Más cortocircuitos entre Macri y Milei: una reunión postergada en medio de la tensión por la política exterior y las PASO

Cuando el avión presidencial con Javier Milei a bordo despegó rumbo a Palm Beach para encontrarse por primera vez con el presidente reelecto de Estados Unidos Donald Trump, el miércoles a la madrugada, las chances de que volviera a encontrarse personalmente con Mauricio Macri, como estaba pautado para las primeras semanas de noviembre, quedaron en una nebulosa. Y la relación entró en un momento de turbulencia con dardos sutiles por Twitter entre los máximos referentes de LLA y el PRO; y declaraciones de mutuo malestar de parte de sus respectivos entornos.

El líder de PRO esperaba que el jefe de Estado lo recibiera esta semana, antes de que ambos viajaran a Estados Unidos y a Brasil, respectivamente. Cerca del Presidente, sin embargo, aseguraron que en realidad el encuentro estaba pautado para la semana pasada, y que Milei lo postergó hasta la siguiente. El motivo oficial fue el famoso argumento vinculado a “cuestiones de agenda”. Pero la renuencia del jefe de Estado a verse, en realidad, se debió a la incomodidad que le habían generado las críticas deslizadas por su aliado a la administración libertaria en política exterior -específicamente por la purga en el cuerpo diplomático y las votaciones en la ONU-; y por los aspectos “institucionales” de su gobierno.

“El tema de salir en los medios a criticar para que te atiendan puede pasar una, dos veces. Pero ya nos dimos cuenta. La tercera es la vencida”, dijo una alta fuente de Balcarce 50. Además, en el círculo de Milei no se inmutaron ante la reiterada presión de Macri para que lo dejen “ayudar” en la gestión -en áreas como Vialidad, por ejemplo- y que lo consulten sobre decisiones de peso. “No van a haber novedades de lugares, y la coordinación ya está marchando”, dijeron, en referencia a los contactos entre Santiago Caputo y Cristian Ritondo.

Los libertarios sólo aceptarán acompañar el debate de un proyecto histórico de PRO, “ficha limpia”, que intenta prohibir que personas condenadas por delitos de corrupción puedan ser candidatas a cargos públicos electivos. “Es un proyecto de ellos, no nos parece relevante, pero si lo quieren tener, lo tendrán”, sostuvo un funcionario del círculo íntimo de Milei, con un dejo de ironía en el tono.

Tampoco planean proponer o aceptar un encuentro para discutir la estrategia electoral para el año que viene como quieren los macristas. “No nos estamos ocupando de cosas electorales como ellos, tenemos responsabilidades”, dijeron. En realidad, como es de público conocimiento, tanto Karina Milei como Martín Menem están muy involucrados diariamente en el armado para las legislativas del 2025, pero no tienen ninguna intención de adelantar un eventual pacto con los socios, especialmente en los distritos más importantes. “Recién en mayo veremos”, patearon en el mileismo, envalentonados con el rumbo económico, la suba de la imagen de Milei, y el triunfo de Trump.

Milei aprecia a Macri, y de hecho chatean seguido. Cuentan que el Presidente suele mandarle tuits, y que respeta sus ideas para generar políticas de mediano plazo. Pero no llega al punto de estar dispuesto a retroceder o reenfocar sus políticas basado en sus recomendaciones.

En este contexto, además de responder con negativas, los libertarios les marcaron la cancha a sus socios con sutileza. Si bien habla seguido para coordinar la agenda parlamentaria con Ritondo (alfil de Mauricio Macri), el asesor Caputo apura el giro al Congreso de un proyecto para eliminar las PASO, una medida con la cual la fuerza amarilla ya avisó reiteradamente que no está de acuerdo. Según dicen, por los tiempos para dar la discusión institucional, y porque no creen que sea adecuado ensuciar el debate por el Presupuesto con una reforma electoral. En realidad, los perjudica en su necesidad de poner orden en un escenario de dispersión interna.

Mientras mastican bronca -pero admiten que Milei está “en todo su derecho” de avanzar- cerca de Macri ya avisaron que no acompañarán ese proyecto. El texto, como adelantó Infobae, ya estaba prácticamente listo desde el jueves. Caputo le encargó la redacción a su mano derecha en temas legales y jurídicos, María Ibarzábal (en ausencia de Milei, pero “siempre” con su aval, aclararon). Y el viernes por la tarde, el vocero presidencial, Manuel Adorni, oficializó la medida que había adelantado Infobae desde la sala de conferencias de la Casa de Gobierno.

Macri viaja a México el domingo, para participar de un evento de ICAPITAL en Tulum. Y Milei sólo estará un día y medio en Buenos Aires entre su regreso de Florida -volaba ayer a la tarde desde las 19 (hora Argentina)- y su vuelo a Río de Janeiro, el domingo, para participar de la cumbre del G20 desde el lunes. Por lo que, si el Presidente aceptara recibir al “Presi” -como lo llama- antes de que ambos se ausenten del país, debería ser durante el fin de semana. Y durante el día, porque el sábado por la noche Milei estará ocupado con la recepción de su par de Francia, Emmanuel Macron. Todo indica que no habrá charla esta semana, como se esperaba en la tribu macrista. Tampoco después, porque Macri viajará la otra semana a Portugal, y empieza una gira desde el 28 por Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes.

Entretanto, en ambas tropas se enconaron los ánimos. Por caso, se interpretaron como dardos cruzados los mensajes que emitieron con la palabra “institucionalidad” tanto Milei como Macri, en referencia a la ratificación de la condena contra Cristina Kirchner en la Casación. Y algunos macristas mostraron desazón con las recientes votaciones de la Argentina en la ONU bajo las directivas de Gerardo Werthein. Sobre todo, la resolución de la ONU sobre violencia digital contra mujeres y niñas. “En este voto se evidencia un enorme desconocimiento no solo de los compromisos internacionales sino de nuestra propia legislación nacional. La ley Olimpia 27.736 ya incluyó a la violencia digital como una forma más de violencia a erradicar en el marco de la ley 26.485″, dijo la diputada nacional de PRO, Silvia Lospennato, que vota en consonancia con su bloque a favor de las medidas de Milei.

Con los llamados de atención a la orden del día, Milei no tiene intenciones de cambiar un ápice sus ideas, especialmente las que atañen a su agenda internacional en los aspectos sociales. “Dicen que lo único que le importa es la economía, pero eso es un medio para un fin. A Javier lo que más le importa es la batalla cultural y no se va a mover un centímetro de lo que piensa”, decretaron en la Casa Rosada, sin hacer caso a las decepciones de sus socios.