenos Aires: Diego Santilli, Hernán Lombardi, Alejandro Finocchiaro, Gabriela Besana, Gerardo Milman, María Florencia De Sensi, María Sotolano (Buenos Aires): dos en Córdoba: Héctor Baldassi, Laura Rodríguez Machado; tres en Santa Fe: Gabriel Felipe Chumpitaz, Figueroa Casas, Germana, Luciano Laspina; mientras que quedarán vacantes escaños de legisladores de siete provincias más: Karina Ethel Bachey (San Luis), Nancy Ballejos (Entre Ríos), Sofía Brambilla (Corrientes), Martín Maquieyra (La Pampa), Marilú Quiroz (Chaco), Ana Clara Romero (Chubut), y Aníbal Tortoriello (Río Negro).
La posibilidad de lograr esa cantidad de diputados en las próximas elecciones es difícil para el macrismo. Dependerá del futuro en la relación entre Macri y Milei, de la estrategia política que defina el Gobierno, del rumbo de la economía y de si, finalmente, se eliminan la PASO o no. Una serie de variables que el PRO no puede controlar.