Lo que al principio era una medida que ni siquiera estaba en carpeta y que no se pensaba analizar, poco a poco fue tomando impulso en las altas esferas del Gobierno y ya hay incluso algunos funcionarios que reconocen que puede ser una alternativa: la de nombrar por decreto a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla en la Corte Suprema de Justicia.
A pesar de los intentos del oficialismo y de las constantes negociaciones por parte de varios integrantes del Gabinete con la oposición para tratar de lograr el apoyo necesario, todavía los pliegos de ambos jueces no tienen las firmas suficientes para conseguir dictamen. En medio de importantes debates en el recinto, como el Presupuesto para el año próximo y la eliminación de las PASO, y ante la inminente finalización de las sesiones ordinarias en el Congreso, las autoridades nacionales están estudiando todas las alternativas posibles.
Si bien en un principio trascendió que el presidente Javier Milei iba a convocar a extraordinarias, esto todavía no está definido, como así tampoco el temario que se incluirá en caso de que decida avanzar en ese sentido.
Hasta el momento, al oficialismo le falta una firma para que pueda pasar a votación la propuesta de Lijo -luego de sumar el apoyo de la senadora por Catamarca, Lucía Corpacci, de las filas del kirchnerismo- y entre tres y cinco, para el caso de García Mansilla.
Hace algunas semanas, en el Ministerio de Justicia, que encabeza Mariano Cúneo Libarona, se descartaba totalmente designarlos a través de un Decreto, como hizo Mauricio Macri en diciembre del 2015 con Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
“El contexto es totalmente diferente, porque esa vez Macri no había mandado los pliegos al Senado, recién había asumido la Presidencia y el Congreso estaba en receso. Nosotros ya pusimos los nombres a consideración, así que esperamos que los senadores cumplan con su trabajo y se vote normalmente”, decían fuentes que visitan asiduamente la Casa Rosada.
Sin embargo, ya a principios de noviembre la postura cambió y, aunque mantenían la postura de que se trate en la Cámara alta, varios funcionarios ya remarcaban que el DNU es una herramienta válida que, no obstante, “no se estaba evaluando seriamente”.
A cinco días de que termine el periodo legislativo, parece difícil para La Libertad Avanza sumar las voluntades que les falta y convocar a tiempo la reunión para que el Senado sancione los pliegos de los dos jueces propuestos por Milei.
El Gobierno quiere evitar que la Corte se quede con solamente tres integrantes, algo que ocurriría en los próximos meses, cuando se jubile Juan Carlos Maqueda y en el tribunal solamente permanezcan Rosatti, Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, que podría complicar el funcionamiento del máximo tribunal. El magistrado cordobés cumple los 75 años el próximo 29 de diciembre.
”Son todas las alternativas que tenemos en análisis, pero todavía no tomamos una decisión al respecto”, remarcó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, cuando durante una entrevista en Radio Mitre le consultaron sobre la posibilidad de que Milei firme el DNU para completar los puestos vacantes en la Corte.
“La propuesta no fue tratada por el Senado y la Corte va a quedar con tres miembros. Hay una preocupación desde el Gobierno para que la Corte esté integrada. En la historia argentina hay de todos los casos. Lo mejor sería que lo designe el Senado”, agregó el funcionario.
El secretario de Justicia, Sebastián Amerio, de estrecha relación con el asesor presidencial, Santiago Caputo, es quien lleva adelante las gestiones para que los candidatos del Poder Ejecutivo obtengan dictamen, en coordinación con el ala parlamentaria del Gobierno.
El influyente estratega libertario fue quien propuso para uno de los puestos a García Mansilla, un magistrado a quien le seguía la carrera y que leía asiduamente. En agosto, tanto él como Lijo expusieron sobre sus postulaciones ante la Comisión de Acuerdos de la Cámara alta durante extensas audiencias públicas, y desde entonces el asunto se está discutiendo.
Más allá de las firmas para los dictámenes, el oficialismo necesitará, a la hora de votar, de una mayoría especial de dos tercios de los presentes. En este sentido, las autoridades nacionales tienen una decisión ya tomada: o se aprueban los dos jueces, o ninguno.
“Nosotros pensamos la propuesta respetando un equilibrio. Uno es más académico y el otro tiene un perfil más de carrera. Si no van los dos, ese equilibrio se rompe, así que no tendría sentido. En ese caso retiramos las propuestas y enviaremos a otros candidatos”, advirtió una fuente cercana a Milei.