Una turba de camionetas llega en caravana al Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires. Los autos son escoltados por un fuerte anillo de seguridad. En el auditorio esperan algunos ministros y secretarios de estados, empresarios y, sobre todo, italianos. Cientos de italianos. “Per favore, siediti”, instruyó con perfecto acento romano un hombre alto, vestido de saco negro. Era miembro del equipo de ceremonial y protocolo del Gobierno de Italia. Pedía al público que se sentara. Había llegado Giorgia Meloni, la primera ministro y jefa del Palazzo Chigi, que desde el martes a la noche estaba de visita oficial en Argentina. La líder europea se acercó al centro porteño invitada a disfrutar de un ballet homenaje a clásicos del cine italiano, que organizó el Consulado General de Italia en Buenos Aires, con apoyo de la Embajada Italiana y el Teatro Coliseo. Fue la actividad con la que cerró su primer viaje a América Latina desde que asumió el poder de su país.
Desplegando dotes carismáticos, entre sonrisas y saludos, Meloni irrumpió a las 19 en el auditorio del Teatro Coliseo y caminó sobre el pasillo central hacia la primera fila. Cerca de 1000 personas de la comunidad italiana aplaudieron su ingreso de pie. ¡Grazie, grazie!, respondía la primera ministra mientras saludaba con su mano derecha extendida. Se detuvo un instante, hizo un giro de 360 grados para agradecer a todo el salón y luego llegó a su ubicación.
Si bien el presidente Javier Milei estaba invitado, no estuvo presente en el Teatro Coliseo por razones de agenda. Había estado reunido con Meloni por la mañana en su despacho de Casa Rosada. La primera ministra fue recibida y saludada en la ceremonia vespertina del centro porteño por Fabrizio Lucentini, embajador de Italia en Argentina, Eduardo Bustamante, vicecanciller, y por Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea en Buenos Aires. En las primeras filas también se hicieron presentes dirigentes como Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia, Sebastián Amerio, secretario de Justicia, Pablo Quirno, secretario de Finanzas, y los legisladores Fernando Iglesias (PRO) y Nicolás Mayoraz (La Libertad Avanza).
Antes de comenzar la gala de ballet, Lucentini ratificó la importancia de la visita de Meloni para fortalecer la relación bilateral y comercial con Buenos Aires. Luego, la Presidenta del Consejo de Ministros dio un breve discurso ante los presentes. “Italia y Argentina son naciones hermanas”, enfatizó la líder italiana. Durante sus palabras, habló sobre la “hermandad” entre ambos países y los lazos y tradiciones compartidas que pasaron “de generación en generación”.
Meloni contó que hacía seis años que un primer ministro de Italia no visitaba Argentina. El último había sido Giuseppe Conte, que estuvo en Buenos Aires en noviembre de 2018 y fue recibido por el entonces presidente, Mauricio Macri. Además, resaltó que desde que ella llegó al poder, en 2022, este fue su primera visita oficial a un país de América Latina. Si bien estuvo esta semana en Brasil, no fue a esa nación para una bilateral, sino para participar en el G20 de Río de Janeiro.
Meloni fue la invitada de honor en la gala “Luz, Cámara, ¡Danza!”, organizada en el Teatro Coliseo. La ceremonia celebró la excelencia cultural italiana con un homenaje al cine y la danza, destacando figuras icónicas del séptimo arte como Federico Fellini, Sophia Loren y Ennio Morricone. Bajo la dirección artística de Daniele Cipriani, la gala fusionó la danza y el cine, con presentaciones de destacados bailarines internacionales como Alessandro Frola y Sergio Bernal.
La jornada de hoy había comenzado con una reunión bilateral en la Casa Rosada entre Meloni y Milei. Ambos mandatarios compartieron una declaración conjunta en el Salón Blanco, donde destacaron la sintonía ideológica entre ambos. Milei ha elogiado a Meloni como una fuente de inspiración para programa libertario. La visita profundizó la alianza estratégica que los dos líderes comenzaron a tejer con el primer viaje del jefe de Estado a Roma, a principios de año.
Ayer, Milei agasajó a Meloni con una cena en la Residencia Presidencial de Olivos. Se trató de un encuentro distendido y reservado, por fuera del protocolo formal, que ayudó a fortalecer el vínculo personal y la afinidad diplomática. El Presidente había estrenado ese formato el sábado pasado con Emmanuel Macron y lo replicó este martes con la líder italiana.
La visita de Meloni no sólo fue el glamour del Teatro Coliseo. El Palazzo Chigi tiene interés estratégico en Argentina. Por su afinidad con Milei, ve a Buenos Aires como la puerta de entrada para profundizar la inserción comercial en la región. Fue un gesto simbólico con peso diplomático, el hecho de que haya sido el primer país al que viajó luego del G20.
En lo comercial, Italia tiene interés de dinamizar el intercambio y en explorar inversiones en áreas estratégicas con la Inteligencia Artificial y la alta tecnología. En Argentina hay 300 empresas italianas donde trabajan cerca de 20 mil personas. Se estima que facturan en torno a US$ 2.800 millones en sectores como la infraestructura, automotriz y la energía.
En el plano geopolítico, Roma apoya el proceso de ingreso a la OCDE que inició Argentina en mayo. Además, respalda la posición en contra del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y se suma a la presión internacional para que el país bolivariano exhiba las actas de las elecciones del 28 de julio, en las que el líder chavista se autoproclamó ganador ante el opositor Edmundo González Urritia.
En tanto que Meloni y Milei convergen en la perspectiva sobre conflictos globales como la situación en Medio Oriente y la condena a Rusia por la invasión a Ucrania.
Mientras que Milei busca consolidar una Liga de Naciones Conservadoras que funcione como contrapeso de la agenda que promueve la ONU. Conoce que al igual que Trump, Meloni comparte valores en ese sentido -aunque no rechaza en pleno la Agenda 2030-. La foto de ambos en Balcarce 50 fue un modo de ratificar esa convergencia.
La sintonía ideológica y personal de Milei y Meloni fue inmediata desde el principio. Tanto que hoy sellaron su cuarto encuentro en el lapso de un año.
El Presidente cerró así una de sus semanas de mayor vuelo diplomático en su política exterior. Empezó hace 10 días con su encuentro íntimo con Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, en la CEPAC de Mar-A-Lago, en Palm Beach, siguió con la visita a Argentina de Emmanuel Macron, continuó con su viaje Brasil, donde mantuvo bilaterales con Xi Jinping (China), Narenda Modi (India) y Kristalina Giorgieva (titular del FMI). Y concluyó con la visita oficial de Meloni a Buenos Aires.