En un contexto de creciente tensión política, la Cámara de Diputados de Argentina se prepara para una semana decisiva. Con solo seis días hábiles restantes para el cierre del período de sesiones ordinarias, el Presupuesto 2025 sigue siendo un tema sin resolver.
La oposición, tanto los sectores más duros como los dialoguistas, convocó a una sesión especial para la próxima semana con el objetivo de rechazar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 846, que permite al ministro de Economía, Luis Caputo, renegociar la deuda en moneda extranjera sin la aprobación del Congreso.
También pedirán que se trate la extensión de las sesiones ordinarias con el fin de poder seguir debatiendo el presupuesto durante diciembre, algo poco común en la historia del Congreso de la Nación.
Esta medida surge tras una reunión virtual de los gobernadores de Juntos por el Cambio, quienes buscan presionar al Gobierno para que se siente a negociar el presupuesto. Durante el encuentro, los mandatarios expresaron su descontento y confusión ante la falta de avances en las negociaciones. Según fuentes cercanas, los gobernadores insisten en la necesidad de establecer una mesa de diálogo para abordar cinco puntos clave que consideran esenciales.
Por su parte, los bloques de Encuentro Federal y Democracia para Siempre, compuestos por peronistas no kirchneristas y radicales no peluca, decidieron bajar al recinto el martes para tratar el rechazo al DNU y promover la convocatoria de sesiones ordinarias en diciembre.
En ese contexto, un legislador de Democracia para Siempre afirmó que si no logran el quórum necesario, no participarán en el tratamiento de otros temas que no sean el presupuesto. “Si no se avanza, agarramos la carterita y nos vamos a comer pizza hasta marzo” emulando la postura de Lilita Carrió cuando rompió con Pino Solanas.
El bloque de Encuentro Federal comparte esta estrategia, subrayando que su prioridad es el presupuesto y que no volverán al recinto para discutir otros asuntos si no se logra el quórum. Esta postura refleja la creciente presión sobre el Gobierno para que permita un debate más amplio sobre el presupuesto del próximo año.
Por el lado de Unión por la Patria la mirada está puesta en el martes. “yo quiero el quórum, esa es nuestra estrategia”, señaló una alta fuente del bloque. “No sé que va a hacer el resto, nosotros queremos quórum y rechazar el DNU”, agregó
La situación en la Cámara de Diputados es un reflejo de las tensiones políticas actuales en Argentina, donde las negociaciones presupuestarias se han convertido en un campo de batalla clave entre el Gobierno y la oposición. Con el tiempo corriendo en contra, el desenlace de esta semana será crucial para definir el rumbo económico del país en 2025.
Si Encuentro Federal y Democracia para Siempre logran mantener ese posicionamiento -no bajan más al recinto hasta que no se trate presupuesto- son 28 diputados y diputadas que se convierten en la llave si el oficialismo quiere avanzar en otros temas -como por ejemplo Ficha Limpia o eliminación de las PASO-.
Entre el bloque del “oficialismo” que está conformado por LLA, el PRO, el MID, 5 radicales peluca, Independencia, uno de Por Santa Cruz, Producción y Trabajo, Creo, Fuerzas del Cielo - Espacio Liberal suman 93 legisladores. Se podría extender a 108 y se suma la totalidad del bloque radical. Esto significa que sin EF y DpS no hay forma de llegar a 129 abrir el recinto.
La semana pasada, Unión por la Patria, Encuentro Federal y Democracia para Siempre (radicales) habían convocado a una sesión especial con el mismo objetivo, pero no consiguieron quórum. El Gobierno jugó muy fuerte y logró que los mandatarios provinciales bajen diputados de casi todos los bloques.
Los gobernadores confiaban en que, tras esa muestra de buena voluntad, los funcionarios de la Casa Rosada iban a hacer concesiones en algunos de los cinco puntos clave que se venían negociando. Sin embargo, el jueves de la semana pasada no hubo ningún acuerdo en la comisión de Presupuesto y su titular José Luis Espert directamente suspendió la reunión de este martes. Era la última oportunidad formal de llegar a un dictamen.