En el ambiente sindical todos lo conocen como “Manguera”, pero se llama Omar Pérez, es secretario de Políticas de Transporte del Sindicato de Camioneros y secretario Gremial de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT). Es, sobre todo, un hombre clave en la estructura gremial de Hugo Moyano y podría ser el reemplazante de Pablo Moyano en el triunvirato que conduce la CGT.
Claro que no es el único candidato: también se menciona el nombre de Hugo Antonio Moyano, alias “Huguito”, abogado laboralista y secretario de Coordinación de Asuntos Jurídicos del sindicato, cuya inesperada presencia este jueves como parte de una delegación de la CGT en una reunión tripartita con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, dio pie a especulaciones obvias: pareció una forma de Hugo Moyano de diferenciarse de Pablo y ratificar que, antes que un paro general, prefiere negociar.
La renuncia del díscolo cotitular cegetista conmovió el mundo político y sindical, aunque desde que asumió su cargo en la central obrera estuvo en tensión casi permanente con el ala dialoguista. La fractura de la CGT ya era un hecho. Sólo faltaba formalizarla. Pero lo más importante es que la salida de Pablo Moyano no significó el alejamiento del Sindicato de Camioneros de la central obrera. Por el contrario, quedó en evidencia que Hugo Moyano le quitó el respaldo a su hijo mayor en su intento de impulsar de manera autónoma e inconsulta un paro con movilización contra el Gobierno.
El mejor indicio lo tuvo el mismo Pablo Moyano cuando se enteró que que su padre había conversado con tres de los líderes del sector dialoguista de la CGT (Héctor Daer, de Sanidad; Andrés Rodríguez, de UPCN, y Gerardo Martínez, de UOCRA) para aclararles que no apoyaba su propuesta de impulsar una nueva medida de fuerza contra Javier Milei. “(Hugo) Nos lo dijo claramente. Avaló un planteo lógico porque el gremio de Camioneros tiene un montón de responsabilidades. Tiene que negociar sus propias paritarias y sus realidades”, reveló Rodríguez en una entrevista con Infobae.
Ahora, con la renuncia de su hijo rebelde, Hugo Moyano podrá decidir el nombre de su sucesor porque los cargos en la CGT no son personales sino de las organizaciones gremiales. Hay un detalle complicado para el posible reemplazante: “Manguera” Pérez es uno de los 5 dirigentes de Camioneros procesados desde 2021 por coacción tras un bloqueo a una pyme de Trenque Lauquen y un año después la causa fue elevada a juicio por un delito más grave, extorsión en grado de tentativa, que que el Código Penal reprime con reclusión de 5 a 10 años. Se los acusa de bloquear la empresa de Alejandro Castell, dueño de Andar Transportadora, para reclamar por una “deuda ilegítima”.
Si se confirma la designación de Pérez, no se sentirá tan solo: el 11 de este mes, el barrionuevista Carlos Acuña (estaciones de servicio), otro de los cotitulares de la CGT, fue procesado y embargado por 8 millones de pesos por un bloqueo realizado en 2021 a una estación de servicio ubicada en la avenida Jujuy y México.
“Huguito” tiene un perfil muy técnico, sin experiencia en la gestión sindical, pero le aportaría a su padre una dosis de extrema confianza: si llega a la CGT, será un fiel soldado de su pensamiento y un ejecutor incondicional de sus decisiones. Tanto él como Pérez se llevan bien con los dialoguistas. Para la futura renovación de autoridades de la CGT, dentro de un año, el sector moderado podrá afianzar así su mayoría (siempre que la economía del país permita que siga siendo moderado).
Pero parecen detalles mínimos para quienes hoy celebran con más fuerza la noticia del alejamiento de Pablo Moyano de la CGT. Por un lado, obviamente, los dialoguistas de la central obrera. Por otro, el Gobierno, que se sacó de encima a un ultraopositor que interfería permanentemente en la estrategia negociadora de funcionarios como Guillermo Francos, Santiago Caputo y Julio Cordero.
Alguien más estará festejando esa renuncia, aliviado: el propio Hugo Moyano, el líder sindical que padeció los gestos desafiantes de su hijo mayor en la CGT y fuera de ella: Pablo también mantuvo una dureza irreductible que complicó la estrategia de Camioneros. Hasta tal punto, que su padre lo marginó en algunos conflictos para que no los arruinara con su escasa vocación para negociar. Sucedió en 2021 en Mercado Libre y en Walmart y, hace un mes y medio, en el duro pleito del gremio con el gobierno porteño por el vencimiento de los contratos de recolección de residuos. Los tuvo que solucionar personalmente el jefe de Camioneros luego de haber apartado a su hijo mayor.
Mientras, en el ala dura del sindicalismo no descartan que en las próximas horas el gesto de Pablo Moyano sea imitado por algunos dirigentes de la CGT cercanos a él, como Omar Plaini (canillitas), Pablo Flores (AFIP) o Graciela Aleñá (viales). Otro de sus estrechos allegados, Cristian Jerónimo (vidrio), ya se acercó a los dialoguistas: secunda a Gerardo Martínez en sus viajes a la OIT y estuvo con el líder de la UOCRA en la reunión del comité del sistema de riesgos laborales con el Gobierno.
Tampoco se cree que siga sus pasos Juan Pablo Brey, jefe de los aeronavegantes, con quien Pablo Moyano comparte protagonismo en la Mesa Nacional del Transporte, aunque la relación entre ambos no es tan fluida como antes. Habrá que ver qué hacen los sindicalistas K, aliados de Pablo Moyano y enemigos políticos de los dialoguistas: entre ellos, el bancario Sergio Palazzo y el metalúrgico Abel Furlán. “No va a pasar nada porque Camioneros seguirá en la CGT -predijo un líder moderado de la CGT-. ¿Quién se va a animar a meterse en la interna familiar del sindicato?”.
La duda que se abre ahora es si Pablo Moyano se alejará de la escena político-sindical o si desafiará a su padre como organizador del paro con movilización que alentaba para el 5 de diciembre con socios como el kirchnerismo, los sindicatos aeronáuticos, las dos CTA y los movimientos sociales.
Hay algunos indicios en ese sentido: sus aliados del transporte, ahora reagrupados en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que dirige Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), se reunieron este viernes con el líder de SMATA, Ricardo Pignanelli, en su condición de titular de la confederación de sindicatos de la industria (CSIRA), para avanzar en una medida de fuerza conjunta. En el mismo sentido, buscarán sumar a la confederación de gremios del sector energético (CATHEDA), dirigida por Guillermo Moser (Luz y Fuerza), aunque, por ahora, no hay posibilidades de una reunión: esa entidad cultiva una excelente relación con el Gobierno.
Pero el detalle a tener en cuenta es que quien integra la conducción de la CATT por Camioneros no es Pablo Moyano sino Omar Pérez. El renunciante a la CGT mantiene su lugar en la Mesa Nacional del Transporte, debilitada por la decisión de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de no parar el 30 de octubre pasado y por las furibundas críticas de Omar Maturano, líder de la Fraternidad, a los pilotos y los aeronavegantes, a los que consideró “sindicatos que no tienen historia, no tienen lucha”.
En la Casa Rosada están convencidos de que la renuncia de Pablo Moyano a la CGT será un golpe mortal a la protesta que alientan los sindicalistas más duros. “Pablo se quedó más solo que nunca y Hugo le hizo saber que no lo banca más con sus posturas autónomas”, deslizó a Infobae un funcionario libertario que conoce a fondo la interna sindical-familiar de Camioneros.
¿Qué camino elegirá Pablo Moyano fuera de la CGT y con más evidencias que nunca de que es irreversible su pelea con su papá? Todavía no hay claridad, pero sí muchas sospechas: ya se venía hablando de la posibilidad de que el dirigente de Camioneros fuera candidato a diputado nacional en las listas del peronismo en las elecciones de 2025. Después de todo, la titular del PJ es Cristina Kirchner, con quien el díscolo sindicalista tiene una estrechísima relación desde hace años.
Sea como fuere, la renuncia del dirigente de Camioneros abre otra etapa en el sindicalismo en general, en la CGT en particular y en la relación con el Gobierno. Puede nacer una estrella del gremialismo combativo, un heredero de Hugo Moyano que le disputará el poder o un dirigente político que hará todo lo posible por desgastar a Milei. Hasta ahora, pese a su aislamiento, lo sostenía la vidriera que le daba su condición de cotitular de la CGT en nombre de Camioneros. Ya no le quedó ni eso.